A diez días de la represión ejercida por la Policía Metropolitana en el Hospital Borda, el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, manifestó que eso “no puede volver a pasar” pero insistió en que “no” fueron a “reprimir una manifestación” sino que se defendieron de los “ataques”.
El funcionario macrista, que fue interpelado la semana pasada en la Legislatura, al ser consultado sobre los responsables políticos de la actuación policial, asumió la responsabilidad al señalar: “Yo, eso es inevitable”. No obstante, sostuvo que desde el gobierno de la Ciudad hicieron lo que tenían que hacer y remarcó que quieren una policía “firme, que haga respetar la ley y el orden”.
Además, en una entrevista publicada este domingo por un matutino, el ministro del Pro afirmó que “nunca” pensó en “renunciar” ni le presentó “la renuncia a Mauricio Macri” y destacó que el jefe de Gobierno porteño lo “banca siempre”.
Asimismo, Montenegro aseguró que “no” le gustó “ver a médicos y periodistas heridos”, aunque sostuvo que “si como sociedad creemos que tirarle piedras a la policía está bien, estamos totalmente perdidos”.
“Las primeras agresiones son de manifestantes hacia dos guardias de seguridad del lugar”, afirmó el ministro, que agregó que “es impensado” que él pueda ir “a pegarle a un grupo de médicos y enfermeros que estaban manifestándose, así porque sí”.
En este sentido, resaltó que “no” le “gustó lo que pasó” y sostuvo que están “trabajando para corregirlo” y enfatizó: “Esto que pasó no es bueno”.
Por otra parte, explicó que el gobierno porteño decidió avanzar en la demolición de uno de los talleres protegidos, cuando la Justicia no lo habilitaba, porque tuvo “el visto bueno” del procurador general de la Ciudad, Julio “Conte Grand”.