El número dos del gremio de los camioneros e integrante del triunvirato de mando de la CGT, Pablo Moyano apuntó contra el presidente Alberto Fernández y a la ministra de Trabajo, Raquel Kelly Olmos, por la demora en otorgar una suma fija por decreto para compensar el impacto de la inflación. Es más, los responsabilizó de ser ellos los que frenaron su pedido.
“La decisión política de la suma fija la debe tomar el Gobierno. Aquellos gremios que no llegan a cubrir la inflación hay que darle un bono de 30, 40 o 50 mil pesos. Hace ocho o nueve meses venimos insistiendo. La ministra de Trabajo, dice que no, Alberto dice que no”, se quejó Moyano.
Y agregó: “Seguimos dando vuelta y el salario se sigue deteriorando”.
Moyano presiona por una suma fija a pesar de que dentro de la CGT no hay una postura unánime. Hasta antes de la última corrida cambiaria y su impacto en los precios, los principales referentes cegestistas rechazaban cualquier posibilidad de una suma fija con el argumento de que el refuerzo salarial alteraría el normal curso de las paritarias sectoriales.
Sobre este punto chocan posiciones: el moyanismo y los gremios más identificados con el kirchnerismo presionan desde hace meses por una suma fija, mientras que el sector más dialoguista apuesta por el marco paritario y un plus adicional a fin de año.
Hace dos semanas, sin embargo, hubo un giro por la disparada de los precios y con índices inflacionarios mensuales por encima del 8%. Andrés Rodríguez, jefe de los estatales de UPCN, abrió la puerta a un debate interno.
“Tenemos que generar un nuevo aumento para, al menos, empatarle a la inflación. La suma fija ahora sí puede ser una herramienta importante para algunos sectores con salarios bajos. Estamos teniendo dificultades, los plazos paritarios que antes eran de un año ahora se revisan cada tres meses”, dijo Rodríguez.