La caja de Pandora volvió a abrirse esta semana, reviviendo aquel mito originado hace miles de años en la antigua Grecia, que narraba la aventura que comenzó Zeus enviando a esta mujer a la Tierra, portadora de una caja que contenía todos los males del mundo. La recomendación era que nunca debería ser abierta.
Pandora (panta-dora, la que posee todos los dones), que había sido dotada de una gran curiosidad por Hermes, el mensajero de los dioses, desobedeció al Rey del Olimpo, abrió la caja y, como resultado todos los males: la ira, la enfermedad, la locura, el vicio, la pasión, la tristeza, el crimen y la vejez se esparcieron por la Tierra. Pero Pandora abrió y cerró la caja en sólo unos segundos, por lo que en el fondo es ésta quedó atrapada Elpis, la esperanza. De ahí quedó aquel apotegma: la esperanza es lo último que se pierde.
Pandora, Siglo XXI
En el caótico Siglo 21, todos aquellos males que liberó Pandora reinan aún sobre la Tierra y vagan libremente por los paraísos, aunque en este caso, son fiscales. Al menos esto comprobaron los integrantes del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés: International Consortium of Investigative Journalists).
Luego de una investigación que duró mucho tiempo, en la que trabajaron varios de los medios más importantes del mundo la ICIJ publicó los resultados, que son absolutamente descorazonadores. Hay 35 líderes mundiales y 330 funcionarios públicos de 90 países que poseen cuentas secretas, en las cuales depositaron dineros mal habidos, producto de la evasión y de la fuga de divisas desde sus países hacia los paraísos fiscales más “productivos” de la Tierra. Es la gente que votamos los ciudadanos de a pie, los que cada vez tenemos menos, mientras ellos tienen ingresos ilegales cada vez mayores.
El mundo corporativo también prestó a varios de sus hombres para compartir con los presidentes y ministros acusados el camino de la corrupción, la evasión y la fuga de dinero. Tal para cual.
El tamaño de la filtración de los Pandora Leaks abarca más terabytes incluso que la de los Panama Papers. Éste incluyó 2,94 TB, superiores a los 2,6 TB del estudio Mossack-Fonseca. La filtración se vincula con 14 diseñadores de firmas offshore, que ofrecen a sus usuarios fantasías de papel para esconder sus fondos de la vigilancia –ellos le llaman “voracidad”- fiscal de los estados.
La selección argentina
Esta vez nuestro castigado país, a pesar de las muchas vicisitudes que soporta, lo mismo alcanzó el podio. Se encuentra en un meritorio tercer lugar entre los países con más fugadores seriales de dinero. Hay 2.521 argentinos que ocultaron sus beneficios monetarios al fisco, para fugarlo a distintos paraísos fiscales. Es un gran mérito, ya que por delante sólo quedaron dos países, que cuentan con la ventaja de haber formado a varios de los mejores especialistas del mundo en este rubro, que son Rusia, con 4.437 evasores y el Reino Unido, que posee nada menos que 3.501 delincuentes económicos.
Como no podía ser de otra manera, ya que Panamá pareciera ser su país preferido, el Clan Macri prestó a varios de sus miembros para que figuren en el selecto grupo de fugadores de divisas en otros países. Allí figuran Mariano Macri y su hoy detestado hermano mayor, Mauricio. Faltaría saber si también figura en el dudoso cuadro de honor el hermano del medio, Gianfranco, que en la Ley de Blanqueo de Capitales incorporó a su madre a la norma, cuando ese trámite estaba expresamente prohibido.
Como hasta ahora hay alrededor de 12 millones de documentos en la investigación y aún hay muchos más, aún falta revelar muchos nombres, por lo que no se descarta que se sumen más argentinos a la lista.
Pero, como la nómina acepta a las más diversas actividades, sin discriminar a ninguna, también hay publicistas, como Jaime Durán Barba e hijos presidenciales, como Zulemita Menem y Humberto Grondona (h).
Debido a su amplitud política, también hubo cabida en la manzana podrida para los kirchneristas Daniel Muñoz y Ernesto Clarens, gente de dudosa rectitud. Tampoco podían estar ausentes algunos adinerados jugadores de fútbol, como Ángel Di María y Javier Mascherano o exjugadores, como el actual técnico de Messi en el Paris-St. Germain, Mauricio Pochettino.
Pero, oh! sorpresa, a la lista se agregaron por mérito propio los empresarios farmacéuticos Hugo Sigman y Marcelo Figueras, de destacada actuación durante la pandemia. El primero fabrica el principio activo de la vacuna de Astra-Zeneca en el laboratorio Insud y el segundo, dueño del laboratorio Richmond, fabrica la Vacuna Sputnik-Vida en su planta de Del Viso. De todos modos, estos dos últimos informaron que sus cuentas están declaradas ante el fisco.
