A través de la Cancillería, “la República Argentina expresó su enérgica condena y repudio al ataque terrorista perpetrado el viernes en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las proximidades de la ciudad de Moscú”.
“Además, presentó sus condolencias y acompaña en el sentimiento a los familiares de las numerosas víctimas fatales, a la vez que hace votos por la pronta recuperación de los heridos”.
El atentado
El presidente ruso Vladímir Putin se ha reunido con los ministros de Interior y Emergencias para seguir de cerca la situación y ha dicho que los terroristas “serán castigados”. Al menos 133 personas han muerto en el atentado del Crocus City Hall, en Moscú. Entre las víctimas hay tres niños y 153 han resultado heridas según las últimas informaciones.
Las autoridades locales han comunicado que el número de víctimas todavía podría aumentar debido al gran número de personas (115) que se encuentran ingresadas en diferentes hospitales en estado grave.
El director del Servicio Federal de Seguridad ruso asegura haber detenido a 11 personas, de las cuales cuatro estarían directamente relacionadas con el ataque armado. Para detener a dos de ellos ha sido necesaria una persecución en coche en la región de Briansk.
El autodenominado Estado Islámico asume la autoría del atentado que ha dejado 133 muertos en Moscú.
Bien entrada la tarde de este viernes un grupo de terroristas armados abrieron fuego, aparentemente con fusiles Kalashnikov, en la entrada del complejo comercial y, posteriormente, en el interior de la sala de conciertos en la que iba a actuar un grupo de rock.
Esta madrugada ISIS-K, la rama afgana del autodenominado Estado Islámico, ha reivindicado el atentado. “Combatientes del Estado Islámico atacaron una gran reunión de cristianos en el barrio de Krasnogorsk, a las afueras de la capital rusa”, ha asegurado en un comunicado la agencia de noticias Amaq.
Amaq es una agencia que está afiliada al Estado Islámico y, en dicho comunicado, explican también haber “matando a cientos de personas causando una gran destrucción antes de retirarse a sus bases a salvo.”
El pasado 7 de marzo la embajada estadounidense en Moscú alertó de haber tenido constancia de la posible preparación de un ataque terrorista en un evento público en Moscú. Esos dramáticos presagios se han cumplido.
Estados Unidos llegó a asegurar de que el ataque podría tener lugar en una sala de conciertos. La Embajada pidió a los ciudadanos estadounidenses que evitaran las aglomeraciones de personas al menos en las siguientes 48 horas.
Unos días antes, las autoridades rusas confirmaron haber matado varios miembros del Estado Islámico que estaban planeando un atentado en el país. No obstante, el Kremlin tachó de “chantaje” la advertencia de la Embajada de EE.UU.
El portavoz del Kremlin ha comunicado que el presidente Vladímir Putin se encuentra siguiendo de cerca la situación tras el atentado. Putin se ha reunido con su gabinete y está trabajando ahora con el ministro del Interior y con el de Emergencias.
El mandatario ruso, ha dicho en un discurso a la nación que los atacantes huían a Ucrania y que “serán castigados”. Ha habido un gran número de mensajes de apoyo a las víctimas y condolencias por parte de líderes internacionales.