El gobierno de Alberto Fernández se abstuvo otra vez de condenar graves las violaciones a los derechos humanos del régimen que encabeza Daniel Ortega en Nicaragua, en una votación clave de la Organización de Estados Americanos (OEA), que declaró que en ese país no se cumple la Carta Democrática y, al mismo tiempo, exigió la libertad inmediata de los presos políticos y la realización de elecciones limpias, libres y transparentes.
La resolución fue apoyada por 25 de los 34 miembros del bloque regional, con el único voto contrario de Nicaragua. Ocho países no votaron: Argentina, Belice, Bolivia, Honduras, México, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.
El embajador Carlos Raimundi justificó la no intromisión: “Argentina rechaza la aplicación de sanciones y cualquier otra medida que pueda exacerbar un conflicto, generando tensiones utilizadas para justificar una mayor intervención externa”.
Además agregó: “nuestro país reitera su compromiso irrenunciable con los derechos humanos, que son principios superiores y fundamentales de su política exterior. Argentina ha expresado su preocupación por la detención de personalidades políticas de Nicaragua con su voto en organismos internacionales. Argentina ha repuesto a su embajador en Managua y está convencida de que los informes en el lugar son mucho más completos y precisos que los que se realizan desde fuera de la situación”.
El Consejo Permanente de la #OEA aprobó con 25 votos a favor, 1 en contra, y 8 abstenciones la resolución “Resultados de las deliberaciones del Consejo Permanente del 29 de noviembre de 2021 sobre la situación en Nicaragua"
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Y finalizó: “Argentina rechaza la aplicación de sanciones y cualquier otra medida que pueda exacerbar un conflicto o agravar la situación de los ciudadanos y ciudadanas, generando con esto tensiones adicionales que inclusive pueden ser utilizadas para una mayor intervención externa. Argentina nunca dará por agotados los caminos para restablecer el diálogo con el gobierno y con el pueblo de Nicaragua, pero indudablemente para hacerlo hay que contar con una credibilidad y una legitimidad que la actual conducción de la OEA no tiene, tal cual lo ha expresado entre otros episodios, no el único y quizá el más grave, por su rol en el golpe de estado en Bolivia, por todas estas razones es que justificamos nuestro voto”.
En concreto, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución para pedir Ortega que deje entrar al país centroamericano a una misión diplomática para iniciar un diálogo sobre reformas electorales y la convocatoria de nuevas elecciones. La resolución se aprobó con el voto a favor de 25 de los 34 miembros activos de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa en este desde 1962), ocho países se abstuvieron, incluidos México, Argentina, Bolivia y Honduras, mientras que Nicaragua fue la única en votar en contra.
La iniciativa insta al Gobierno de Ortega a que “con carácter urgente y como primera medida” ponga en libertad a todos los “presos políticos” y acepte una misión de “buenos oficios” de alto nivel que debe ser autorizada por el Consejo Permanente del organismo.
El mandato de la misión diplomática será llegar a un acuerdo sobre cómo lograr tres objetivos, empezando por una reforma electoral integral. El segundo objetivo de la misión diplomática será revocar todas las leyes que restringen la participación política y limitan los derechos humanos en Nicaragua. Y el tercero será iniciar un diálogo con todos los partidos políticos y otros actores en Nicaragua con el objetivo de celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias “tempranas” que sean libres, imparciales y transparentes, con observación internacional “creíble”.