Pero en Latinoamérica hubo tres presidentes que cruzaron todas las líneas. Son ellos los presidentes de Chile, Sebastián Piñera; de Ecuador, Guillermo Lasso y de República Dominicana, Luis Abinader.
Sebastián Piñera vendió en diciembre de 2010 la empresa minera Dominga a su socio y amigo de la infancia Carlos Alberto Délano en 152 millones de dólares. De esta suma, sólo 14 millones fueron pagados en Chile. Los otros 138 millones se abonaron en la Islas Vírgenes y así ambos socios para el delito se saltearon la pesada tarea de pagar impuestos. No sólo eso. El pago fue en tres cuotas, de las cuales la última –que debía saldarse el 31 de diciembre de 2011- sólo sería abonada si el Estado chileno no declaraba como zona de protección ambiental la zona en que se asienta la mina y el puerto que da al Océano Pacífico. Por supuesto, como esa nomenclatura debía realizarla el Gobierno que presidía Piñera, éste obvió hacerlo y esta cuota fue saldada por su socio y amigo.
Guillermo Lasso, en cambio aseguró que está desvinculado de sus empresas desde antes de asumir el Gobierno y que la información del ICIJ es “obsoleta” y “fuera de contexto”. Alegó que se deshizo de sus empresas en 2017, cuando una ley dictada en tiempos de Rafael Correa prohibió a los candidatos poseer cuentas en paraísos fiscales. De todos modos, reconoció que antes las tenía.
Luis Abinader, presidente de República Dominicana, que es empresario de turismo y hotelería, respondió a las acusaciones con un comunicado de la Presidencia en el que aseguró que él “y su familia utilizaron compañías offshore (con ventajas fiscales) para manejar inversiones y activos locales que cumplen sus obligaciones tributarias en el país”.
Demasiadas palabras para tan flojas explicaciones.
Los resultados de la evasión
Una de las explicaciones más populares que brindan las empresas es que las personas que poseen grandes fortunas se sienten más seguras si las depositan en Estados Unidos, adonde hay unos cuantos paraísos fiscales: el Estado de Delaware, Las Vegas, Reno, Nueva York, Wyoming y Dakota del Sur, entre otros.
Un reciente informe del Banco Mundial dio cuenta de que “en la gran mayoría de casos de corrupción, financiación del terrorismo, lavado de dinero y fraude, los vehículos corporativos (ya sean compañías, fideicomisos o cualquier otro tipo de estructura) se utilizan para esconder la identidad de las personas involucradas en la corrupción”.
Para el ICIJ, la huida hacia los paraísos fiscales de las fortunas de los más ricos del mundo suman unos u$s32 billones.
Por su parte, voceros del Fondo Monetario Internacional dejaron saber, casi casualmente, que la utilización de paraísos fiscales les cuesta a los gobiernos del mundo más u$s600 mil millones cada año, como producto de la evasión impositiva.
Una variada fauna en busca del paraíso
La lista de los dueños de empresas offshore es variopinta. También lo es la cantidad de paraísos que se dispersan por el mundo.
Entre los primeros se encuentra el rey Abdallah II, de Jordania; el rey del fútbol Josep Pep Guardiola; la cantante colombiano-libanesa Shakira; el cantante español y socio Mario Vargas Llosa, Julio Iglesias; el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes; el presidente del Banco Central brasileño Roberto Campos Neto; el socio de Julio Iglesias, Mario Vargas Llosa; el exprimer ministro británico laborista Tony Blair; los músicos británicos Ringo Starr y Elton John; la modelo alemana Claudia Schiffer; la examante del rey Juan Carlos de Borbón, Corinna Larsen y el único que tiene una actividad acorde con la acusación, el capo de la Camorra napolitana Raffaele Amato.
Los paraísos a los que accedieron estos tristes personajes son, además de los norteamericanos ya mencionados, Islas Vírgenes Británicas (que han dejado de serlo); Dubai; Singapur; Bélice; Chipre; Panamá (siempre aparece este país en todas las filtraciones) y las verdaderamente paradisíacas Islas Seychelles.
Piratas al acecho
Hasta hace unos años, el mundo de las finanzas estaba centrado en los bancos, por lo que era más sencillo ejercer algunos pocos controles (limitar el accionar de los banqueros fue siempre una ímproba tarea). Después aparecieron las financieras, el Contado con Liqui, los bonos estatales, la especulación en la bolsa de valores y hasta los usureros privados profesionales, tan dados al saqueo de las faltriqueras de sus clientes como los banqueros. Claro, en todos estos trámites, los banqueros estuvieron siempre cerca. Porque casi siempre la fuga del dinero comienza en los bancos y termina en el paraíso.
Esta profusión de vías de escape para el dinero, que se convierte de esta manera en dinero malhabido, significa un problema más que los estados nacionales sumidos en la impotencia no quieren o no pueden resolver.
El capitalismo se parece de esta manera demasiado a la piratería. El ícono de las finanzas debería ser Francis Drake o Barbanegra o Jan David Nau, El Olonés.