“Democracia y derechos humanos están adheridos, si se debilita uno, arrastra al otro”, advirtió Alicia Pierini, presidenta del Instituto Argentino de Derechos Humanos (IADH), durante la presentación en sociedad que esta flamante asociación civil realizó el martes por la tarde en el Senado de la Nación Argentina. Esta nueva organización integra, como Capítulo Argentino, el Instituto Internacional de Derechos Humanos-América, que ya tiene diferentes expresiones en otros países del continente. Trabajará asociada a esta organización, pero con autonomía propia, en línea con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Humanos de la ONU y otros organismos especializados de la OEA, la ONU y la República Argentina. Su misión será la defensa integral de los derechos humanos desde una perspectiva que, de cara al futuro, abarque los conflictos del presente en sus múltiples facetas, la protección de los más vulnerables y el respeto por el medio ambiente, manteniendo la reivindicación de la memoria.
El acto tuvo lugar ante una nutrida audiencia conformada por referentes del área de los derechos humanos, políticos, religiosos y sociales, muchos de los cuales habían acompañado la labor de Pierini durante su largo paso por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
Entre los presentes, estuvieron el diputado nacional Felipe Solá; el ex ministro de Salud Ginés González García; el actual defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Alejandro Amor; el ex presidente del Consejo de la Magistratura porteño Juan Manuel Olmos; la legisladora María Rosa Muiños; el director del Archivo de la Memoria, Gustavo Peters; la decana de la Facultad de Filosofía de la Universidad del Salvador, Ana Zagari; el presidente de la Pastoral Social, padre Carlos Accaputo; Matilde Menéndez, y Graciela Lois, referente de la agrupación Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. También, miembros del cuerpo diplomático de Perú, Bolivia, Uruguay y los Estados Unidos, representantes de la Asociación Cristiana de Jóvenes, docentes universitarios y profesionales de la Defensoría del Pueblo de la CABA.
La ronda de discursos la abrió Daniel Herrendorf, el presidente del IIDH-América, quien explicó: “Este instituto internacional compete a todo el continente americano, por lo cual estamos en la tarea de fijar capítulos nacionales en todos los países de América. Cada uno de estos capítulos nacionales es autónomo y funciona en organismos públicos o privados preexistentes, como parlamentos nacionales, defensorías u organismos no gubernamentales. Hoy tenemos el muy alto honor de presentar nuestro Capítulo Argentino, que preside la doctora Alicia Pierini”.
Al referirse a las actividades del Instituto Internacional, destacó, entre otras, la participación activa en la confección de la agenda del Congreso Mundial de Derechos Humanos, que se llevará a cabo en el transcurso de este año. También señaló: “Mantenemos una relación de preferencia con la Santa Sede, entendemos que el camino que señala el papa Francisco en sus cartas encíclicas es el correcto, en tanto denuncia la miseria, la realidad de los desplazados, los descartados, los indeseables que el sistema tira a la basura en todo el mundo”. Finalmente, describió la grave situación por la que atraviesa el mundo actual, que incluye “el cambio climático, la miseria, los excluidos, los marginados, las mujeres, la trata de personas, los niños”. Respecto de estos últimos, remarcó que “hoy mueren más de 19 mil niños por día, siete millones de niños por año, ochocientos niños por hora”. También aseguró que nuestra región “no es ajena al desarrollo desigual”, ya que “la pobreza es el gran problema de América latina por el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres” y el “escaso interés” que hay en mejorar las condiciones de vida de estos últimos.
Acto seguido, Pierini hizo uso de la palabra. Recordó que en la Argentina la defensa de los derechos humanos, como fenómeno social, empezó hace cuarenta años como resistencia a la peor dictadura que sufrió nuestro país. “Esa resistencia –apuntó– se transformó en un árbol de vida que ha logrado raíces profundas y que se ha regado con sangre y con lágrimas de argentinos. Ese árbol de los derechos humanos tiene muchas ramas, pero todas con la misma savia, que es la savia de la vida. Celebrar los derechos humanos hoy es celebrar la vida, la dignidad y la paz, a lo que nuestra historia les agrega el valor de la memoria, la verdad y la justicia.”
“Como instituto nos hacemos cargo del ayer, que todavía late en nuestra memoria; del presente, que nos interpela todos los días, y de nuestra vocación de construir hacia el futuro. De lo que hagamos hoy dependerá lo que le dejemos a la próxima generación”, afirmó, para pasar a describir las tareas del IADH: “Analizar la realidad, estudiar las demandas de nuestro tiempo, defender a los débiles y exigir a los que tienen en sus manos los resortes del poder”, que, aclaró, son siempre circunstanciales. “Habrá que exigirle al Estado el cumplimiento de su deber de prevención. La doctrina de los derechos humanos exige al Estado que garantice los derechos de todos. Si el Estado no mira bien, o no repara las desigualdades, no garantiza. Y cuando no garantiza hay conflicto. Ese es el nudo actual sobre el que trabajaremos. Hay que saber abordar el conflicto para que no se convierta en daño irreversible”, puntualizó.
