Actualmente, en Capital Federal y Gran Buenos Aires el precio de las medialunas oscila entre los 7 y 12 pesos. La docena puede llegar a alcanzar los 140 pesos en algunos barrios porteños.
José Alvarez, de la Cámara de Industriales Porteños, precisó que la manteca incide en un 50 y 60 por ciento en el precio de la medialuna, lo cual arrastra también al precio de la margarina, otro insumo lácteo con los que se elabora la factura. “Cada panadería y confitería sabe si aumentar o no. El problema son las ventas. Si vendo usualmente cien medialunas y paso a pagar de 8 mil a 20 mil pesos de luz, voy a tener que vender más medialunas para pagar esa luz. Ese es el problema que tenemos, ¿a quién se las vendo?”, sostuvo.
Por su lado, el vicepresidente de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (FIP), Raúl Santoandre advirtió que la única manera de que “si los proveedores aumentan el precio de la manteca, lamentablemente el costo se transferirá al precio de venta”.
“Vamos a esperar, no sabemos cuánto tiempo, pero la idea es que esta suba no llegue a los consumidores. Entre el aumento del costo de los servicios, los inminentes aumentos salariales y ahora la escasez de manteca, la situación está muy difícil para la industria panaderil. Algunos ya suspendieron la producción”, anticipó.
Desde el sector gastronómico coincidieron con esta visión, pero precisaron que las complicaciones en la actividad se remontan de un tiempo a esta parte. “Todas las confiterías tienen que estar trabajando con varios proveedores de confianza porque siempre hay más de uno que no tiene manteca y el pastelero y dueño del comercio en ese caso, además, necesita poder asegurarse que está recibiendo excelente calidad para garantizar lo mejor a sus clientes”, explica Javier Alonso, presidente de la Cámara de Confiterías de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC).