El gobernador Axel Kicillof sostiene en su cargo al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, pese a las críticas públicas de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, sobre los excesos en el accionar del funcionario, que se autodefine “soldado de Cristina”.
Kicillof no pretende desplazar a Berni en el inicio de una campaña electoral. Hay una razón fundamental: no tiene otro nombre para ocupar el puesto más caliente en el gabinete de la provincia de Buenos Aires.
Además, hay otros motivos subyacente: sacar a Berni hoy sería dejar expuesto a Kicillof, sin escudo ante la ola de violencia que se gesta en el Gran Buenos Aires y ante los cuestionamientos que lanzan sus adversarios.
Kicillof sostiene a Berni, incluso en la disputa con Nación por la llegada demorada de gendarmes, donde vuelve a necesitarlo como escudo. “No voy a renunciar. Prefiero que me rompan la cabeza por trabajar a que me hagan fiestas”, dijo hoy el ministro de Seguridad en Canal 9.
Berni aseguró tras el episodio de violencia que Cristina Kirchner fue la primera que lo llamó y se solidarizó por las agresiones recibidas. No volvió a hablar de la vicepresidenta luego del contrapunto por el operativo para detener a los agresores. Cristina Fernández Kirchner le marcó la cancha a uno de sus soldados más díscolos.
Berni tomó nota del embate. Sabe que si Cristina Fernández Kirchner lo pide, Kicillof no tendrá más remedio que expulsarlo. Actuó rápido: “Si alguien creyó que hubo excesos pido disculpas”, dijo en un mensaje que tuvo como destinataria principal a la vicepresidenta.
Acabo de ver por televisión el operativo policial donde se detuvo a uno de los colectiveros que agredió salvajemente al ministro de Seguridad de PBA.
Me dicen que se trató de un operativo conjunto de la policía de CABA con la Bonaerense. ¿Era necesaria la magnitud del operativo y…— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) April 6, 2023