“Hemos aprendido a valorar el tiempo, a valorar las palabras veraces y a valorar la coherencia entre la palabra y la acción. Para ser coherentes con el tiempo, la acción y las palabras, trabajaremos por los derechos humanos, que hoy nos preocupan, para convencer, persuadir, perseverar, comunicar. Con docencia, insistencia, incluso tozudez. Pero sin violencia. Este instituto será coherente: la violencia no es un instrumento de los derechos humanos”, resaltó con firmeza. Siguiendo este concepto, subrayó que “la democracia es más valiosa que las tensiones coyunturales” y que “no hay que jugar con fuego”. “Democracia y derechos humanos están adheridos, si se debilita uno, arrastra al otro”, dijo, y tomando las palabras del papa Francisco, que pide que haya más “artesanos de la paz”, aseguró: “Como Instituto, nuestra política de derechos humanos será la de convencer, explicar y persuadir. Sin agravios ni violencia”. También llamó, a aquellos que lo deseen, a sumarse para trabajar en las diferentes áreas temáticas mediante las que se abordará la problemática de los derechos humanos. “Hoy merecen prioridad los jóvenes, los chicos, los desocupados, los ancianos, los vulnerables. Y también es prioridad impedir que continúe el riesgo ambiental, la depredación de nuestras tierras y contaminación de los ríos, consecuencia de la voracidad del mercado multinacional”, expresó.
Precisamente, ese último punto fue abordado por el senador Fernando “Pino” Solanas, también integrante de la mesa de oradores del Instituto, a quien Pierini le cedió el micrófono. “La violencia ambiental –dijo Solanas– no tiene marco regulatorio que la enfrente. La naturaleza no es sujeto de derecho. Hoy se puede intoxicar a poblaciones enteras y no se sabe cómo juzgar esto porque no están tipificados como delitos penales los delitos contra el medio ambiente. No hay un tribunal penal internacional que juzgue los delitos ambientales. Y los delitos ambientales que perjudican a poblaciones enteras y que solo pueden realizarse con la complicidad de los Estados, son delitos de lesa humanidad”, manifestó el senador. Luego, denunció que la población argentina está siendo intoxicada en su alimentación. “Hace años que la industria química penetró en la industria alimentaria y no hay controles. No hay ensalada que no tenga de 15 a 25 pesticidas o funguicidas”, aseguró. Y advirtió que “hoy llueve glifosato” en ciudades como Mar del Plata y La Plata, tal como lo confirmaron estudios de la universidad pública platense. También aseveró que varios pueblos originarios están siendo envenenados con metales pesados a causa de la contaminación de sus tierras y del agua por parte las compañías mineras y petroleras.
El diputado nacional Remo Carlotto fue el siguiente integrante del IADH que habló. Dijo que su “mayor preocupación”, en materia de derechos humanos, está centrada en el sistema federal argentino. “Los pactos y tratados internacionales de derechos humanos, los protocolos, los mecanismos para conseguir la implementación y garantía de derechos tienen enormes dificultades, y esas dificultades se ven complejizadas por el funcionamiento del sistema federal. Vivimos en un país donde las autonomías de las provincias tienen un enorme valor que debe ser profundamente respetado, pero también debemos ser constructores de las garantías de derechos para todos los habitantes del territorio argentino. Y no es lo que nosotros encontramos. Voy a poner a disposición del Instituto dos informes que elaboramos en la Comisión de Derechos Humanos sobre un esquema comparado de la legislación de las provincias en esa materia. Allí encontramos que todos los derechos no están garantizados de la misma manera en cada una de las provincias”, puntualizó Carlotto.
Cerca del final del acto, el vicepresidente del IADH, Juan Antonio Travieso, habló de ejecutar y poner en acción las normas de defensa de los derechos humanos, expandiéndolas. “Estos son temas que me conmueven: hacer que los derechos humanos no sean un tema solo de la Ciudad de Buenos Aires sino de la Argentina toda, de la Argentina de los postergados, de los pobres, de los niños, de los viejos”, expresó. Acto seguido, destacó la labor de Pierini: “Alicia no para, siempre quiere hacer más, no es la militancia retórica, es la militancia en acción. Y esto es lo que representa el Instituto”, afirmó.
Finalmente, Ricardo Perreta, referente de la Asociación del Personal Superior del Congreso de la Nación y presidente, en el Capítulo de las Américas del Instituto de Derechos Humanos, del Consejo de Trabajo y Asuntos Gremiales, le entregó a Pierini un diploma de honor y manifestó: “La presentación del IADH en el ámbito del Congreso de la Nación es algo que nos orgullece. Para concluir, Pierini anunció la realización de tres seminarios. El primero de esta serie tendrá lugar en abril. Será el bautismo de trabajo de un instituto que está decidido a llevar adelante acciones concretas.