Se llama Andrea, pero todos la conocen como Zepe. Simpática, creativa y curiosa, toma fotografías a lo que “le copa”, según se describe a sí misma, aunque lo que más le gusta es retratar a la mujer. Por estos momentos está interesada en la sensualidad y el peligro, y creó un método propio y original para fotografiar a gente corriente, no a modelos.
Se guía por la emoción, la pasión y en “hacer que las cosas sucedan”, según cita de su libro preferido “Ilusiones”, de Richard Bach.
Zepe saca fotos hace años y, sin saberlo en un principio, lo heredó de su abuelo, también fotógrafo: “Arranque por una curiosidad. Estaba haciendo diseño gráfico y no me cerraba, y un amigo me dijo que tenía que ser fotógrafa”.
Su carrera fotográfica empezó al revés de lo que comúnmente sucede: primero leyó el manual de una cámara y lo estudió; luego, vino la primera cámara, digital, y después la analógica (de rollo). “Todo al revés”, ríe.
Recuerda que “al principio, para practicar, daba vueltas por el barrio, pero no me cerraba. Y ahí fue cuando empecé a practicar con personas, porque lo estático está bueno, pero no termino de encontrarle la vuelta”.
Empezó a hacer fotos de lo que le pasaba en la vida, entre ellas, cuando se juntaba con sus amigas. Ahí detectó que en lo simple de la escena, había arte. Y se inspiró.
“Lo que más me gusta es retratar a la mujer. Mis fotos son una especie de estudio sobre la sensualidad femenina pero medio misterioso; sugerente y no tan concreto para el ojo, así uno puede imaginar algo y no queda todo tan plasmado en una imagen. Mi idea es que mediante la imagen uno pueda ir pensando e hilando cosas, que la mente del que recibe labure también”.
De esta manera, Zepe es una fotógrafa pero simula no ser la dueña completamente de su pieza de arte. Su idea es integrar al receptor de la imagen mediante el misterio, lo implícito e incógnitas, dando lugar a que su mirada sumada a la de él finalice el sentido de la obra. “La idea es que el que recibe tenga que armarse su propia historia en la cabeza, que imagine que hay detrás de cada cosa”.
Procedimiento
El procedimiento que realiza Zepe para realizar sus fotografías es muy especial y lo creó ella misma. Hace una especie de escena de película, donde primero se charla detrás de escena y luego comienza la acción.
Previamente se realiza una charla para que fotógrafa y fotografiada se conozcan. “Lo que más me interesa es poder encontrar de la persona qué es lo que le interesa, lo que le gusta, y después poder mostrarlo en las fotos de alguna manera. Es decir, plasmar lo que es esa persona y lo que tiene en la cabeza o lo que le está sucediendo en ese momento, y poder plasmarlo”.
Mostrar un pensamiento en una fotografía es un desafío enorme, pero Zepe logra crear el ambiente propicio para que todo resulte tal como lo planeó. Alguna de las claves que tiene para lograrlo son la elección de la música (que la elige la persona que va a ser fotografiada) o “romper el hielo” mediante la conversación con la cámara cerca. Eso le permite conocer de manera más introspectiva a quien se posará delante de su lente, con el fin de “retratar sus pensamientos”.
A medida que la charla avanza, la cámara empieza a estar al lado de ella, o en el medio de ambas partes, y casi sin pensarlo de repente están en plena sesión. Empieza midiendo la luz y se lo expresa a la persona, para que se relaje. “También les doy muchas indicaciones, que miren un libro, que no me presten atención, que no miren a cámara”.
Explica que “lo ideal es que no miren tanto a cámara, para que no se genere ese compromiso de ‘tengo que salir bien’, eso también descontractura bastante”.
A las chicas y chicos que convoca, los “estudia” a través de sus redes o pidiéndoles fotos. Así, su idea es conocer la profundidad de su ser y retratarla. “Con este procedimiento puedo entender bien a la persona, y ella puede ver que hay un interés del otro lado, que no es solo ponete ahí y te saco una foto; quiero saber de vos, que me cuentes, y que al mismo tiempo te puedas sentir cómoda y nos podamos reír en la sesión”.
