A finales de noviembre, en el sitio web del Departamento de Estado de EEUU fue publicada una propuesta de patrocinio para los periodistas de Bielorrusia.
Según esta oferta, el Departamento de Estado destinará 520.000 dólares para la preparación de ‘periodistas independientes’ en Bielorrusia. Estos “periodistas afortunados” tendrán la tarea de cubrir las elecciones presidenciales en 2020. “El Departamento de Estado, Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL, por sus siglas en inglés), anuncia un concurso abierto para organizaciones interesadas en presentar solicitudes para proyectos que fortalezcan a los medios independientes locales en Bielorrusia. El objetivo de la DRL es apoyar a periodistas independientes locales y medios de comunicación en Bielorrusia para producir informes basados en hechos e información objetiva”, se expone en el sitio web. En la propuesta se destaca que los proyectos deben tener el potencial de causar “un impacto inmediato que conduzca a reformas sostenibles a largo plazo”.
Más trabajos pagados desde el Norte
¿Tiene Ucrania suficiente gas para sobrevivir el invierno? En el mismo sitio se pueden encontrar datos sobre otros programas del Departamento de Estado. Por ejemplo, se destinará 800.000 dólares a financiar a las organizaciones públicas de Ucrania que supervisarán a las autoridades locales en temas de corrupción y se ocuparán de la construcción de relaciones con los medios de comunicación regionales. En agosto de 2015, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), cuyo funcionamiento está controlado por el Departamento de Estado, asignó 8 millones de dólares para la ejecución del programa PULSE —desarrollo de la administración local en Ucrania—. El propósito de este proyecto es “el apoyo a los parlamentos regionales y la descentralización del poder en el país”. Ya en 2016 en Ucrania fue ejecutado un programa de descentralización por valor de 50 millones de dólares.
Historias parecidas y recientes
El Partido Liberal Democrático de Bielorrusia propone extender el mandato de presidente. En Bielorrusia también ha habido más de un intento de cambio violento de Gobierno. En el 2006, tuvo lugar lo que luego se conoció como ‘Revolución en vaqueros’ tras las elecciones presidenciales que fueron ganadas por Alexánder Lukashenko (actual Presidente). Después de los comicios, en el país comenzaron protestas masivas según un guion bien conocido: un campamento de protesta con los manifestantes en la Plaza Oktiábrskaya en Minsk, la capital del país, recuerda el autor de la publicación. No obstante, –y a diferencia del Maidan en Ucrania-en el último momento, el organizador de la protesta, Alexánder Milinkévich, instó a todos a dispersarse. En el 2010, el intento de organizar una revolución de colores se repitió y también terminó en fracaso, con los manifestantes dispersados por las fuerzas de orden. Un año después, Milinkévich desapareció. En las próximas elecciones en Bielorrusia, Lukashenko va a tener a un rival nuevo, Stanislav Shushkevich, uno de los organizadores de la acción antigubernamental ‘Asamblea del Congreso Nacional Bielorruso’. El político promete a los bielorrusos “una fuerte coalición democrática pro-europea“. Seguramente un nuevo fracaso como Petro Poroshenko.