Los senadores nacionales Federico Pinedo y Miguel Ángel Pichetto, junto al politólogo Carlos Fara, analizaron desde distintos ángulos los resultados electorales de las últimas PASO, especialmente la polarización, el crecimiento de Cambiemos en varias provincias del país y el nuevo mapa político frente a las elecciones de Octubre.
Lo hicieron durante un desayuno organizado por la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para una Nueva Argentina (FEPESNA), que preside Laura Velásquez, al que concurrió un importante grupo de personalidades de la justicia, el empresariado, el sindicalismo, el mundo diplomático, representantes del gobierno y la oposición política.
El senador nacional por Cambiemos Federico Pinedo interpretó que las PASO pusieron de manifiesto “un fenómeno diverso que tiene en la base un mensaje común” hacia la política.
Desde una mirada particular, el también vicepresidente provisional del Senado de la Nación señaló que se está produciendo “un cambio en las bases” tendiente a cambiar el sistema que, a su juicio, no es percibido por los políticos.
Explicó que lo que no se advierte es la novedad de la “horizontalidad” democrática y política, opuesta al verticalismo cuya característica se plasmaba en la figura del “gobierno arriba” y el “pueblo abajo”, identificatoria de los partidos tradicionales y del concepto de poder clásico.
Como resultado de la compulsa electoral, Pinedo dijo que todo indica que se marcha hacia una “democracia de minorías” y que las nuevas modalidades en el ejercicio político promueven una “opinión pública distinta”. En conjunto, estas manifestaciones influirían en el cambio del sistema político.
Respecto de los resultados obtenidos por Cambiemos en todo el país, Pinedo resaltó las “realidades curiosas” dadas en las provincias de San Luís y Neuquén donde perdieron partidos provinciales de histórica y larga trayectoria, mientras que en otras –aparentemente bien administradas-, como La Pampa, Formosa, Santiago del Estero y Tucumán, pese a perder el partido de gobierno, los guarismos evidenciaron un crecimiento de las adhesiones en relación a 2015.
Por último, anticipó que “Argentina no va a tener un sistema de partido único”, que a partir de ahora el tipo de política que enarbola “la guerra y el conflicto permanente, los enemigos irreconciliables, no tendrá largo aliento” y será necesario “reconstruir una oposición política sólida que de lugar a un sistema político sólido”.
A su turno, el politólogo y encuestador Carlos Fara remarcó que con Cambiemos no se da una etapa distinta sino “un proceso novedoso con elementos nuevos”, por lo que recomendó revisar los libros escritos y empezar uno nuevo.
Sobre el resultado electoral afirmó que “la gente no votó tanto por los resultados” y que en el momento de sufragar “no había miedo institucional”, como se esperaba.
Reconoció que Cambiemos ganó en diez provincias y creció en todo el país, y que paralelamente dejó consolidada su nueva marca en detrimento del Pro, en tanto los triunfos resonantes en algunas provincias, como San Luis y Neuquén, “son un llamado de atención a las dinastías” por cuya permanencia extrema en el gobierno la sociedad ya expresa “un cansancio”.
En vez de enfatizar en la polarización, Fara estimó que la elección se “nacionalizó” en el sentido de combatir el resurgimiento del kirchnerismo, pero que un tercio de la población “quedó afuera” de esa contienda. De todos modos admitió la “fragmentación de la sociedad”, producto de esa puja.
Finalmente aceptó que el voto a favor de Cambiemos significó que la sociedad le dio al gobierno “más tiempo para probar” en la gestión, y que tras los comicios de octubre es muy posible que el partido de gobierno “mejore” en ambas cámaras.
El senador Pichetto habló en el encuentro, reconociéndose en primer lugar como un “político profesional”, y que desde ese lugar admitía que el balance electoral “es positivo para el gobierno” de Mauricio Macri.
Para Pichetto, las últimas PASO “no fueron una encuesta, tuvieron un gran valor simbólico”, mientras que para el peronismo del cual es parte la confrontación reflejó “la peor crisis partidaria desde 1983”, con el agravante de que carece de liderazgos fuertes al día de hoy.
Marcó con crudeza los errores del peronismo y cuestionó severamente a Cristina Fernández de Kirchner por la gravitación de las visiones de izquierda en su pensamiento, provenientes de “los más cercanos dirigentes” de esa extracción, particularmente los del Partido Comunista.
Pichetto arrancó risas en el auditorio al decir: “Cuando la gente grita Argentina, Argentina, comienzan a verse las peores estupideces”.
Las risas se repitieron cuando criticó a la jefa de Unidad Ciudadana bonaerense por enfrentar el resultado electoral del domingo recién a las cuatro de la mañana. “Hay una pérdida del timming político. Yo no hubiera esperado hasta las cuatro. Yo salgo a las diez de la noche y digo: ¡Gané!”, si es que tenía otros números.
A juicio del senador peronista por Río Negro y jefe del bloque de senadores nacionales, “no hay nada que dure para siempre”, en referencia a las dinastías de la que había hablado Fara, y disintió en el sentido de que para él “hubo una polarización” provocada por el gobierno al aumentar la brecha ideológica.
Sí admitió la virtual “desaparición de los terceros partidos” en un país acostumbrado al bipartidismo, pero al mismo tiempo reconoció que “hay procesos que están agotados, y la sociedad tiene percepción” al respecto.
Pichetto insistió por enésima vez sobre la necesidad de sellar una unidad nacional, “un encuentro de reconciliación para salir del pasado y acordar sobre los problemas concretos”, como son el sistema previsional en su conjunto, el transporte en todas sus ramas, la revisión del sistema impositivo, la educación, y la Coparticipación nacional, para que esta última no tenga que ser resuelta por la Corte Suprema de Justicia como en el caso de la provincia de Buenos Aires.
Por último, recomendó al gobierno “demoler los edificios de La Salada, porque son estructuras de cárteles peruanos, con protección policial. Que nadie se haga el tonto porque todos sabemos de qué se trata esto. Los barrios de Parque Patricios, San Telmo, Congreso, son barrios tomados por el narcotráfico”.