Acompañado por los familiares del legendario bandoneonista, el subsecretario de Polìticas Culturales del GCBA, Roy Cortina, descubrió una placa homenaje en el domicilio donde vivió Astor Piazzolla entre los años 1945 y 1958 en Parque Chacabuco, más precisamente en la Av. Asamblea 1276.
“Era una injusticia que este lugar estuviera en el anonimato. Tres de los momentos fundantes de la gran evolución y revolución de Piazzolla tienen que ver con esta casa: su periodo formativo junto al maestro Alberto Ginastera, la decisión de abandonar la orquesta de Anibal Troilo, y la crianza de sus hijos Daniel y Diana. Mientras todo eso ocurría, su hogar se fue transformando en un gran laboratorio creativo que iba a marcar un antes y un después en el tango argentino”, señaló Cortina.
El funcionario destacó que la Subsecretaría de Políticas Culturales de la Ciudad seguirá impulsando una serie de homenajes a este referente de la música argentina: se está trabajando para nombrar Ástor Piazzolla a un conocido estudio de grabación en Parque Chacabuco y, por otro lado, se propondrá la colocación de una estatua del bandoneonista en la Diagonal Norte que conecta el Obelisco con Tribunales, la cual ya lleva el nombre del compositor de Libertango y Adiós Nonino.
En el homenaje que se realizó en la casa donde vivió el bandoneonista, estuvieron presentes casi todos sus nietos y bisnietos. En representación de la familia dirigieron unas palabras a los presentes Daniel Villaflor Piazzolla, nieto de Astor, y Daniel “Pipi” Astor Piazzolla, nieto de Astor y reconocido baterista del sexteto Escalandrum. Por su parte, la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) también envió su adhesión a este reconocimiento.
Ángel David Otero Figueroa, más conocido como Angelito, un niño de 11 años que toca el bandoneón, interpretó una versión de Libertango en la casa donde vivió Piazzolla.
“A mi me gusta el tango, el jazz y la música clásica. Y en Astor estaba todo eso en un equilibrio perfecto. Es mi música favorita. La música de Astor es alucinante y me apasiona”, aseguró Pipi Piazzolla.
Durante los años en los que Astor vivió en Parque Chacabuco, solía tomar el colectivo 170 hasta Barracas para tener clases con el maestro Alberto Ginastera. Juntos constituyeron un vínculo histórico-musical trascendental.
“Al regresar a su casa, Astor practicaba con absoluta disciplina. Por eso, este fue el lugar donde se generó la fusión musical con la que revolucionó el tango e inmortalizó su obra para la posteridad”, fueron las palabras de Daniel Villaflor Piazzolla. Una obra que se convirtió en una referencia absoluta de la identidad de la Ciudad de Buenos Aires y de la cultura porteña.