Aunque no declaró y solo presentó un escrito, el exsecretario privado de Mauricio Macri despegó al expresidente del espionaje ilegal que se realizó durante el Gobierno de Cambiemos. Darío Nieto, sostuvo este martes a través de una declaración indagatoria que hizo por escrito, que el expresidente “nunca” le pidió “ningún informe de inteligencia” y calificó de “falaz” la acusación en su contra.
“Nunca el expresidente Mauricio Macri me pidió ningún informe de inteligencia”, sostuvo Nieto al exponer durante 28 minutos ante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Auge y los fiscales del caso, Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide
Nieto hizo un monólogo que grabó para cumplir así con su indagatoria a través de la plataforma virtual Zoom y entregó un escrito, sin aceptar responder preguntas.
“Mi relación con Susana Martinengo era absolutamente profesional. La conozco directamente en la Casa Rosada, no la llevo yo, ni mucho menos, no era alguien de mi confianza. Hablaría con ella una vez cada dos meses. No tenía ni cargo jerárquico, ni firma, ni había sido nombrada por Boletín Oficial. Esa es mi relación y cualquiera en Casa Rosada lo puede contar”, aseguró en el descargo al que tuvo acceso Télam.
“Nunca Susana Martinengo me dio ningún tipo de informe de inteligencia”, dijo al sostener que “era una empleada más” en una planta de 125 personas que estaban bajo su cargo, divididas en 3 grandes áreas que a la vez tenían sus propios jefes.
Y enfatizó que no conoce a “ninguno de los espías imputados en la causa” y que nunca supo de las “supuestas reuniones de espías y Martinengo en la Casa Rosada”.
Nieto sí explicó por qué durante la investigación sólo apareció uno de los 2 celulares que figuraban a su nombre: dijo que el aparato que no fue encontrado era el que le había suministrado el Gobierno durante su paso por la Casa Rosada y que lo devolvió al dejar el cargo.
Además, volvió a cuestionar la extracción de información realizada sobre su teléfono celular y la evidencia obtenida a partir de ello, dejó en claro que no confiaba en los fiscales a cargo de la investigación, y les dijo, a ellos y al juez: “Le pido que sean justos e imparciales”.
“Alguien metió mano en el celular, está queriendo fabricar evidencia contra mí. No hay nada, siento mala fe, espero que se subsane. Admiten como prueba válida un celular que ha sido manipulado”, insistió.