Polémico libro: Cómo matar a un chorro y no ir en cana

Polémico libro: Cómo matar a un chorro y no ir en cana

El autor es Marcelo Soriano, un abogado que promete enseñar a sus lectores a "no caer en la trampa del juzgado y la fiscalía y no ser acusado de homicidio simple". Lo vende él mismo.


Marcelo Soriano es un abogado que además se autotitula como “experto en seguridad”. Alguna vez fue asaltado y mató a un ladrón con su arma. Como fue sobreseído, decidió hacer de esta experiencia una fuente de ingresos. Para ello, escribió un libro en el que no apeló al repudiable método de utilizar eufemismos. Por esa razón, lo tituló con una paradoja legal: Cómo matar a un chorro y no ir en cana, usando un lenguaje alejado del foro.

Efectivamente, al libro, que salió a promocionar repartiendo volantes en algunos barrios porteños, Soriano lo tituló de esa manera, porque “si yo le ponía justicia legítima no lo compraba nadie. Tuve que ponerle un título llamativo”, se defendió el togado aficionado a los fierros, que promociona una clase justicia que, de proliferar, podría dejarlo sin clientes, aunque a la vez podría incrementar las ventas de su libro, convirtiéndolo en una especie de Dale Carnegie del subdesarrollo.

Paralelamente, el letrado patrocinante de la justicia por mano propia aseguró que la idea del libro “es dar una serie de consejos procesales para no caer en la trampa del juzgado y la fiscalía y no ser acusado de homicidio simple”. Para que el público sea capaz de empaparse de la teoría del autor deberá oblar la insignificante suma de 498 pesos, después de enviar un mail a la dirección que se establece en el volante: dptolibreria@hotmail.com.

El volante, además de informar, no carece de cierto dudoso marketing. “Todo lo que necesita saber para ejercer su derecho a la legítima defensa en un solo libro. Incluye la cuestión moral, religiosa y legal. A partir de ahora serán sólo ellos”, en referencia a “los chorros”. Luego, el autor va a los bifes y anuncia el precio: $498 y recomienda, sin pudor, “RESERVELO YA”, muy en el tono de la publicidad norteamericana, aquella que suele urgir: “Llame Ya”.

Ante las dudas que surgieron en la mente desconfiada de algunos periodistas, el autor debió salir a asegurar que su texto no implica apología del delito, porque “no hace un llamado a matar gente. Si alguien decide hacerlo, le doy los pasos para que no caiga en el exceso. Son buenos consejos para que no termine preso por ejercer su derecho a la legítima defensa“, alegó el letrado, como si estuviera frente a un incisivo fiscal.

Luego de mostrarse partidario de la pena de muerte, el irónico abogado volvió a alegar que “los países más desarrollados tienen pena de muerte. Quien mató con dolo, necesariamente debe morir. Quien mató a otra persona con intención, no hay forma de volver atrás”, sentenciando sobre la vida y la muerte como si fuera juez, legislador, policía, Dios y…abogado.

En dudosa batalla

De todos modos, Soriano no habla por boca de ganso. “Yo ya he sido víctima de robo y he ejercido mi derecho de legítima defensa. Salí sobreseído. Yo poseía el arma de fuego y lo maté. Era un robo en banda, con armas y en nocturnidad, que son hechos agravantes a la figura típica de robo”, se defendió.

A confesión de partes…

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