El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne acusó como un “avance del discurso kirchnerista” a las posturas críticas que tomó la CGT, que endureció su posición en la negociación con el Gobierno y se dispondría a convocar al primer paro general por 24 horas contra la política económica. Paralelamente, el flamante ministro negó que exista una “avalancha de importaciones”.
“En las últimas semanas, el discurso kirchnerista ha vuelto con fuerza, y ha calado en sectores con los que el Gobierno venía conversando una agenda muy constructiva”, expresó con fingida inocencia el ministro, para calificar a “un sector que apuesta a que al país le vaya mal“. El sector de la “agenda muy constructiva” es, para Dujovne, la CGT a la que no mencionó directamente.
Profundizando en su interpretación, el ministro aludió a que “en ese avance del discurso kirchnerista se ha enturbiado muchísimo la discusión, y se empiezan a nublar algunas realidades“. A la hora de señalar responsables por la supuesta ruptura de la armonía, el custodio de la hacienda nacional manifestó que el kirchnerismo “continúa con el mismo discurso sin tener en cuenta que hemos reconstruido el INDEC y la transparencia”, destacando a continuación que, a pesar de tanta crítica, “la economía está mucho mejor que hace un año atrás”.
Para abonar su optimismo, Dujovne destacó que “desde octubre se está creando empleo a buen ritmo“, que además “la inflación anualizada está muy cercana a la meta del Banco Central“, aunque “el consumo viene más lento de lo que nos gustaría“. Lo mismo, adelantó que habrá una mejoría al fin de las paritarias.
El ministro no dejó puntada sin hilo, por lo que también se refirió al ritmo de las compras externas, asegurando que “no hay una avalancha de las importaciones“, como sostuvieron los líderes gremiales. En este sentido, precisó que el año pasado las importaciones crecieron sólo el cuatro por ciento, señalando que Argentina es el país latinoamericano que menos importa, aunque si bien desconoció que haya avalancha, reconoció que “el gobierno anterior sobreprotegió la economía extremadamente. Tenemos que integrarnos más al mundo“, aseveró.
De todos modos, como para desmentir tanto optimismo, el jueves próximo el Consejo Directivo de la CGT se reunirá para ponerle fecha al paro, que se concretaría entre el cuatro y el seis de abril. Este martes, entretanto, los ministros de Trabajo, Jorge Triaca y de Producción, Francisco Cabrera, se reunirán con dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica y del transporte, agrupados en la CATT, para intentar ponerles paños fríos a su situación, que derivaría en sendas huelgas nacionales de esos sectores.
Los miembros del fallecido triunvirato de la CGT no están convencidos de que su camino deba culminar en esta etapa con un paro general, pero a la presión que sufren desde el gobierno, el siete de marzo sus bases le contrapusieron una presión como mínimo similar, entre insultos y agresiones, que los popes sindicales debieron leer. Desde ahí llegaría el paro.