El diputado nacional de Juntos por el Cambio, Álvaro González, afirmó que está trabajando para que Horacio Rodríguez Larreta sea el próximo presidente, reivindicó la gestión de María Eugenia Vidal y opinó sobre el acuerdo con el FMI.
El Gobierno acaba de firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Cuál cree que es la letra chica?
No tengo ni idea. Yo, como todos aquellos que queremos que Argentina esté conectada con el mundo, celebro la actitud del gobierno de tener un entendimiento con el FMI. Antes, los acuerdos con el Fondo no necesitaban pasar por el Congreso porque estaban incluidos dentro de las atribuciones que te daba la Ley de Administración Financiera. Después de la nueva ley, ley que envió el Poder Ejecutivo Nacional, los acuerdos sí o sí deben pasar por el Congreso. ¿Pero si yo sé los detalles? La realidad es que es como una especie de Piedra Filosofal porque no lo sabe nadie. El gobierno tiene la responsabilidad de explicar los puntos de dicho acuerdo.
¿Y cómo ve este paso dentro del proceso de negociación con el FMI?
Tiene ventajas y desventajas. La ventaja es volver a estar conectados con la comunidad internacional. Las desventajas que tiene el kirchnerismo son filosóficas. Recordemos que cuando Néstor le pagó al FMI fue por una concepción política. ¿Y cuál era esa concepción política? Sacarse de encima los controles. Nosotros esperamos que el entendimiento no sea sólo patear para adelante el pago de la deuda. Tenemos predisposición a sentarnos a dialogar con el oficialismo, pero primero que nos explique qué quieren hacer con el Fondo.
¿Y cuál considera que es el rol de la oposición en este contexto?
Nosotros somos oposición hasta el 2023. En el mientras tanto, los planes y las acciones del Gobierno Nacional los tienen que explicar los que están ocupando ese lugar. Desde nuestro lado, después de las elecciones de medio término, hemos mejorado nuestro rendimiento parlamentario. ¿Es suficiente? No. Sigue gobernando el Frente de Todos. Y ellos son entonces los que tienen que explicar por qué hay dólares paralelos, los valores de la inflación, la pérdida del poder adquisitivo, la rebaja de lo que cobra un jubilado en términos nominales… En fin, todas esas cosas las tiene que explicar el oficialismo, que es el que gobierna. La única explicación que dieron hasta el momento consiste en echarle la culpa al pasado.
Usted fue uno de los primeros en acompañar la gestión del PRO. ¿Por qué cree que Mauricio Macri no logró conseguir la reelección?
En el 2019, hubo un sector de la sociedad al que nosotros no supimos contener. No pudimos explicarles la profundidad de la crisis cuando llegamos. Hoy, visto en perspectiva, nos damos cuenta de que no fue una decisión muy acertada. Más allá de todo, eso ya pasó. Macri terminó su mandato con un apoyo del cuarenta por ciento de la gente. Perdimos por siete puntos. Eso demuestra que el sector que había acompañado a Macri en el 2015 sintió que sus necesidades no fueron satisfechas y decidió votar otra opción. Listo. Basta con el “Ah, pero Macri…”. Yo ya no hago más autocrítica. Ya la hicimos. No soy un monje del siglo XV, flagelándome en la vía pública. Perdimos las elecciones y ganaron ellos. Bueno, insisto, ahora ellos tienen que explicar qué es lo que van a hacer. Además, el “Ah, pero Macri” es lo que les permitió volver…
Con respecto al conflicto del “Gestapogate”, usted tomó una posición y defendió a María Eugenia Vidal. ¿Usted cree que este escándalo puso en riesgo la credibilidad de Juntos por el Cambio?
Yo creo que todo lo que encuentra el gobierno, vinculado a darle verosimilitud a esto que dicen de que Macri te espía, lo van a explotar. Yo no creo en las teorías conspirativas. Pero… ¿no había Presupuesto y a los cuatro días salió el vídeo? ¿Dónde estaba esta cinta? ¿La encontró un tipo que no tenía nada que hacer y se puso a mirarla? Y quiero decir algo: yo no avalo lo que se dijo en esa reunión. Pero tampoco voy a convertir a las víctimas en victimarios, ni viceversa. El Pata Medina es el Pata Medina.
¿Pero usted cree que Vidal desconocía por completo lo que sucedió en aquella reunión?
Yo creo que no sabía. Y yo tengo que defender a María Eugenia Vidal.
¿Por qué dice que “tiene” que defender a Vidal?
