Reunión con represores: una diputada libertaria mandó al frente a Bullrich

Reunión con represores: una diputada libertaria mandó al frente a Bullrich

Rocío Bonacci declaró que la ministra de Seguridad estaba al tanto de la visita de los legisladores nacionales al penal de Ezeiza.


Este jueves, la diputada Rocío Bonacci (LLA) generó un nuevo revuelo al decir que la visita de los seis legisladores nacionales de su espacio, a represores encarcelados en el penal de Ezeiza, habría contado con la aprobación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Esta declaración, realizada en Radio Mitre, contradice la versión oficial que hasta ahora sostenía que se trató de una acción personal de los diputados, ajena al conocimiento del Poder Ejecutivo.

Según Bonacci, la visita fue orquestada – principalmente – por su compañero de bancada, Beltrán Benedit, quien habría contado con la colaboración de Guillermo Montenegro, y que la misma habría recibido el visto bueno de Bullrich. En sus palabras: “Lo craneó Beltrán, supongo que con ayuda de Guillermo, y parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich”.

Estas declaraciones no solo echan luz sobre el contexto en el que se llevó a cabo la reunión, sino que también levantan dudas sobre el respeto a los protocolos de seguridad que suelen implementarse en las visitas a cárceles federales. Además, la santafesina comentó que, a diferencia de lo que se podría esperar en este tipo de encuentros, las medidas de control fueron notablemente laxas. “Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos”, relató.

Una visita bajo sospecha

Asimismo, las declaraciones de la libertaria provocaron un terremoto político al interior del oficialismo. A semanas de que se filtrara la fotografía de los funcionarios, junto a Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo, y Raúl Guglielminetti, la diputada tomó distancia de la iniciativa y criticó a Benedit por ocultar el verdadero propósito de la visita. “Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia”, sentenció. 

También, señaló que la mayoría de los represores presentes en el encuentro no le resultaban conocidos y que fue la primera en advertir a sus colegas sobre la verdadera naturaleza de la reunión. “Cuando me plantean que nos estaban esperando, fui la primera en saltar y comunicárselo a mis compañeros”, afirmó.

A pesar de su negativa a participar activamente en la reunión, Bonacci permaneció en el penal durante toda la visita, lo que la expuso a críticas internas y externas. La diputada detalló que, en un momento de la reunión, solicitó retirarse, pero le pidieron que esperara para salir todos juntos, decisión que ahora lamenta. “Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí”, aseguró.

El rol de Patricia Bullrich y la respuesta del Ejecutivo

La afirmación de que la visita contó con la aprobación de la ministra Bullrich puso en una situación incómoda al Ejecutivo, en un momento en el que se intenta distanciar de cualquier asociación con represores de la última dictadura militar. Hasta ahora, la versión oficial había sostenido que el Gobierno nacional no tenía conocimiento previo de la visita y que esta había sido una iniciativa personal de los legisladores libertarios.

Según su relato, la libertaria aseguró que no se aplicaron los controles de seguridad habituales, como la revisión de bolsillos y la prohibición de dispositivos electrónicos. Esto, para Bonacci, es un indicio de que la visita podría haber contado con un nivel de autorización superior al de una simple iniciativa personal de los diputados involucrados.

Por otro lado, descartó que la titular del Senado Victoria Villarruel tuviera conocimiento de los detalles de la visita. “No me consta a ciencia cierta que ella haya organizado la visita. Una cosa es el Poder Ejecutivo, otra el Legislativo”, aclaró.

Las consecuencias para La Libertad Avanza

En tanto, las repercusiones de estas declaraciones no se han hecho esperar. Dentro del propio espacio de La Libertad Avanza, las voces críticas hacia la participación en esta visita comenzaron a emerger. La afirmación de Bonacci de que “la gente que nos votó no nos puso para que estemos pendientes de este tema” refleja el malestar interno y la necesidad de la agrupación de recalibrar su estrategia política frente a temas tan sensibles como los derechos humanos y el legado de la dictadura militar.

Este episodio también abrió un debate sobre el manejo de la comunicación interna dentro del oficialismo, dado que, según Bonacci, no se le había informado previamente sobre la naturaleza exacta de la visita. Esta falta de claridad y transparencia dentro del bloque legislativo podría tener consecuencias en la cohesión y en la imagen pública del espacio político.

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