“La semana última, unos 50 pacientes se quedaron sin atención en el servicio de cardiocirugías porque no hay médicos, ya que el Gobierno de la Ciudad tiene una política sistemática de no llevar adelante nombramientos para el sector. Este es un problema que tiene, en realidad, años de arrastre. No nos quedó otra que tomar esta medida, suspender las intervenciones, dada esta situación que afecta en primer lugar a las personas que necesitan atención pero también a los trabajadores. Así, nuestra estabilidad laboral está puesta en duda”, explica a Noticias Urbanas, algo contrariado, Mario Acosta, enfermero del hospital Durand.
Y abunda Acosta, sobre una problemática que, de tanta historia a cuestas, ya se naturaliza: “Siempre intentaron cerrar el servicio. De hecho, no figura en el organigrama del hospital y eso imposibilita los nombramientos. En el servicio de cirugías cardiovasculares, los enfermeros hacemos de administrativos también. Y no solo eso: hacemos todo. En cuanto a los recursos, podemos decir que los aparatos, en su mayoría, son alquilados y obsoletos”.
La cuestión de la falta de nombramientos, expone Acosta, lleva a que los fines de semana no haya profesionales suficientes para cuidar de los pacientes que, una vez operados, quedan internados en la sala de recuperación. “Ahí, que es un sector de alta complejidad, precisamos cardiólogos y médicos terapistas, y no los tenemos. Muchos renunciaron y, por esta decisión del Gobierno de la Ciudad, sus cargos no fueron cubiertos. Y los que están trabajando se encuentran en un cuadro de precarización laboral, en negro, desempeñándose con una ‘ficha prestada’ por otros profesionales. Muchos cirujanos, después de intervenciones de 5 o 6 horas, se quedan para cubrir todo el trabajo que hay que hacer. Pero, aun así, no alcanza. La situación se torna insostenible”, narra el enfermero, quien agrega que todos los años pelean desde el hospital para que se cubran los cargos necesarios para un sector que tiene dos quirófanos y una sala de recuperación.
Es más, el año pasado, los trabajadores del hospital Durand acudieron a la Legislatura. Tanto ruido hicieron que se terminó presentando un pedido de informes que hoy, a más de un año, sigue pululando en la Comisión de Salud. El proyecto de resolución solicitaba al Poder Ejecutivo que informara, “a través de los organismos correspondientes y dentro de un plazo de treinta días, la capacidad operativa potencial del área de Cirugía Cardiovascular” del hospital Durand. Además, que especificara “el criterio de funcionamiento de las guardias en dicho servicio, con qué personal se cuenta; (…) que detallara tareas y forma de pago de las mismas”, y se preveía “llamado a concurso para nombramientos en este servicio, con fecha y características”.
Hasta el momento, el Gobierno porteño no respondió al pedido. Los trabajadores del hospital general de agudos de Díaz Vélez al 5000 esperan, por su parte, que así oficie el Estado porteño respecto a la situación de uno de los establecimientos de salud más importantes de la Ciudad. “Siempre fue así”, resume Acosta.
Justamente, en los fundamentos del proyecto citado, cuya autoría es del legislador del MST Alejandro Bodart, se menciona que, durante los festejos por el centenario del hospital, en 2013, varios trabajadores del servicio de cirugía cardiovascular habían manifestado su preocupación por los problemas que desde hace una década viene atravesando el área.
“Hace casi diez años que muchos de ellos trabajan sin el nombramiento correspondiente y eso genera una serie de problemas. La precariedad de la situación del personal y sus bajos salarios no asegura la continuidad del servicio. Cuando alguno se ausenta no suele haber reemplazo y la cuestión monetaria dificulta conseguirlo. Cuando se logran cubrir [los puestos], los profesionales recién cobran dos o tres meses después de realizada su tarea. Toda esta situación genera que terminen ‘prestándose fichas’ entre colegas para poder trabajar”, se describe en el proyecto. “Es una clara obligación del Estado garantizar el acceso público a la salud. Ello implica mantener en condiciones adecuadas todos sus efectores de salud, con sus servicios y personal necesario”, concluye.
Por otro lado, de acuerdo a Bodart, el área de cardiocirugía no sería la única que corre tamaña suerte. En julio del año pasado, en ese sentido, después de recorrer varios sectores, comentaba: “Es notoria la falta de personal e incluso de insumos. Preocupan en especial los servicios relativos a la sala de partos y cirugía cardiovascular, donde hay que nombrar el personal suficiente para su buen funcionamiento”. “En el Gobierno de la Ciudad siempre se desentendieron y vaciaron la salud pública”, dice Acosta. En tanto, en el servicio de cardiocirugías aseguran que esta semana tratarán de cubrir, al menos, tres intervenciones. Es que los pacientes no pueden esperar.