Porque creo que dio una batalla que nadie había dado en la Provincia de Buenos Aires contra mafias que estaban enquistadas. Construir en la Provincia costaba veinticinco por ciento más. ¿Y eso por qué era? Porque había un sindicato, la UOCRA, que tenía un sistema por el cual los empresarios que querían construir en La Plata tenían que pagar coimas. Repito: era un sistema mafioso. Y esa discusión la dio Vidal. No la dio Kiciloff. Y las pruebas de lo que digo las presentó la Justicia. No lo inventé yo.
Hay algunos analistas que sugieren que este escándalo benefició a un ala de Juntos por el Cambio. ¿Coincide?
Yo la verdad es que ya tengo una posición tomada. Yo trabajo para que el próximo Presidente de los Argentinos sea de la oposición y aspiro que sea Horacio Rodríguez Larreta. Para que eso pueda pasar, lo primero que tiene que suceder es que Horacio sea el candidato del PRO. Yo creo en sus políticas. No creo en las de Patricia Bullrich. Patricia está en los extremos. Y nosotros estamos en un centro moderado, donde creemos que la solución que necesita el país no sale de las posiciones extremas. Al contrario, sale desde un lugar más de centro donde uno pueda dialogar con el otro. ¿Hay dos miradas? Sí. ¿Patricia está de un lado y nosotros del otro? Sí. Patricia viene de la extrema izquierda violenta y termina tomando café con Milei. Nosotros somos otra cosa. Somos moderados y somos coherentes.
¿Qué lo llevó a distanciarse del Justicialismo?
Yo en el 2003, estaba en el Justicialismo y discutí muchas cosas con mis compañeros. Kirchner no era peronista. Era algo más ligado a la izquierda. De ahí, me vine al PRO. Y desde que estoy acá, defiendo a Macri, defiendo a Larreta, y defiendo a todos los funcionarios porque fui por ocho años legislador de la Ciudad, mientras que muchos de los que hoy son halcones estaban en otros lugares. Ellos vinieron donde yo estaba. Yo no los fui a buscar. ¿Podemos tener visiones distintas? Claro. Hay un concepto que es como un mantra: la unidad. Y dentro de la unidad hay diversidad. Yo lo que pretendo es que las ideas que defiende mi sector sean las que triunfen para poder ponerlas en ejecución en la sociedad.
El oficialismo convocó una marcha contra la Corte Suprema. ¿Cree que es un indicio de que las instituciones democráticas están en peligro?
No sé si darle el carácter de “peligrosidad”. Lo que peligra es la credibilidad. La Justicia debe contar con independencia para poder llevar a cabo su trabajo. Que un sector del oficialismo convoque a una marcha en contra de la Corte es un absoluto dislate.
Para terminar, dado que participa de la Comisión de Energía y Combustibles en su rol como diputado, ¿qué propuestas daría para palear la crisis energética?
Uno de los factores por los cuales Macri perdió las elecciones fue por el precio de las tarifas. Hoy, el problema energético es que es uno de los focos de mayor déficit fiscal. Y eso es porque hay una universalización del subsidio. La energía tiene una etapa de generación, otra de transporte y, finalmente, de distribución. La distribución que es la última parte, donde están EdeNor y EdeSur y demás, se paga por afuera. La generación y el transporte tienen un costo que, con lo que pagamos los argentinos, no alcanza para cubrirlo. Entonces, ¿quién pone la diferencia? El Gobierno. Hay un sector vulnerable que necesita la tarifa social. Pero esto no se debería aplicar para las personas con mayor poder adquisitivo. Si al Gobierno le sobrara la plata, está bien si quiere subsidiar todo. Pero no nos sobra. Nos falta. Y eso genera un déficit que lleva al endeudamiento. ¿Macri era un endeudador serial por lo del Fondo? Estos se gastaron todos los dólares del acuerdo en un año y medio. Y ellos creen que endeudarse en pesos no pesa, como si no fuera un endeudamiento.
¿Cuáles serían las prioridades del país, hoy?
Hay dos urgencias. Por un lado, la inflación, que es el impuesto más perverso de todos, que los que menos tienen lo sienten más. Y, por otro lado, como la inflación aumenta la pobreza, esto genera también un aumento de la inseguridad. No es una sensación. Hay una verdadera inseguridad. Sólo hay que ver lo que ocurrió en Rosario. En una fiesta, dos sicarios matan a una beba de un año y a los padres. Y después, prenden fuego todo. Hay que parar. ¿Dónde estamos viviendo?