La empresa de medición de opinión pública Giacobbe y Asociados realizó una encuesta sobre la imagen del conductor televisivo Marcelo Tinelli.
La compulsa fue realizada sobre 3.500 casos, entre los días 27 y 29 de julio y ajustada por cuotas de sexo, edad y región. La modalidad fue un cuestionario estructurado con preguntas abierta y cerradas, sobre consultas a dispositivos móviles.
El resultado fue curioso, más teniendo en cuenta que existieron operaciones cruzadas que se desarrollaron tras algunos cuestionamientos que el propio presidente le efectuó a Tinelli, que le quitaron pureza a cualquier encuesta de opinión que se realice.
Para empezar, la medición de imagen de Tinelli arrojó como resultado cifras poco saludables para el conductor: la Positiva fue sólo del 17,6%; la Regular llegó al 25,6% y la Negativa se elevó hasta el 52,0%.
Luego, el otro ítem del interrogatorio estuvo relacionado con definir al vicepresidente de San Lorenzo con una sola palabra. Las principales expresiones que surgieron de “asociar libremente una palabra con una personalidad”, de acuerdo con los parámetros que propusieron los investigadores, arrojaron como resultado las múltiples interpretaciones que el público suele adoptar, de acuerdo a las múltiples versiones con las que se lo intoxica informativamente.
La palabra que surgió en primer plano fue “oportunista”, que en sí misma no marcaría una sanción moral, ya que puede ser tomada positiva o negativamente. La segunda palabra con la que los interpelados designaron a Tinelli fue también casi neutra: “empresario”, que también podría ser interpretada a favor o en contra.
En el tercer lugar se coló la campaña anti-Tinelli, por lo que comenzaron a aflorar los brotes de las redes sociales. El mote fue “mercenario”, una palabra que denota desprecio. El cuarto emergente que surgió del mapa mental que moldean las redes estuvo en la tónica de los dos primeros resultados: “conductor”, que hasta podría poseer una connotación positiva.
Pero posteriormente se abrió el abismo de los opinólogos, que se desbarrancaron motejando al conductor con denominaciones como “chanta”, “panqueque”, “payaso”, “trepador” y “comerciante”. Todas éstas muestran personas con opinión “formada” por su contacto con los medios de comunicación masiva, sin construcción propia ni aportes personales. Se podría decir, para graficar la concepción de la vida de muchos de ellos, que son campos arados en los que algunos especialistas en opinión siembran las semillas que los apartan de su libertad de construir una concepción propia del mundo que los rdoea.
En este punto es necesario aclarar que la encuesta no es para nada cuestionable, sino que muestra un universo de gente que deambula por la vida sienso “pensada” por otros o, como mínimo, siendo influenciada por las líneas que los aproximan a una ilusión de pertenecer a círculos de poder que jamás los aceptarán en su seno. Estos círculos utilizan a los medios como propaladores de la ideología que los empuja a la cumbre del poder.
De todos modos, Tinelli forma parte de este mismo grupo y utiliza sus medios de comunicación para generar una corriente de opinión favorable a sus propios negocios.
De todos modos, esta pelea es absolutamente inalcanzable para la gente común, que no avizora siquiera sus verdaderas implicancias, por lo que las respuestas muestran sólo un parecer sobre cosas que les son ajenas.