Precios en dólares y escasez en la oferta, igual a viviendas inaccesibles

Precios en dólares y escasez en la oferta, igual a viviendas inaccesibles

Por Edgardo Núñez

La falta de regulación estatal generó desagrado en las organizaciones de inquilinos.


La ley de alquileres, las aplicaciones de rentas temporarias que elevan los precios, las exigencias de las inmobiliarias y la consecuente dolarización de los montos son algunas de las complicaciones que atraviesan los inquilinos a la hora alquilar. Ante las dificultades para hacer valer sus derechos en medio de una crisis habitacional que cala profundo en los bolsillos y en las posibilidades de los sectores más vulnerables, ahora harán oir su voz.

Al respecto, Noticias Urbanas dialogó con Fernando Muñoz, director de la Defensoría del Inquilino de la Defensoría del Pueblo de la ciudad, que reflexionó sobre la necesidad de una mejor intervención estatal, sobre el crecimiento de la problemática de los inquilinos y acerca del miedo de que se regulen los “desalojos express”.

¿Cuál es la situación actual de los alquileres?

Vemos una desproporción muy grande entre el avance que hubo en cuanto a los derechos adquiridos a través de la Ley de alquileres y la relación entre el Estado, la legislación y el mercado. La legislación es la más avanzada que hay en este momento, en esta coyuntura particular en Latinoamérica. No hay país en Latinoamérica que tenga un piso de tres años en el plazo de un alquiler. Argentina tiene más una tradición de un año y medio, que después con Alfonsín se había extendido a dos años como plazo mínimo, lo que fue una gran conquista de la ley. También el ajuste se hacía de forma anual, entonces tengamos en cuenta que inclusive en momentos de alta inflación –con una híper entre el 83’ y el 89’-, por ley el alquiler se indexaba mensualmente, de acuerdo con el costo de vida. Esto generó que varias veces en el Congreso se votaran leyes de emergencia para congelar los precios de las rentas por algunos meses, porque se producía una disparada imposible de sostener para los inquilinos. Actualmente, la actualización se hace cada 12 meses.

¿La ley de alquileres se cumple?

De parte del Estado de la Ciudad de Buenos Aires, al menos, no se nota ninguna vocación de hacer cumplir la legislación. No sólo eso, sino que públicamente el lunes se manifestó sobre el tema el actual Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, que planteó tres ejes: reducción del plazo a dos años, libre contratación, en términos de lo que llaman pactar libremente el precio y planteó un tercer eje, que es que “el mercado gana sin límites y el Estado paga la diferencia”. Habló de un Fondo de Compensación para alquileres, no solo para crédito hipotecario. En el caso de las viviendas dolarizadas, porque el alquiler se está pactando o se está imponiendo en dólares en la ciudad de Buenos Aires, él dijo que da lo mismo. Esto es legitimar lo que está prohibido, que es la dolarización de los alquileres.

¿Qué consecuencias traería?

Esto llevaría a una catástrofe. Se va a discutir -si ese plan se lleva adelante y se hacen las reformas que plantean ellos-, que en la Ley de Alquileres se legalice formalmente que se pueda alquilar en dólares y que haya “desalojos express”. Así, la situación va a ser ingobernable y va a haber una cantidad enorme de inquilinos que no van a poder cumplir con el contrato. Por lo tanto, lo que se va a empezar a discutir es cómo se los desaloja. No hay una previsión -como jefes políticos responsables- de decir “bueno, vamos hacia una situación de equilibrio, a una situación donde evitemos el malestar mayor”. Adicionalmente, hay un riesgo económico mayor, porque no se parará la situación de empobrecimiento que existe entre el 40% de los inquilinos de la ciudad de Buenos Aires”, sino que se plantea reducir impuestos para los desarrolladores inmobiliarios. Así se les subsidia el precio, en términos de que éste lo fijan entre el desarrollador, el locador y el inversor, mientras que el Estado, se hace cargo de una parte, porque él -Larreta- dijo claramente que “así no pierde el acreedor”. También subsidiarán a los bancos que otorguen créditos hipotecarios con una parte de la cuota para aquel que tenga posibilidades de acceder al crédito.

¿Qué se plantea?

Cuando se habla de subsidiar a los trabajadores, se plantea que el Estado no debe regalar nada, como dijo ayer Larreta: “el Estado no debe construir viviendas y regalarlas”. Lo que tiene que hacer el Estado es hacer de soporte de los ricos, subsidiar a los ricos para que hagan negocio. Esto va rumbo a una situación en el tema viviendas, donde lo que va a querer discutir luego el Parlamento es el desalojo exprés, cómo se hace para rajar a la gente que no paga. Y es una rueda descendente, cada vez más explosiva. Cada vez hay más inquilinos, porque la ciudad de Buenos Aires no llega al 50% de la cantidad de propietarios de vivienda. Estamos hablando de los timbres tocados en un censo, cuando uno contesta si es propietario, porque no hay registro respecto a la cantidad de viviendas vacías en la ciudad o de viviendas que se construyen simplemente para tener un ahorro en dólares y crece cada vez más la cantidad de familias que están en situación absolutamente descendente.

¿Qué consecuencias traería esto para una familia?

Que ya no vivan más en departamentos y que se vayan a vivir a hoteles o a la provincia de Buenos Aires, con todo lo que significa el gasto de transporte para trabajar o las situaciones de hacinamiento y de asentamiento, que se han multiplicado en la ciudad. Si el Estado hace oídos sordos o se pone una venda en los ojos y dice “bueno, la vivienda es para hacer los mejores negocios, el que más te convenga”, todo se va a complicar. Además, el turismo, que ha tenido una explosión en los últimos años, producto también del valor de la moneda argentina, recibe ofertas en dólares. Eso tracciona para arriba los alquileres convencionales. Si yo vivo en un edificio en el que hay tres o cuatro propietarios que alquilan en dólares, cuando yo termine mi contrato el propietario posiblemente me va a decir “mira, no me conviene el precio que vos me pagás, hay gente que paga en dólares”.

Se discuten muchas materias por estos días, pero ninguna coadyuva a la solución del problema de la vivienda. No existen perspectivas de mejoramiento y la política no aporta soluciones. Los inquilinos, que son legión en la ciudad, cada vez se encuentran más desamparados.

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