Estados Unidos ha entendido bien cuáles son los peligros del mundo actual para su pretendida hegemonía geopolítica (la República Popular China y sus aliados), y en ese marco también de qué se trata la operación militar desatada por la Federación de Rusia en territorio ucraniano y los peligros que conlleva para para su país y la alianza de naciones que lidera. Pero viene errando estratégicamente las decisiones que toma para contrarrestar la misma (inflación y suba de tasas, desconfianza creciente en el dólar, aparición de otros circuitos económicos, inutilidad de las sanciones, problemas sociales internos). Mientras satura con los envíos de equipamiento militar a Ucrania y presiona a sus aliados para el mismo fin, se le complica (a todos) la política y la economía.
De todos modos, en el plano táctico algunas cosas le están funcionando por ahora bastante bien a Estados Unidos. En términos económicos atiende y beneficia especialmente los rubros armamentísticos y energéticos. Elimina stock para generar nuevas armas y trata de cubrir con energía propia o de países amigos (y otros como Venezuela) el agujero negro que en ese campo deja Rusia en el mundo, al menos por ahora.
La Organización del Atlántico Norte (OTAN) era ya una estructura en decadencia por falta de objetivos reales, pero en 2014 a raíz de los plebiscitos de Crimea y Donbass, nació un plan. Había que sacrificar un peón, ese era el único problema, Ucrania. Y lo hicieron. Ahora la OTAN parece verse revitalizada con su accionar diario y permanente para discutir sanciones y entrega de armamento cada vez más pesado y letal a los pobres ucranianos que ven, cada día que pasa, destruir sus familias, sus pertenencias, su país en una guerra que el irresponsable de su Presidente pretende perpetuar a pura pérdida siguiendo los dictados de Washington.
Volodimir Zelenski es un político mediocre, un irresponsable histriónico. Le habla al mundo y da órdenes como si fuera un estadista de la talla de Franklin Roosevelt, Winston Churchill o Josef Stalin. Y en realidad, este actor se mueve muy bien en las cadenas de medios occidentales y en redes sociales en donde le manejan el discurso (y los montajes) Washington y Londres. Él pobre Zelenski se cree habilitado para dar órdenes a sus pares fuera de su territorio, que puede decidir que tienen que hacer los distintos países de Europa, en qué tiempos, como así las organizaciones que los nuclean como la Unión Europea. Con total cinismo hay muchos líderes que le desconfían en privado y les gustaría ningunearlo, pero lo adulan en público, brindándole todo tipo de elogios al heroísmo personal y de su pueblo y permitiéndole hablar con algunos parlamentos que lo aplauden de pie, mientras a él le toman buena parte del país y le destruyen la economía dándole montañas de plata que no podrá devolver nunca o también vendiéndole continuamente armamento obsoleto o algunos más nuevos para las pruebas de campo de las potencias occidentales.
Pero la gran decepción en esta reaparición de la Unión Europea es su absoluta sumisión a los Estados Unidos, incluso la mayoría de las veces en contra de sus propios intereses, la confirmación del porqué del Brexit del Reino Unido, que se expresa en los verdaderos socios del futuro de los Estados Unidos, el AUKUS conformado ahora con Australia y Reino Unido, (Canadá está siempre, aunque no figure) mientras buscan a Japón para hacer la pinza más completa por el este del mundo sobre China y Rusia.
Ese es el actual núcleo duro de Estados Unidos, curiosamente todos países alejados de la primera línea de fuego. Para eso está Europa en donde ya se desarrollaron varias guerras y parecen estar acostumbrados a que se sucedan en su tierra las catástrofes. Seguramente empresas y dinero americano irán a reconstruir todo lo que se rompa en cada conflicto. Parece increíble que los anglosajones de AUKUS hayan convencido a 27 países que lo más conveniente es alargar la guerra, tal como declaró Josep Borell, que la definición se dará en el campo de batalla y entonces boicotean inmediatamente con mentiras seriales tanto el proceso de negociación de Bielorrusia como el de Turquía. Jamás piensan los europeos por estos días las nefastas consecuencias para ellos si algo sale mal en este conflicto. Sobre todo si se saliera de madre por cualquier razón o por orden de “sus superiores”, quienes nunca darían la cara por ello.
Los costos de la energía y los alimentos irán claramente al alza como la inflación y la recesión en todos los países de Europa, -y también en el resto del mundo- hasta que se acomode un nuevo escenario en el cual se sabrá con más certezas qué países se encargarán de qué cosas, en que moneda se pagarán esas cosas, las distintas logísticas que se usarán, se confirmará la inutilidad de las sanciones como método de apriete político, se verificarán qué bloques políticos quedan en pie y cuáles debilitados o directamente inexistentes y es aquí donde quiero volver sobre Europa. La UE se ha transformado literalmente en una organización agresiva y ofensiva al servicio de los intereses de los países del AUKUS, y sobre todo de Estados Unidos. En lugar de ser la bisagra perfecta entre la enorme capacidad armamentística americana (además de socio comercial) y el fluido comercio con Eurasia dominado en la actualidad por el otro eje ya asociado estratégicamente, se ha cortado una pierna con su postura inentendible y lo más posible que la otra se le debilite hasta quedar rengo si sigue dando pasos en falso.
Como si en el mundo no existieran ya demasiadas tensiones y problemas sobre todo súper estructurales entre las grandes potencias y de supervivencia entre los países en desarrollo o directamente pobres, a la vieja Europa no se le ocurre mejor idea que hacer seguidismo de intereses ajenos gastando la plata que no tiene, complicándose en su contrato con su propia población a la que castiga para salvar el “honor de los Estados Unidos” y jugar de sirviente acomodado con una potencia que jamás volverá a ser hegemónica. Una OTAN fuerte y democrática requiere de una UE igual de soberana y potente, todo al revés de lo que demostró en esta etapa, del 2014 para aquí (inacción) pero sobre todo ahora (ayudante de luxe). Lo normal es que tantos errores de esta magnitud impacten en el corto y mediano plazo sobre esta estructura que en la práctica solo suma -sin chistar- mucho dinero y armas para Ucrania, a pedido de AUKUS y su vocero Zelenski que se dice europeo, aunque trabaja para otros países. Es por eso que existe tanta contradicción -todavía no abierta ni pública- en el seno europeo, de la cual solo escapan en tiempo y forma con dignidad -y apoyo popular- los también democráticos pero ignorados, Serbia y Hungría.
Nunca más claro el dicho que decimos en Argentina, que “Europa hizo un negocio chino” alejándose del esquema de la Eurasia poderosa que ya lo es y será todavía más dominante en la globalidad con el paso del tiempo. Los países que se abstuvieron o votaron en contra de los Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos en la ONU fueron 82, contra los 93 positivos -la mayoría presionados- o solo por ignorancia o desprecio de lo que había en juego. En cambio, votar en contra de USA siempre es un voto crítico para cualquiera, es la primera potencia mundial y siempre castiga y sanciona a quién no le obedece. Hay que tener cojones. Y lo tuvieron. Más del 70 por ciento de la población del mundo vive en esos 82 países, muchos tienen reservas importantes y monedas fuertes, armas de última generación, energías de todo tipo, organizaciones globales como BRICS, la mayoría de CELAC y sus núcleos duros, la Unión Africana, Comunidad Euroasiática, Organización de Cooperación de Shangai, etc.
¿En donde quedó hoy la bella, vivaz y vieja Europa? Con tanta historia, pero hoy sin líderes, sin ideas, sin proyecto, solo un conjunto de pueblos maravillosos arruinados por incompetencia y mediocridad de sus dirigentes que en esta oportunidad (como en otras) no estuvieron a la altura y algunos señores (o mujeres) horribles decidieron cavar su propia fosa común. Tuvieron que asistir a ¿la cumbre? del fiestero Boris Johnson en su visita al heroico impostor de Zelenski esta semana, reservándose el inglés su lugar -en primera fila- para el entierro de la Unión Europea, a la cual ya no pertenece. El otro, menos. Ambos quizás rían y beban ese día. Perdón Ángela, no saben lo que hacen…