En esta entrevista con Noticias Urbanas, la diputada Carla Carrizo afirmó que la medida de cobrarles a los usuarios un incremento para compensar a las empresas gasíferas por la devaluación “era arbitraria” y pidió que Mauricio Macri arme un acuerdo “que genere certeza y previsibilidad” para resolver este espinoso tema.
Además, la dirigente radical opinó sobre la interna que se desarrolló en el Gobierno nacional por el desafuero de Cristina Kirchner y sobre el polémico fallo que absolvió a Carlos Menem en la causa de la venta de armas.
–¿Qué piensa de la suba extra del gas que buscaba aplicar el Gobierno nacional?
–Era una medida arbitraria, porque ningún decreto reglamentario, como en este caso, puede tachar derechos de consumidores y usuarios garantizados en la Constitución Nacional de 1994. No comparto un aumento retroactivo a los usuarios, ni de gas ni de cualquier otro servicio público.
–¿Qué medidas se podrían tomar para amortiguar el impacto en el bolsillo de los usuarios?
–El esquema tarifario debe ser, como todos los temas que se discutan desde el Congreso de la Nación, abordado con responsabilidad colectiva, que es lo que falta en la Argentina. Desde Evolución propusimos responsabilidad compartida en un marco de gradualismo y equidad entre consumidores, provincias, distribuidores y empresas.
–¿El Gobierno vuelve a fallar a la hora de comunicar medidas antipáticas?
–No es un problema de comunicación, es más bien un problema de visión limitada sobre cómo se gestiona lo público, en donde no hay solo una dimensión legal, sino política, por los actores que afecta y por el contexto en el que se toma esta decisión.
–¿Qué debería hacer Macri para solucionar la cuestión de las tarifas?
–Lo que no se hizo antes: un acuerdo que genere certeza, previsibilidad y sentido de equidad a mediano plazo. Los ciudadanos no se pueden enterar por el diario que tienen una deuda y que deben pagarla durante dos años por una decisión macroeconómica de la que no participan.
–¿Coincide con Carrió en que un sector del Gobierno no quiere terminar con la impunidad?
–La corrupción en la Argentina y en las democracias latinoamericanas es estructural. Modificarla implica compromisos colectivos, más que héroes. Falta ese acuerdo colectivo en la Argentina, que incluya no solo a la dirigencia política de todos los partidos, sino a los sindicatos, a los medios, a los empresarios, a los jueces y a las iglesias.
–¿Cómo califica el fallo de casación que favoreció a Carlos Menem?
–El fallo demuestra todo lo que no debería ser ni hacer la Justicia en la Argentina. Justamente por eso nosotros estamos en contra de la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción vinculados con el ejercicio de poder y la administración.
–¿Cree que la Justicia irá a fondo en la causa de los cuadernos de las coimas?
–Es difícil pronosticar el comportamiento del Poder Judicial en la Argentina. Tiene las herramientas para hacerlo. La Ley del Arrepentido que sancionó el Congreso es útil para que este tipo de casos se aclaren. Si no se hace de un modo que sea ejemplar, respetando procedimientos, puede ocurrir que el efecto esperado sea el contrario: frustración, desconfianza, arbitrariedad e impunidad. No es lo que espera la ciudadanía.
–¿Considera que el Senado debería aprobar el desafuero de Cristina Kirchner?
–El Senado y la Cámara de Diputados no necesitan de la Ley de Fueros para resolver estos casos. Tienen el artículo 70 de la Constitución Nacional en la mano.
–¿Coincide con el ministro de Justicia, Germán Garavano, en que sería malo para la Argentina que un expresidente fuera preso?
–No hace falta que lo diga ningún ministro, es algo que todos sabemos. La Argentina lidera el ranking de presidentes procesados desde la instauración democrática. El problema no es lo que dijo, sino lo que sus declaraciones generaron, porque eso demuestra el modo en que la dirigencia política está hablando en la Argentina: discusión y pelea más que diálogo. Pobres ciudadanos.
–¿Cuál es su postura respecto del uso de la prisión preventiva?
–Creo que lo primero es evitar la hipocresía. En la dirigencia política nos asusta la prisión preventiva porque es una medida excepcional. Pero no nos asusta cuando se aplica al resto de la ciudadanía. ¿Sabemos cuántas personas hoy están presas por delitos no asociados a hechos de corrupción con prisión preventiva? Un montón. Es una atribución del juez evaluar cuándo amerita o no una disposición de excepción, pero creo que este debate sirve para darles visibilidad a los procesos judiciales en la Argentina.
–¿Preocupa la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil?
–Claro que preocupa.
–¿Lo atribuye al desencanto con la política por la corrupción?
–Sí, a la ineficiencia del centro político y la moderación de liderar los procesos de corrupción y bienestar. Hay una endogamia política que es superada por liderazgos antisistema como el de Bolsonaro. El punto es que él no es un outsider. ¿Puede la democracia permitir la construcción de una carrera política de alguien que no respeta las leyes y los valores compartidos de una democracia? No. Me preocupa también que subestimemos y seamos permisivos con estos liderazgos.
–¿La Argentina corre el riesgo de entrar en una crisis institucional y económica similar a la que vivió Brasil?
–No lo creo. Pero dependerá de la dirigencia política argentina –más que de la ciudadanía– la calidad de la democracia que estemos dispuestos a construir.
–¿Votará a favor del cuestionado Presupuesto del Gobierno? Massa dijo que es “invotable”.
–Desde Evolución estamos haciendo propuestas para mejorar el proyecto del Ejecutivo. El peronismo debería recordar que son parte del problema y que los ciudadanos esperamos que sean parte de la solución. No se trata de denostar, sino de aportar.
–¿Por qué es importante que haya un acuerdo en el Congreso para designar a un defensor de los niños? ¿Cómo se explica la demora de 13 años?
–Porque las políticas de Estado no son puro cuento, son una promesa incumplida en la democracia argentina y no quisimos repetir esa historia con la infancia del país. Hoy, a 13 años, con un Congreso donde nadie tiene mayoría, pudimos acordar mecanismos para un proceso de selección que combina transparencia, idoneidad, participación y confianza.
–¿Carrió debilita a Macri y a la coalición gobernante al hacer públicas sus críticas a los cambios en la AFIP?
–Pensar distinto en una coalición no debilita, fortalece a un gobierno, pero los modos en democracia, sobre todo en la dirigencia, sí importan. La democracia no es un sistema que procese la radicalización discursiva y no se participa de cualquier modo. Si los dirigentes no enseñan, estamos en problemas. Se trata de que los dirigentes entiendan que “jugar fuerte”, como dice Steven Levitsky, no es una virtud, porque en definitiva la “verdad” en democracia siempre es un acuerdo, nada relevado por un actor en forma unilateral. Influir o representar no es extorsionar.
En primer plano
• Un lugar en la Ciudad. Los cafés porteños.
• Un restaurante. “Los que hacen sentir protagonista al comensal.”
• Una frase. “El poder no se solicita, se ejerce.”
• Un referente histórico. Hipólito Yrigoyen.
• Una serie. Rita.
• Un libro. El salto de papá, de Martín Sivak.