“El socialismo haría bien en realizar una revisión orgánica y ver por qué razón dejó atrás todas sus convicciones”, lanza la cantante y legisladora del ibarrista Frente Progresista Popular durante la charla de contratapa con Noticias Urbanas, en la que calificó a Hermes Binner como un hombre “dubitativo” que la “decepcionó totalmente”, y al macrismo como una “endemia difícil de curar”.
La legisladora porteña tomó distancia del socialismo cuando esta fuerza se perfiló claramente en la oposición al gobierno kirchnerista.
“Están forzando el discurso por conveniencia política, y ahora los veo bastante desesperados tratando de contener a una fuerza, pretendiendo estar en contra de lo que siempre estuvieron a favor. La verdad, no los entiendo. A Binner nada lo conforma: están en contra del kirchnerismo por especulación política, y logran presentar al socialismo como lo que no es. Este socialismo no quiere enmarcarse dentro del socialismo, como si el socialismo fuera una mala palabra”.
Acaba de elevar un proyecto de pedido de informes al Gobierno porteño para que se expida ante la Legislatura sobre el vaciamiento del Parque de la Memoria y sobre el cierre del Programa de Asistencia a las Víctimas de Delitos Sexuales. “Hay gente que dice que yo no trabajo. Es un error: yo trabajo y mucho. He pedido decenas de informes, el macrismo nunca ha respondido.”
Está divorciada, desde años, del bandoneonista Osvaldo Piro, padre de sus dos hijos, Ligia y Alfredo.
–¿Y no volvió a formar pareja?
–No, ¿para qué?
–¿Se considera una aliada a secas del kirchnerismo o una aliada crítica?
–Bueno, todos saben que soy muy sanguínea. Aliada a secas no podría ser nunca porque básicamente nunca fui peronista. Comparto muchas cosas de este gobierno y no creo que el Frente para la Victoria necesite del populismo.
–¿Le preocupa que la Presidenta esté corrida del escenario político?
–Claro que me preocupa. Su voz es muy necesaria, tiene mucho peso y no es lo mismo que hable Cristina a que hable Capitanich.
–¿Cómo interpreta su corrimiento?
–Como una estrategia para preservarse, pero me gustaría que hablara más para disipar rumores políticos y sobre su salud. Su silencio los alimenta.
–¿A qué se refiere cuando afirma que el socialismo olvidó sus convicciones?
–Me refiero a la memoria y la política de derechos humanos de este Gobierno, que no se puede dejar de reconocer. A Binner, en cambio, nada lo conforma. Nunca escuché al socialismo reconocer logros de este Gobierno.
–¿Por qué cree que Macri tiene tanto éxito en la Ciudad?
–Eso es lo que yo me pregunto todos los días, y no encuentro respuesta. El macrismo es una endemia difícil de curar y tampoco me voy a preocupar mucho por comprenderla. Yo no participo de esa endemia y punto. ¿Cómo puede tener la educación por el suelo y que a nadie le importe? ¿Cómo puede hacer lo que hace con el medio ambiente, empezando por la basura, y que a nadie le importe? Macri vive tirando la pelota afuera de la cancha: la culpa de todo, según él, siempre la tiene el Gobierno nacional.
–Bueno, si mira las encuestas, una de las cosas que los porteños valoran, por ejemplo, es el metrobús.
–Pero, dejate de joder… solo a los estúpidos puede engañar con eso. Me parece que el electorado porteño se ha quedado más de una vez con la periferia de lo que se dice y se olvida de los hechos. De los hechos se sabe poco. Eso me preocupa. Hay cosas que pasan en la Ciudad con las que estoy de acuerdo, ojo. Quizá las cosas con las que no estoy de acuerdo tengan que ver con la generación a la que pertenecen los que toman decisiones, diferente a la mía. Pero me gustaría que la ciudadanía se involucrara más en la política, se haga más cargo de lo que pasa y no le eche siempre la culpa al otro. Sería una señal de madurez. He trabajado muy fuerte en la defensa de un bien común como es la educación, que este gobierno del Pro no tiene en cuenta. No tiene un criterio formado sobre la educación, salvo el incentivo a las escuelas privadas. La escuela pública es un pilar fundamental para un país.
“Nunca te vi/ vos sos los discos que pueblan por las noches este departamento de París/ No sé, ya ves, ni como sos, tengo las fotos de tus discos, gente/ que te conoce y te escribe/ paredes de palabras con glicinas/ y vos detrás, inalcanzable siempre”, le escribió a Susana Rinaldi nada menos que Julio Cortázar, luego de conocerla. Entonces, ella tenía 40 años.
Tal vez por eso hoy, a los 78, es también ella quien recuerda: “Este año se va a inaugurar una escultura de homenaje a Cortázar en la plazoleta que lleva su nombre en Palermo. La educación, como dije antes, es un foco. Por eso lamento que Daniel Filmus haya quedado fuera del Senado. A él le debemos nada menos que la Ley de Educación Federal”.
–¿Qué tiene más potencial para cambiar una sociedad, el arte o la política?
–Ambas cosas tienen potencial. Además, siempre fui una artista comprometida. La música tiene una bandeja abierta de posibilidades en ese sentido. La política, en cambio, es más inquisidora. Bueno, a mí me gusta una política inquisidora; que demande permanentemente y que mantenga viva la memoria militante.
–¿Qué impresión le causó el informe televisivo de Lanata sobre los subsidios al cine argentino hacia filmes que, luego, tienen baja afluencia de público?
–Sobre ese señor no voy a hablar. No me gusta, y no tengo nada que ver con él.
–¿Cómo ve la cultura en la Ciudad?
–¿Qué cultura? Si cultura son espectáculos, algunos entretenimientos, la verdad que eso no es cultura. La pregunta con el gobierno de Macri es dónde está la educación, que está por el suelo con el macrismo, y dónde está la cultura.
–¿Cómo se lleva con Hernán Lombardi?
–Somos dos tanos bravos, pero es un amigo.
–Seguramente no le debe gustar lo que dice.
–Por supuesto que no, pero creo que lo dos tenemos el mismo carácter.