El jefe de Gobierno y precandidato presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Horacio Rodríguez Larreta quiere ser presidente y apuesta todas sus fichas por la postulación a gobernador bonaerense de Diego Santilli. Y lo hace, incluso, desafiando una especie de apotegma político. Los estudiosos de la provincia de Buenos Aires coinciden en que el candidato a presidente y los candidatos a intendentes son quienes traccionan la boleta en el cuarto oscuro. Es decir, las puntas de una papeleta que tiene ocho cuerpos. El gobernador queda en el medio de una larga tira. Por eso, centralmente, es una candidatura que suele pasar desapercibida.
Hace semanas que el equipo de campaña de Rodríguez Larreta y el de Santilli examina estrategias y posibilidades para romper con ese esquema y resaltar la candidatura del gobernador. “Tenemos al mejor candidato a gobernador, queremos que no quede perdido en el medio de la boleta”, explicó un armador político larretista.
Finalmente, dieron con la estrategia de marketing y comunicación política que consideran clave. Pintaron de rojo el cuerpo de la boleta donde está Santilli junto a Gustavo Posse, intendente de San Isidro y precandidato a vicegobernador. A diferencia del resto de los cuerpos, que quedaron con fondos blancos, en el tramo de Santilli se tiñó con un manchón colorado (a tono con el sobrenombre del candidato), con rosa y amarillo en los extremos del rectángulo.
“Es una forma llamar la atención, para que la gente identifique rápido a Diego”, detallaron desde el equipo que ejecutó esa táctica electoral. Larreta está convencido de que Santilli supera “cómodo” a Néstor Grindetti, el precandidato a gobernador que impulsa Patricia Bullrich.
Por el volumen electoral de la provincia de Buenos Aires, que representa el 37 por ciento del padrón total del país, obtener una ventaja puede resultar crucial para la elección presidencial. Especialmente, si se trata de una interna competitiva, como la de Bullrich y Larreta, una diferencia en la madre de todas las batallas puede resultar decisiva.
Para comunicar la medida, el larretismo difundió una boleta bonaerense con candidaturas de la Primera Sección electoral. No fue a la azar. En esa zona, quien encabeza la lista de precandidatos a senadores provinciales es Agustín Forchieri, principal operador político de Larreta. Mientras que el intendente que aparece es Gastón Di Castelnuovo, precandidato a intendente de Ituzaingó. Es uno de los dirigentes por los que más apuesta el larretismo para arrebatarle el poder a Alberto Descalzo, hombre fuerte del peronismo en el conurbano.
Larreta pujó fuerte, primero, para no compartir la candidatura de Santilli con Bullrich. Se negó a unificar postulación, a diferencia de lo que sucedió en la Ciudad de Buenos Aires, donde el pro cerró filas detrás de la candidatura de Jorge Macri. En ese mismo eje, empujó para que la boleta de su postulante bonaerense tenga un distintivo cromático.
Sobre piquetes e internas
Si bien hace algunos días se conoció que la tensión entre Bullrich y Larreta habría aumentado, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires contó que actualmente habla y “chatea” todos los días tanto con ella como con el expresidente, tal como hace más de 20 años.
En ese sentido, destacó que él “nunca” criticó a nadie del partido, por lo que explicó: “Cuando decís ‘se pelean’ requiere dos, el tango se baila de a dos. Yo no estoy en esa pelea. No hay un comentario mío agraviante”. De esta manera, intentó cerrar la brecha y aseguró: “Tanto Macri, como Bullrich y todo Juntos por el Cambio están en mi plan de gobierno”.
Larreta planteó que: “Patricia propone desde el mensaje fuerte y el modelo de confrontación y de ´el que no piensa como yo es enemigo´, ya fracasó”.
Así, sostuvo: “Nosotros proponemos un cambio en la vida de la gente: promover el laburo, transformar, como hicimos en la Ciudad de Buenos Aires. Hay que cambiar a fondo”. Para ello, y tras la toma de un anexo del Ministerio de Desarrollo Social por parte de los piqueteros, Larreta mencionó: “Yo el 10 de diciembre llego al poder y le saco a todos los intermediarios la potestad del plan social”.
Ante situaciones así, aclaró que “la solución no es vaciar la ciudad de policías para mandarlos de forma concentrada a la 9 de Julio y que detengan la protesta”. “No voy a hacer eso porque no es la forma. Lo único que hace es echar más nafta al fuego”, confesó en un intento de diferenciarse de las propuestas de otros dirigentes políticos.