La ruptura del PJ cordobés con el kirchnerismo estuvo relacionada con la revuelta policial del 3 y 4 de diciembre de 2013 casi se transforma en una tragedia, ya que la capital provincial quedó sin protección debido a que la policía abandonó sus funciones. El Gobierno de Córdoba responsabilizó directamente a las autoridades nacionales por demorar la ayuda, lo que ocasionó serios daños.
En ese entonces, Oscar González, jefe de Gabinete del gobierno de José Manuel de la Sota, acusó a la Casa Rosada de fomentar la intervención en la provincia. Posteriormente, el propio gobernador, a través de sus portavoces, señaló al exfuncionario kirchnerista Carlos Zannini, oriundo de Villa Nueva, como responsable “del desastre”.
Los violentos acontecimientos quedarán grabados para siempre en la memoria de quienes presenciaron los actos de violencia, los saqueos y el desesperado reclamo de mejores salarios por parte de las esposas de los policías.
Hoy, a poco más de 11 años de aquellos hechos, el debilitado kirchnerismo cordobés podría presentar como candidata a diputada nacional para las elecciones legislativas a Natalia de la Sota, hija del exgobernador fallecido en un accidente automovilístico.
La paradoja radica en que un De la Sota emerge como un factor incómodo para la agrupación política encabezada por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, mientras que otro se perfila como la posible salvadora del Frente de Todos, que enfrenta una nueva crisis derivada de los malos resultados electorales.
Observando lo que pasa en #Argentina, en perspectiva y con distancia, todo resulta claro. Dice @guardian: "Las políticas de Milei han causado un gran sufrimiento y pocos beneficios visibles. Esas políticas… conducen a mayores penurias y desigualdad".
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— Natalia de la Sota (@NataliaDLSok) January 14, 2025
La banca en disputa
No obstante, la hija del exgobernador no cuenta con total apoyo, ya que varios dirigentes de ese frente se oponen a su candidatura. Aquellos que respaldan a De la Sota argumentan que sus detractores solo buscan preservar sus privilegios.
“Estos detractores tienen un problema: sus candidatos no suman votos, lo que podría dejar al kirchnerismo sin ningún diputado y pone en riesgo la banca de Pablo Carro”, expresó, visiblemente molesto, un referente del sector.
El partido liderado por Cristina Kirchner logró mantener la banca en las elecciones de 2023, con Gabriela Estévez repitiendo como diputada nacional. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta debido a los desajustes internos dentro de ese frente electoral.
Los rumores internos sugieren que el legislador provincial y excandidato a gobernador Federico Alesandri podría encabezar la lista del kirchnerismo, sin enfrentar mayor oposición interna. En la segunda posición podría aparecer Constanza San Pedro, vinculada al sector liderado a nivel nacional por Juan Grabois.
Estas alternativas no incluyen a De la Sota, quien primero desea saber si tendrá espacio en la lista del cordobesismo liderada por Juan Schiaretti y Martín Llaryora. La diputada aspira a continuar en el Congreso.
Su rival dentro del cordobesismo sería la vicegobernadora Myrian Prunotto, quien dejaría su puesto para trasladarse a la Cámara de Diputados de la Nación. En ese escenario, Juan Manuel Llamosas ocuparía su lugar (actualmente está con licencia) y asumiría la presidencia de la Unicameral.
Son todas maniobras y negociaciones internas de diferentes sectores. Lo cierto es que el kirchnerismo local no está en su mejor momento y añora cada vez más los votos perdidos en aquellos años dorados cuando Carolina Scotto o Eduardo Accastello encabezaban las listas.