“Vecinos, ciudadanos, recuerden que existen baños públicos dependientes del Gobierno de la Ciudad que están sobre el parque Chacabuco (en el Centro Cultural, en el Centro Deportivo, en el bar, en el Centro de Vialidad y en las escuelas); también incluyen baño para discapacitados, ubicados al lado de la puerta del Centro Cultural Adán Buenosayres (avenida Asamblea al 1200). No es necesario implementar bares privados para que haya baños. También hay baños subterráneos originales del parque, que se pueden desenterrar y rehabilitar”, expresan en el barrio, por doquier, por medio de carteles que se viralizan en las redes sociales, los vecinos nucleados en la Asamblea de Parque Chacabuco, quienes desde hace semanas, domingo a domingo, justo a la hora en que otros empiezan a preparar el fuego para el asado o la salsa para las pastas, se reúnen para concientizar al barrio sobre una causa que consideran importante, cuya resolución, desde tal óptica, apremia: la disposición de la superficie verde del histórico parque porteño, todo un pulmón, concebido antaño como la “Córdoba chica” de esta Ciudad, bajo la proyección del paisajista Carlos Thays –con rosedal, lago, senderos floridos y múltiples especies arbóreas– y la definición de los pasos a seguir para evitar –de eso se trata su lucha– la instalación de un bar en sus terrenos.
El último domingo, justamente, la asamblea ratificó en el Centro Cultural Adán Buenosayres, a pesar de la lluvia, con aquel y otros argumentos, que llevan, en realidad, mucho tiempo, el rechazo a la iniciativa gastronómica en el lugar. Que es la oposición, agregan, a una idea del Gobierno porteño, que finalmente se hizo norma a través de la Ley 4.950.
Es que, según los vecinos de la Asamblea de Parque Chacabuco, el Ejecutivo local “gastará 4,5 millones de pesos para el emplazamiento de un bar de 260 metros cuadrados en el predio del parque, cuya construcción ya fue licitada. Pérdida de verde y promoción de los negocios privados a partir de la utilización del espacio público es la principal razón que esgrimen los vecinos para resistir los trabajos “que podrían arrancar en julio o agosto, en un lugar que ya perdió mucha área verde”, de acuerdo a Margarita, una de las integrantes de la asamblea. Este sería, además, el primer caso que pondría en juego la norma que permitió la instalación de locales de comidas en este tipo de terrenos.
En un comunicado, la Asamblea explica: “El Parque Chacabuco contaba con más de 20 hectáreas de espacio verde y actualmente le quedan menos de ocho: tiene cinco escuelas, la autopista (25 de Mayo), el Centro Cultural Adán Buenosayres, el polideportivo, el anfiteatro, la pista de atletismo, el natatorio municipal, la entrada del subte, una casita ocupada por un gremio, la estación saludable, el centro de vialidad, un estacionamiento privado, accesos para automóviles y cientos de caminos cementados”.
“La Ley 4.950, aprobada el año pasado, habilita a que se construyan bares en espacios públicos, pero no obliga: la Ciudad quiere inaugurar esa norma con el Parque Chacabuco, pero no lo vamos a permitir”, asegura a NU Paula Castelli, miembro de la Asamblea. Y los vecinos no apuestan solo a las movilizaciones de cada fin de semana: también esperan que el proyecto de ley del diputado Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico) los ayude en sus propósitos, ya que, de aprobarse, haría que el Parque Chacabuco quede exceptuado de la ley de bares y que, en paralelo, el Gobierno porteño tenga que dar macha atrás con la movida. “Esta semana nos presentamos en la Comisión de Espacio Público de la Legislatura para pedirles a los diputados que traten con urgencia el proyecto de Camps”, señala Castelli.
La norma en cuestión permite la instalación de bares en espacios verdes que tengan una superficie mayor a 50 mil metros cuadrados, estableciendo que en los más grandes podrán colocarse hasta cinco áreas, con una separación mínima de 200 metros entre sí. De esa forma, en total, son 60 los parques porteños que estarían en condiciones técnicas de albergar locales gastronómicos. El Parque Chacabuco, con sus 237 mil metros cuadrados, podría contener, entonces, al menos cuatro áreas de servicio.
Castelli cuenta que “el subsecretario Patricio Distéfano insiste en que harán el bar en el parque ‘porque lo avala la ley’”. Pero retruca: “Ya hay un bar de 400 metros cuadrados bajo la autopista, ¿para qué otro? Insistimos en esta idea: queremos más verde y menos cemento”. A su vez, tanto ella como Margarita aducen que el proyecto del bar tiene tres mil firmas en contra y que la Junta de la Comuna 7 ya manifestó unánimemente su rechazo.
“El parque, creado en 1908, supo tener poco más de 20 hectáreas. Hoy solo conserva ocho. Queremos que ese retroceso se frene de una vez, fundamentalmente en una Ciudad que tiene nada más que 1,8 metro cuadrado por habitante, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15”, añaden desde la Asamblea.
Al respecto, el viernes 12 de junio, el jefe de Gabinete de ministros y candidato a jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, escuchó las inquietudes de los vecinos en una reunión en el barrio y negó que el bar vaya a pertenecer a la Ciudad. Al ser interpelado sobre quiénes lo concesionarían, contestó: “No lo sé. Pero hagamos lo que hagamos, Parque Chacabuco siempre va a tener más metros cuadrados verdes”. “Claramente está falseando la realidad”, refieren, con algo de cansancio, desde la Asamblea. Y comentan: “La iniciativa del Gobierno porteño es, encima, inconstitucional, ya que los artículos 26 y 27 de la carta magna local son claros en cuanto a la preservación, incremento y restauración de los espacios que aseguren un ambiente sano”. Como este fin de semana habrá elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, los vecinos de la Asamblea de Parque Chacabuco convocaron a marchar el domingo 12 de julio, cuando concretarán una nueva asamblea, llueva o truene.
