Roberto Lavagna, que había sido tentado por Mauricio Macri para encabezar la lista se senadores junto a Gabriela Michetti, ahora invitó al Pro a sumarse a la opción que está conformando el peronismo opositor al Gobierno nacional que se lanzó el miércoles en Córdoba. De esta manera, ante la cercanía de las elecciones y el nacimiento de nueva opciones políticas, se dio vuelta una ecuación surgida cuando el horno aún estaba frío, en momentos en que el macrismo diseñaba una opción para expandir sus propias posibilidades.
En ese entonces, el ofrecimiento partió desde Macri hacia Lavagna y esto significaba que el mazo estaba en manos del Pro. Pero la realidad cambió dramáticamente ern los últimos meses, cuando el peronismo opositor comenzó a desperezarse y a expandir sus tentáculos. Ahora, con el lanzamiento de Córdoba, el mazo está en manos de los gobernadores disidentes, entre los que Macri es uno de los más importantes, pero no el “primus inter pares”.
Este jueves, el ex ministro de Economía de Néstor Kirchner señaló a Clarín, desmintiendo su candidatura por el Pro, que “la otra posibilidad (la del Pro) nunca existió. Si yo hago algo, lo hago desde el PJ, a partir de un PJ que sale del freezer en el cual lo tiene la política oficial”. Lavagna habló después de reunirse en Córdoba con de la Sota, Hugo Moyano y de Narváez, adonde lanzaron “Unidos para Cambiar”, el sello con el que el peronismo disidente enfrentará al kirchnerismo en octubre.
De todos modos, el macrismo -si lo decide- forma parte de los planes de la alianza que encabezará Lavagna. “Mi idea personal -señaló el presidente de Ecolatina- es que hay una necesidad de crear un centro grande, que obviamente incluye al PRO y que sólo excluye a dos sectores: al Gobierno y a sectores muy conservadores, que existen, a los que hablar de la pobreza o de la Asignación Universal por Hijo les molesta”.
Entretanto, los operadores políticos de Macri reconocen con resignación que con Lavagna las conversaciones “están muy avanzadas”, pero que éste “no quiere ser candidato del Pro”, lo que va en línea con su alineamiento con “Unidos para Cambiar”.
En Córdoba, además de Lavagna, de la Sota y Moyano, estuvieron el “Momo” Venegas, Jorge Busti, Julio Piumato, Juan Schiaretti y los diputados nacionales Claudia Rucci (veneguista); Gustavo Ferrari (denarvaísta) y Jorge Yoma (kirchnerista hasta hace pocos días). El Pro no se siente lejos de este espacio político y no descartan alcanzar un acuerdo con ellos, aunque con la salvedad de que “en Santa Fe ya tenemos nuestro candidato, al igual que en Entre Ríos”, referencia a Del Sel y Alfreso De Ángeli.
De todos modos, como todo espacio peronista en formación, estos agrupamientos suelen reunirse en la ambulancia que recoge a los heridos de cualquier oficialismo que esté en el poder, a los que luego se unen los que siempre estuvieron afuera. Por de pronto, Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, Mario Das Neves y Daniel Peralta se unirían pronto a “Unidos para Cambiar”. Algunos oficializaron hace ya tiempo su abandono de las filas del kirchnerismo y otros -que nunca lo fueron- promueven la fusión de sus respectivos espacios con éstos para hacer que la política siga funcionando.
El estado de hibernación del sello del Pro es una de las paradojas de la política argentina de los últimos años. Triufante en 2007 y en 2011 en el distrito más rico del país, donde tuvo que superar a fuertes candidatos kirchneristas en ambas ocasiones, el Pro pagó tributo al desprecio por la política de la que hacen alarde sus principales dirigentes. Después de casi seis años en el gobierno, seguir apostando a la “gestión” en detrimento de la política, teniendo en cuenta que el Estado porteño es un cuerpo vivo que opera diariamente sobre la vida de los porteños, es no tener destino.
Por eso, la única salida viable, la que les proveerá del oxígeno necesario para llegar rozagantes a 2015, es un frente con el peronismo, aunque ésta sea una paradoja para algunos de sus dirigentes, que suelen fruncir el ceño cada vez que escuchan hablar de esta opción.