Y resalta: “Yo quiero que la foto sea buena y transmitir algo, dependiendo de la persona. Lo que más me interesa, aunque suene idílico, es que se pueda ver su alma, de alguna manera, en la foto”.
“Se vos así yo puedo retratarte siendo vos, esa es la cabecera de todas mis fotos. Quiero que la persona se sienta libre y que yo la pueda tomar realmente como es, sin falsear la situación. Tengo la necesidad de aprender del otro, de poder empaparse de las cosas que hay alrededor”.
Es decir, que Zepe hasta casi que crea un vínculo con sus fotografías. “Después uno pasa a unos niveles tan íntimos con la foto, que a mí me parece necesaria esa charla inicial. Me dí cuenta que era necesario porque al principio yo estaba nerviosa al sacar la foto, y la persona no entendía si estaba cómoda. Entonces ahí me di cuenta de la necesidad de una charla previa”.
Su hincapié en sacarles fotos a personas y no modelos se argumentan en su interés por “las personas que no están acostumbradas a sacarse fotos, porque pienso que tienen mucho más que exprimir. Quizás esa persona no exploró sus poses o sus momentos detrás de la cámara”.
¿Qué te gusta transmitir con tus fotos?
En base a su idea de dejar de incógnito ciertos aspectos de la foto, sostiene que “los pensamientos que más me interesaron son los que están pegados a la sexualidad y al peligro. Me gusta jugar al límite y que se vea en las fotos”.
¿Existe ser o no ser fotogénico?
“Eso se puede aplicar a si sos fan de las selfies. Por ahí no todos salimos bien con esa toma, es jodida”, ríe pero señala que, para ella, “no existe ser o no ser fotogénico, creo que si hay un fotógrafo que sabe captar la esencia, no va a existir la fotogenia. Siempre va a haber alguien que pueda captarte de la manera en que sos realmente y vas a salir lindo”.
Por su parte, ella prefiere no salir en sus propias fotos, pero no por casualidad: “La idea es esa: generar el misterio. A mí me divierte un montón cuando me hablan pensando que soy un hombre, me pasa muchísimo. Porque como no dice mi nombre, y hay fotos de chicas, piensan eso”.
La cuestión de la mujer
“Me fascina la mujer. Es algo tan increíble, encima procrea, sostiene familias, lleva adelante una lucha que está día a día y cada vez más golpeada. Es algo que no puedo creer, y no puedo entender que aún así sigan intentando denigrarnos. Creo que las feministas llevan adelante una lucha increíble y las apoyo completamente”.
Actualidad
El arte de Zepe se puede ver a través de sus redes sociales: Instagram, Facebook, Tumblr, o por “la amiga de una amiga”. “Un poco de todo”, explica.
“Este año lo que me interesó es empezar a retratar artistas. Como a mí me interesa mucho la persona, quiero hacer fotos del arte de la persona y de la persona en sí misma en sus talleres. Estoy arrancando con este proyecto que no tiene nombre todavía, pero sería eso: el artista y su arte”.
Por otra parte, cuenta que “cuando agarro chicas que me interesan, es un intercambio. Si es modelo, yo le saco fotos, las edito y se las paso, pero es solo por amor al arte”.
También la llaman las marcas pero está más abocada a crear, experimentar y transmitir.
Sueña con hacer una muestra-instalación a gran escala con sus fotos, “pero bueno, eso es un proyecto que le falta más”, adelanta.
Lo divertido de Zepe es que se repite mucho a sí misma que “no tiene noción”, antes de comenzar a hablar de cualquier tema. No obstante, su éxito y su arte la contradicen rotundamente. Su instinto creativo la acorrala.
¿De qué se nutre un fotógrafo para crear?
“Me fascina la música, no vivo sin ella. Todos los días la necesito para desconectarme, pensar, para todo. De chica también hacía artes plásticas, siempre me gustó mucho la pintura. Mi abuelo materno, que no lo conocí, era fotógrafo”.
Su primera cámara “era esa de Seven Up, rectangular, a rollo”. También se divertía de chica jugando con la cámara de video de sus padres y, no por casualidad, ella siempre estaba detrás de la cámara guionando, enfocando y filmando.
“Cuando vas recopilando decís ‘todo tiene sentido’”, concluye.
Otras de las fotografías de Zepe, a continuación: