El río Sena, desbordado en algunos tramos a su paso de París, sigue subiendo este viernes de nivel y lo continuará haciendo hasta el fin de semana, lo que ha llevado al cierre de vías de circulación, infraestructuras de transporte público e incluso una parte del Museo del Louvre, ante el creciente caudal que desata las alarmas por las posibles consecuencias.
Joël Hoffman, director adjunto de Vigicrues, el organismo de vigilancia de los ríos, señaló en la radio France Info que esta mañana se había superado el umbral de los 5,40 metros de altura sobre el nivel de referencia en el Sena. Ese ascenso “va a continuar hasta la noche del viernes al sábado, cuando llegaremos a un máximo de 6 metros que se va a prolongar durante varios días”, en particular por la aportación del río Marne, precisó Hoffman.
En la mente de todos están las inundaciones que afectaron en mayo y junio de 2016 a la región de París (entonces el nivel del Sena llegó a 6,10 metros) y otras vecinas, y que causaron la muerte a dos personas, además de daños materiales superiores a los 1.000 millones de euros.
A su vez, en 1910, la situación llegó a ser de una gravedad catastrófica cuando el río en París subió hasta 8,62 metros.
Las escenas de ese desastre fueron combinadas con una simulación del Instituto de Planeamiento Urbano de París sobre qué ocurriría si en la actualidad se registran niveles similares.
Los expertos consideran que una inundación centenaria es casi inevitable y le costaría a la ciudad al menos 30 millones de euros.