Vagos y ambiguos, pero con onda

Vagos y ambiguos, pero con onda

Por Marcelo Maccio Villegas

Onda Vaga en el Festival Rock & Reggae Buenos Aires. 7, 8 y 9 de diciembre en Estadio Cubierto Malvinas Argentinas (Gutenberg 350). Con La Vela Puerca y Bersuit Vergarabat, entre otros.


Marcos Orellana se acomoda en el sillón sin soltar la lata de cerveza que tiene en la mano. No tarda mucho en encontrar una posición que lo satisfaga y, sin decirlo, hace un movimiento de cabeza con el que da el OK para comenzar con la charla. Onda Vaga, banda a la que pertenece Orellana –junto a Germán Cohen, Marcelo Blanco, Nacho Rodríguez y Tomás Gaggero–, se presentará el próximo domingo 9 en el Festival Rock y Reggae Buenos Aires, que se llevará a cabo los días 7, 8 y 9 de diciembre en el Estadio Cubierto Malvinas Argentinas.

La charla comienza hablando de, justamente, la participación de la banda en los festivales. “Hay cosas que me gustan y que no me gustan, y que son las mismas. Que no nos vengan a ver exclusivamente a nosotros me gusta, y que vayan a vernos solo a nosotros también me gusta. Que sea un tiempo acotado a veces me gusta, porque no quiero tocar tanto, y que sea acotado no me gusta, porque quiero tocar mucho.

–Es raro que un músico diga que a veces no tiene ganas de tocar, ¿en serio te pasa?
–Sí, por supuesto, claro, obvio. Una vez que arrancás por ahí seguís y todo bien, pero hay veces que estás cansado, enfermo o con resaca, y tenés que tocar igual. Nosotros tocamos mucho, si tocásemos una vez al año trataría de no enfermarme y no llegar cansado, pero tocamos un día y al otro tocamos de nuevo. A veces estás mejor y otras no tanto.

–Y cuando no hay ganas de tocar, ¿lo sufrís como un laburo?
–No, no. Si fuese a una oficina sufriría mucho más. Lo sufrís por el hecho de subir, haría que sea un show más corto ponele. Pero es como los nervios: a veces uno se pone nervioso por cosas o está inseguro, pero cuando arrancás a tocar se va todo.

–Del 1 al 10, ¿cuán contento estás con el presente de Onda Vaga?
–10, sin duda.

–¿No le sumarías un disco nuevo?
–Sí, pero en diciembre o enero vamos a arrancar con el tercer disco. Ya tenemos armadas algunas maquetas, pero no definimos todavía dónde vamos a grabarlo, aunque va a ser algún lugar de acá de Buenos Aires. Lo vamos a producir nosotros.

–¿Por qué deciden producirlo ustedes?
–Porque sabemos lo que queremos, y sumar una cabeza más… ya somos cinco los que componemos, los que decidimos, y sumar uno más a veces es complicado. A veces es mejor, quiero ser ambiguo, pero en este caso no. Queremos producirlo artísticamente nosotros y después buscar alguien que nos grabe, porque tenemos conocimiento pero no experiencia para ese trabajo.

–¿Tampoco quieren entregar 20 canciones y que alguien elija solo 12 o 13?
–Claro, por ejemplo. Ahora eso lo decidimos nosotros, armamos una bolsa de canciones y vamos decidiendo. Decimos “esta sí, esta no”.

–¿La lista de temas ya está cerrada?
–Queda la puerta abierta para que surja algo nuevo, pero ya sabemos qué temas vamos a entrar a grabar de una, pero estamos abiertos a que suceda algo en el estudio, por ejemplo, que se sume o se baje alguna canción.

–¿Se dan negociaciones de “dejame meter este tema mío y yo dejo que metas tal otro”?
–Se da implícitamente, aunque yo no arreglé nada con nadie. Por ahí si yo te tiro buena onda con un tema, vos me tirás buena onda con el otro, aunque el objetivo debería ser que vaya el que realmente está bueno, sin importar de quién sea. Además, hay temas que se hacen de a dos o tres. Lo de los negociados fue en chiste, aunque a veces me pregunto ¿cuál es el criterio para que tal canción vaya? (ríe).

–¿Te animás a decir qué diferencias puede haber con los anteriores discos?
–Como animar, me animo, pero no sé si voy a decir cualquier pavada. El espíritu que tenemos es que sea distinto, y que haya algunas conguitas. Por ahora, decimos “que haya conguitas”.

–¿Tienen miedo de que el nuevo disco no le guste a la gente?
–No, no. A mí ya me gusta, eso hace que no me importe mucho. Si después gusta o no… ojalá que sí. Al que le gustaban los otros, este seguro también le gustará.

–¿Cómo deciden seguir armando un tema o dejarlo y archivarlo?
–Son dos cosas distintas seguir o dejar. Las dos tienen cosas buenas y malas. A veces podés dejar un poquito y dar un respiro y volver, y a veces seguir… Estoy diciendo todo muy ambiguo, creo. La decisión es distinta, seguir y parar tienen cosas buenas y malas cada una. Un total serían cuatro opciones.

–Para seguir con la ambigüedad, ¿preferís estar en el estudio grabando o sobre un escenario?
–A mí el estudio me gusta mucho. Las dos cosas son lindas y distintas. Cuando tocás bastante me cansa un poco, pero me gusta mucho también. Seguimos ambiguos.

–¿Por qué deciden ser independientes?
–Tuvimos ofertas pero no arreglamos nada. Estamos viendo cómo es, cómo funciona, porque ser independiente también conlleva otras cosas como derechos de autor y papeles, que a veces los puede manejar una compañía sin que vos pertenezcas al sello.

–¿Sienten el crecimiento de la banda?
–Sí, sí, sí. No sé si es la banda que más crece, pero sé que la banda en la que estoy tocando creció hasta un lugar que yo no imaginaba nunca. Tocamos en Japón, en Europa… La verdad, es algo brillante, inimaginable.

–¿Disfrutan ser populares o preferían algo más íntimo, como en los comienzos?
–Las dos cosas (ríe). Algo íntimo está bueno, y un show grande también está bueno. Igual son los shows grandes los que hacen que podamos vivir de esto.

–¿Les gusta vivir de la banda? ¿No carga a la música con un peso extra?
–Algo de eso hay. Pero creo que el hecho de vivir de algo que no estás convencido hace que te convenzas. Es triste, pero… Yo tengo la banda porque arrancó siendo para tocar, no teníamos pretensión. Ahora tengo en cuenta que puedo trabajar de esto. o

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