Los estudiantes que van a Ciudad Universitaria en los colectivos verdes de las líneas 45 y 33 pasan diariamente por una “tierra de nadie” junto a la Dársena F, donde funciona un puerto arenero. Por la avenida Rafael Obligado, sin demarcaciones ni semáforos, pistean camiones a toda velocidad. Edificios derruidos, barcos abandonados oxidándose en el río desde hace décadas y el perfil gótico de las torres de la central eléctrica Puerto Nuevo, conforman un paisaje desolador.
Esta postal poco conocida de Buenos Aires podría cambiar pronto, ya que la Administración General de Puertos, con la ayuda del Gobierno de la Ciudad, quiere transformar la zona en un paseo donde las familias puedan disfrutar del río.
Los edificios fantasmales son en realidad silos que están operativos. La mitad de la arena que se usa para construir en la Ciudad entra en buques por este puerto y luego es transportada a los silos a través de conductos subterráneos. Cada barco puede cargar el equivalente a 70 camiones, por lo que desactivar el puerto y tirar los silos abajo no es una opción.
La arena en camión viene de Campana y San Pedro. En barco de los ríos Paraná y Uruguay, de donde se extrae del fondo. El flete de barco es mucho más barato, eficiente y sustentable, menos contaminante.
La Dársena F funcionó también como pista de hidroaviones hasta agosto de 1962. Previo a que estuviera el Aeroparque, los aviones acuatizaban allí. Al estar orientada hacia el norte, esta dársena tiene más sedimentación, por lo que sólo entran barcos areneros. Allí se le van a ganar ocho hectáreas al río para dar apoyo logístico al puerto.
El nuevo paseo
Los frentes de los silos ya están siendo hidrolavados y el arquitecto y artista Bernardo Ezcurra pintará un gigantesco mural inspirado en paisajes de la Patagonia, la región Pampeana, el Norte y la Mesopotamia. Además, por las noches, luces LED a cargo de la especialista Delia Dubra le pondrán color al paseo.
“Las luces van a ser blancas sobre los murales para realzar los murales. Los colores irían en el muelle y la central. Busco un proyecto unificador, que no sean elementos por separado”, señala Dubra.
Luciano Ricchetti, controller de la Arenera Puerto Nuevo, que funciona en la Dársena F desde fines de la década del 50, se manifiesta de acuerdo con el proyecto: “El tema de los camiones es un caos. Está bien que lo hagan turístico, no hay problema, total la gente vendría a pasear el domingo, nada más”.
“Hace falta más transporte público. La zona está muy olvidada, muy abandonada. Estuvo bueno el arreglo que hicieron en la Calle 13, pero en Obligado hay que poner semáforos y lomos de burro, porque hay muchos choques. Faltan veredas, estaría bueno que sea un paseo, pero que no deje de ser industrial. Hay un proyecto para hacer un Puerto Madero que está encajonado, con eso no estamos de acuerdo”, remarca Ricchetti.
Según Ezcurra -que ya realizó murales en el viaducto Iberá-, para reconquistar esa zona uno de los medios va a ser “darle color al mural”. La idea es trabajar en todas las areneras como un conjunto. Son 10 silos y paredes que van a tener un diseño general con forma de collage. De fondo habrá paisajes y al frente flora y fauna de las regiones. “Animales pequeños los vamos a hacer monumentales”, cuenta el artista.