El contundente paro de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) iniciado este martes en el interior del país reactivó los debates en torno a la inequidad en el reparto de los subsidios al transporte en comparación con los recursos que recibe el AMBA.
“Nuevamente San Juan, junto a todas las provincias del país, es rehén por una visión centralista de la Argentina”, afirmó al filo de la medianoche el sanjuanino Sergio Uñac, a través de sus sus redes sociales. Es un gobernador que tiene diálogo permanente con Fernández.
Nuevamente San Juan, junto a todas las provincias del país, es rehén por una visión centralista de la Argentina.
Abro hilo 👇🏾
— Sergio Uñac (@sergiounac) May 17, 2022
Por su parte el riojano Ricardo Quintela, otro mandatario muy cercano al Presidente, disparó: “Seguimos pidiendo por un federalismo en serio para todos y todas. Una vez más, todas las provincias padecemos la injusticia de un centralismo que nos invisibiliza”.
El viernes -cuando terminó la conciliación obligatoria dictada por Trabajo para la UTA y los empresarios del transporte-, en su cuenta oficial de Twitter el riojano señaló que hace “mucho tiempo” que vienen “reclamando la igualdad con el Área Metropolitana de Buenos Aires” y que no eran escuchados.
Al reclamo también se sumó este martes el santafesino Omar Perotti, otro peronista de perfil dialoguista con la Casa Rosada, al sostener: “No alcanza con declamar el federalismo. El conflicto del transporte del interior es la clara expresión del centralismo en la distribución de los recursos destinados a solventarlo. Es marcada la desigualdad en la asignación de las compensaciones: el 85% de los recursos se los lleva el AMBA, mientras que las provincias recibimos apenas el 15%”.
También destacó los recursos propios que las provincias aportan para afrontar ese desequilibrio, pero insistió en que “no alcanzan”.
Esta diferencia tiene efectos concretos en la calidad de prestación del servicio, la frecuencia y los cuadros tarifarios. En la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA, la tarifa está congelada en $18, mientras que en el resto del país ese monto se triplica o cuadriplica.
(5/7)— Omar Perotti (@omarperotti) May 17, 2022
En tanto que el cordobés Juan Schiaretti también ratificó sus críticas al esquema de reparto. La senadora cordobesa, Alejandra Vigo -esposa del gobernador- junto al mendocino Alfredo Cornejo y la tucumana Beatriz Ávila presentaron un proyecto para la creación de un “boleto federal”, sostenido con un fondo de subsidios.
▶ El reclamo en números
Uñac, en sus redes sociales, indicó que el AMBA recibe $26.000 millones por mes del fondo de compensación del transporte, mientras las 23 provincias, que concentran al 63% de la población argentina, reciben en conjunto solo $3500 millones.
“Nos cansamos de avisar de esta situación y de que así no se construye el FEDERALISMO [sic]”, subrayó.
El gobernador adelantó que los legisladores nacionales de su provincia presentarán también una iniciativa para una ley de Distribución Federal de los fondos de compensación al transporte y que invitarán al resto de las provincias a sumarse. Invitó a la UTA y a la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) a apoyarlo.
En febrero, cuando el Gobierno nacional anunció un proyecto para quitarle los subsidios a 32 líneas de CABA, no atendió los planteos de los gobernadores para hacer lo mismo con las 268 líneas del AMBA, de las cuales aproximadamente la mitad unen el conurbano con territorio porteño. En ese momento, desde la Casa Rosada intentaron que todas las provincias fueran contra la administración de Rodríguez Larreta, pero no lograron el objetivo.
Según el diario La Nación para las finanzas provinciales y municipales del interior, los aportes que deben hacer para sostener el sistema en funcionamiento son una carga significativa. El esquema de reparto de subsidios se cambió en 2018 durante la gestión de Mauricio Macri, allí se reemplazó por un Fondo Compensador que es el que funciona actualmente pero solo alcanza al interior del país.
También a comienzos de 2019 se eliminaron los subsidios al gasoil para las empresas de transporte urbano (el sistema se llamaba Sistau), lo que generó un alza en los costos de la prestación.