Tras la partida de Pablo de la Torre del área social, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se recostó en gente de su confianza para reemplazarlo. Fue así que Yanina Nano Lembo, una funcionaria ligada al larretismo, pasó de ocupar la dirección del Consejo de Políticas Sociales -un órgano dentro del ministerio- a tomar las riendas del siempre sensible ex-Ministerio de Desarrollo Social.
Frente a Nano Lembo, designada oficialmente a principio de este mes, se dibuja un panorama desafiante. Su jefa, la titular de Capital Humano, busca estabilizar su permanencia luego de atravesar momentos turbulentos al frente de un megaministerio cuyo diseño comienza a ser cuestionado por los propios.
El Gobierno, no obstante, apuesta a sostener la estructura del gabinete tal cual está, y la propia ministra Pettovello ratificó su continuidad en el cargo con una participación en una video llamada que mantuvo con un grupo de seguidores reunidos en la 9 de Julio.
Nano Lembo deberá operar en este contexto. Por debajo de esta estructura, que demanda continuas muestras de respaldo por parte de otros funcionarios, se anudan una serie de retos materiales, algunos de urgencia.
Al reparto de los alimentos próximos a vencer, se sumó un pedido de la Justicia para presentar un plan de distribución de todos los alimentos almacenados en los depósitos. El juez federal Sebastián Casanello consideró “insuficiente” lo presentado por el Gobierno, y deberá detallar de manera urgente cuál será el destino de los alimentos acopiados. La alternativa que ofreció el juez Casanello fue que alguno de los funcionarios afectados al reparto lo exponga a viva voz en Comodoro Py. Podría ser la carta de presentación de Nano Lembo en materia alimentaria.
— Ministerio de Capital Humano (@MindeCapitalH) May 30, 2024
Otro foco de atención para la secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia será el internacional. En febrero, el ministerio firmó acuerdos con dos organismos para comprar alimentos, pero hasta la fecha se usó menos del 20% de los casi 21 mil millones de pesos que fueron transferidos para esos fines. Las licitaciones se iniciaron, pero en los organismos aguardan señales de un ministerio aturdido por las salidas, las internas y las sospechas para saber cómo avanzar con los procesos. En uno de ellos, a más de cuatro meses después de comenzado el proceso, todavía no se compró ningún alimento; y en el otro, esperan que la Unidad Ejecutora -a cargo del área de Nano Lembo- les indique qué hacer con un remanente de más de 3000 millones de pesos que el organismo tiene entre sus manos desde fines de marzo.
En el plano local también hay iniciativas inconclusas. Cuando el exPotenciar Trabajo fue subdividido en dos nuevos programas, una línea de asistencia quedó bajo la órbita de la secretaria que hoy conduce Nano Lembo. A su amparo quedaron aquellos beneficiarios que, ya sea por edad o situación familiar, cuentan con menores chances de reinsertarse en el mercado laboral desde la óptica del Gobierno. Este grupo, de alrededor de 200 mil personas, cobra el beneficio -congelado desde diciembre en 78 mil pesos- pero la contraprestación que deberá realizar todavía no está definida: hasta el cambio de Gobierno este grupo de beneficiarios debía cumplir con alguna laboral como contrapartida del ingreso; hoy no.
Algunas puntos importantes en la red de interacción del exMinisterio de Desarrollo Social, como la secretaría social de la ciudad de Rosario, la de la provincia de Buenos Aires, o las propias organizaciones sociales, ligadas en los últimos años a los programas sociales, todavía no han tomado contacto con las “nuevas autoridades”. En esas terminales, emergen temas de interés -como el monotributo social o el Servicio Alimentario Escolar (SAE)- que esperan poder abordar con la secretaria.
La funcionaria sí mantuvo un contacto con la Iglesia, que ha elevado cuestionamientos a la política social del Gobierno en estos meses de gestión. Fue horas después de que el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, diera una muestra de apoyo al reclamo por el reparto de alimentos con una misa celebrada en Ciudad Evita, en reconocimiento a la labor realizada por las cocineras en los comedores comunitarios.
Nano Lembo recibió en el ministerio a las autoridades de Cáritas para conocer las “demandas y expectativas” de la Iglesia frente a la crisis por los alimentos e “iniciar la construcción de un diálogo fructífero que lleve a resultados tangibles en la ayuda a los más necesitados”.
Por el momento no hay indicios respecto al rumbo que tomará la gestión de Lembo. Podría, tal como hizo su antecesor De la Torre, ceñirse a la línea que trazó Pettovello desde el inicio de gestión -la lucha contra la “intermediación”, por ejemplo- o, por el contrario, imprimirle un sello propio a la secretaria: antes de ocupar el Consejo de Políticas Sociales, Lembo, guarda un vínculo estrecho con el mundo de las empresas cristianas, fue directora de Articulación Público Privada en el ministerio de Desarrollo Humano de la ciudad bajo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
La semana pasada se conoció la llegada de un funcionario ligado a Pro para tonificar el armado de una cartera que hasta el momento ha centralizado la gestión en las denuncias y tiene en la subsecretaria de legales, Leila Gianni, a su principal estandarte. Lucas Fernández Aparicio, exsecretario de Trabajo durante la gestión de Mauricio Macri con paso también por el área de trenes, tomó el lugar de Fernando Szeresevsky en la jefatura de gabinete del ministerio, luego de que este partiera de gira con una banda de rock.