“Es bueno y legítimo querer ser presidente y gobernador. Y uno puede llegar a pensar también que uno es el más capacitado para esa función, pero no olviden que el resto de la sociedad tiene que creer que es el más capacitado”, dijo la presidenta Cristina Kirchner el último jueves, cuando desde la provincia de Chaco le pidió a los precandidatos del FPV un “baño de humildad”.
Sin embargo, sus palabras tuvieron poco eco dentro del peronismo que, al día siguiente, se reunió en Parque Norte donde reunió al Congreso Nacional partidario para discutir la estrategia electoral del justicialismo y designar apoderados. Ya que, ninguno de los anotados para la disputar las candidaturas a presidente y gobernador bonaerense del espacio dio un paso atrás.
En consecuencia, este lunes, el jefe de Gabinete de la Nación y precandidato a suceder a Daniel Scioli en la Provincia, Aníbal Fernández, cuestionó a sus compañeros. “Parece un chiste, les pidieron un baño de humildad y todos salieron a ratificar su candidatura”, se quejó, al tiempo que aventuró: “Creo que llegado el momento se realizará una valuación política para tomar una decisión”.
“Habrá que buscar la alternativa para que esto rinda los frutos de la herramienta. Las Primarias fueron cuestionadas y ahora son muy aplaudidas por la oposición. Habría que buscar una alternativa para que todos nos pongamos de acuerdo para evitar la dispersión de votos”, analizó Fernández, quien propone que haya dos precandidatos presidenciales y tres para la gobernación.
Las luces de alarma se encendieron en el Frente para la Victoria luego de la estrategia fallida en la ciudad de Buenos Aires, donde sólo uno de sus siete postulantes superara los tres puntos de intención de voto. Algunos creen que esa dispersión terminó siendo contraproducente para las aspiraciones de Mariano Recalde, el postulante de la Casa Rosada.
