Pasó de la Legislatura al Consejo de la Magistratura porteño. Elegido por unanimidad, Enzo Pagani se convirtió este martes en el titular del órgano que controla y promueve a los jueces en la Ciudad de Buenos Aires y ya tiene en claro cuál será su objetivo en el cargo: lograr el completo traspaso de las competencias judiciales que le corresponden a la Capital Federal y que aún están en el fuero nacional, pese a la reforma constitucional de 1994.
“El desafío es consolidar la autonomía de la Ciudad”, aseguró Pagani en diálogo con Noticias Urbanas horas después de su designación en el Consejo. La tarea no se prevé complicada, teniendo en cuenta que desde el 10 de diciembre la Nación y la Ciudad serán gobernadas por el macrismo. “Va a ser más sencillo, aunque de manera paulatina”, reparó. Delitos contra las personas, el enriquecimiento ilícito o el prevaricato se traspasarían a la jurisdicción local, así como los fueros de la Justicia civil, comercial y de familia que no son de competencia federal.
En medio de la pelea que tuvo estos años el kirchnerismo con la Justicia, Pagani destacó la labor de su antecesor en el Consejo, el peronista Juan Manuel Olmos. Adelantó que la relación del presidente electo, Mauricio Macri, y la Corte Suprema será de “respeto y coherencia sobre la independencia de los poderes” y dio su postura sobre la composición del máximo tribunal: “A partir de que queden tres miembros será un tema de agenda”.
–Fue elegido por unanimidad al frente del Consejo de la Magistratura porteño, ¿cuál es el desafío entonces?
–El desafío es trabajar por la consolidación de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. El Poder Judicial tiene un rol muy fuerte en lo que resta de la consolidación autonómica, frente a un Ejecutivo y un Legislativo que están más completos. En este ámbito aún hay un claro atraso en lo que refiere a las competencias.
–¿Ese traspaso de competencias será casi natural al ser Macri el presidente y Larreta el jefe de Gobierno?
–El traspaso es un tema en el que ya ambos candidatos a presidente habían comenzado a mostrar su predisposición. El antecedente es el traspaso de la policía, y es una cuestión lógica que de la mano de eso haya un traspaso, primero, de las competencias penales, y luego, del resto de la Justicia ordinaria. Naturalmente la existencia de un presidente que proviene del ámbito de la Ciudad y que conoce claramente las competencias porteñas y sus limitaciones hará todo más fácil. También habrá que tener una visión más metropolitana porque las barreras geopolíticas entre la Ciudad y la Provincia no existen. Avellaneda y La Boca son lo mismo, así como Vicente López y Núñez también son lo mismo. Entonces, hay que elaborar políticas de gestión pensando que esto es un núcleo jurisdiccional metropolitano. Hay que diseñar políticas para toda el área. Y el próximo presidente, la gobernadora Vidal y Larreta tienen una visión en común. Esto va a ser más sencillo.
–¿Cómo va a ser su reemplazo de Juan Manuel Olmos, considerado un hábil animal político, que supo acercar las posiciones entre el kirchnerismo y el macrismo pese a las peleas entre ambas fuerzas?
–El doctor Olmos deja un Poder Judicial ordenado. Fue un excelente presidente y un verdadero gestor como titular de la Magistratura. Él le dio un espaldarazo muy fuerte al rol del Consejo en la Ciudad, que es muy influyente en términos de incidencia respecto del Poder Judicial, no solamente porque promueve o remueve jueces sino porque también tiene facultades de administración.
–En las PASO porteñas usted se definió a favor de Larreta. ¿Cuál va a ser ahora su relación con el jefe de Gobierno electo? ¿Ya hubo alguna reunión?
–Aún no hablé con él desde que fui elegido presidente del Consejo porque fue hace apenas un día, pero estamos en permanente contacto. Ya tuvimos reuniones proyectando ejes de trabajo conjunto, siempre desde una concepción lógica de independencia de poderes. A mí ahora me toca ser la cabeza judicial en la Ciudad. Entonces, hay que respetar la independencia republicana. Hay muchas cosas donde nos podemos complementar.
–¿En cuánto tiempo se completará el traspaso de las competencias?
–Va a ser paulatino. Hay que trabajar de manera muy consciente y detallada con todos los magistrados porque esto va a generar movilización en el ambiente. Los jueces nacionales han sido toda su vida nacionales, por lo que han respondido a otra lógica. Jerárquicamente, responden ahora a la Corte. Hay que hacer un proceso de conversaciones y acercamiento.
–¿Tendrá que votarse una ley en el Congreso y otra en la Legislatura?
–Hay un convenio de traspaso de competencias que ya está votado y que podría operativamente usarse. Tal vez sea necesario algún retoque en términos legales en el Congreso. Pero todo va a ser gradual. Todos los sectores de la Justicia, incluidos los trabajadores, tendrán su oportunidad para opinar y así arribar al mejor modelo de Justicia porteña.
–Ahora que el macrismo será oficialismo a nivel nacional, ¿cuál será su relación con la Corte?
–El macrismo tiene para mostrar ocho años de convivencia con la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Siempre ha habido un absoluto respeto y coherencia sobre la independencia de los poderes. Lo que viene a futuro será tal como el Pro se manejó en el pasado. Aun cuando hubo fallos adversos, ha sido respetuoso desde la Ciudad. Siempre recurrió a las herramientas legales y procesales. Entonces, el próximo gobierno se mantendrá en esa lógica, que es la que hay que defender y constituir. Hemos vivido un proceso muy complejo estos años. Para mí lo más grave no fue la mala relación que hubo entre el kirchnerismo y la Justicia, sino la falta de respeto que el kirchnerismo le ha tenido a la República.
–Durante el kirchnerismo, la Justicia fue a veces reparadora de embates institucionales.
–Es que esa es la esencia de la Justicia en el sistema republicano. Nosotros siempre respetamos los fallos. Está bien que la Justicia subsane cuestiones cuando se advierte que desde los distintos sectores de poder se cometen errores o se llevan adelante mecanismos que no respetan la ley. Vamos hacia una Argentina mucho más respetuosa de la Constitución.
–¿Cuánto tiempo va a tardar Macri en completar la Corte Suprema?
–No va a apurarse para hacerlo, lo que no quiere decir que no sea un tema prioritario. Tiene un tiempo razonable porque la Corte está funcionando.
–Pero el 11 de diciembre se va Fayt y ya no está Zaffaroni.
–Es verdad, a partir de que queden tres miembros será un tema de agenda. No creo que haya un apuro extremo pero será un tema prioritario. El máximo órgano judicial tiene que tener las garantías necesarias para funcionar.
–¿Están descartados los nuevos candidatos que Cristina propuso para la Corte? ¿Hay pistas de quiénes serían los candidatos de Macri?
–Entiendo que están descartados. Y sobre los futuros candidatos, es algo que seguramente el presidente electo todavía tiene muy guardado. Recién esta semana comunicó su gabinete.
–En referencia al gabinete, ¿qué se puede esperar del futuro ministro de Justicia, Germán Garavano?
–Es una persona de reconocida experiencia y de trayectoria, sobre todo en su desempeño en la tarea pública. Tiene muchas condiciones para ser ministro de Justicia y esperamos desde la Ciudad encontrar un interlocutor abierto y con disposición para trabajar en conjunto.