Victoria Roldán Méndez es una de las principales legisladoras del Pro, ya que de ella depende la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, por la cual pasaron los proyectos que el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, considera claves para su gestión, como el nuevo Código Urbanístico y el de Edificación, que fueron aprobados en primera lectura.
La legisladora recibió a Noticias Urbanas en su despacho para hablar acerca de las modificaciones que podrían sufrir los códigos luego de la audiencia pública y el del rol de la oposición en el debate.
“Una cosa es que nos digan que lo hacemos mal, eso lo puedo entender porque el otro lo haría de otra manera, pero decir que no hacemos nada por el sur, creo que no está bien”, se defendió Roldán Méndez, que también aseguró que los códigos se terminarán aprobando este año.
-El jueves que la Legislatura aprobó los códigos, la oposición hizo eje en dos temas: que esto no cambia las desigualdades de la Ciudad y que hubo poco tiempo de discusión, ¿qué responde a eso?
-En cuanto al tiempo, hemos tenido varias discusiones. Desde que ingresaron los códigos, nosotros planteamos que los íbamos a trabajar y debatir durante todo el año, que es lo que está pasando. Más allá de que es un código que requiere de una mayoría simple, es decir, de 31 votos, que nosotros ya tenemos, creímos que era importante debatir y desmembrar el código, trabajando capítulo por capítulo y después discutirlo de forma integral, pero trabajando durante todo el año. Siempre se quiere más y se pide más. Nosotros creemos que con todo este trabajo que hicimos, se garantiza las distintas voces y visiones sobre el código.
En cuanto al otro punto, creo que a veces se le pide más al código de lo que es. Es un código que establece cómo avanza, en términos de constructividad, la Ciudad de Buenos Aires y cómo se organiza ese tejido y la vida social. Nosotros, con este código lo que hacemos es promover la integración del norte y el sur, sacando lo que preveía el código anterior, con lo que el sur estaba históricamente reservada a las zonas fabriles e industriales. Lo que ahora estamos planteando es que en la zona sur haya una mixtura de usos, que es el nuevo paradigma del código. Es decir, que uno pueda instalar en la zona sur un comercio o industria, pero también que se puedan instalar empresas, como está pasando con la Villa Olímpica. Después, tenemos que hacer el desarrollo en el sur, darle más capacidad constructiva.
El código apunta a eliminar esa diferencia. Pero también hay políticas públicas que desarrolla el Gobierno de la Ciudad que acompañan, como por ejemplo el traslado de las oficinas a la zona sur y la promoción del transporte público para integrarla y para que la gente pueda vivir, trabajar y desarrollarse en esta zona. Que el Jefe de Gobierno vaya a trabajar a Parque Patricios, que estemos promoviendo ahora la Cárcel de Caseros, que el Ministerio de Desarrollo Urbano, Humano y Hábitat se radique en lo que es el Elefante Blanco, que está avanzando, que el Ministerio de Educación vaya a la Villa 31, son medidas en esa dirección.
Yo lo planteé específicamente en la reunión con la comisión, porque hasta el legislador de Unidad Ciudadana, Carlos Tomada, planteaba que no hacíamos nada, lo cual me parece muy ciego. Una cosa es que nos diga que lo hacemos mal, eso lo puedo entender porque el otro lo haría de otra manera, pero decir que no hacemos nada por el sur, creo que no está bien.
Sí, falta hacer. En todos los procesos de integración estamos trabajando: se construyó la Villa Olímpica e hicimos que los Juegos Olímpicos fueran en el sur, en lo que va a ser el autódromo, el Metrobus que conecta, todo esto es para la integración del sur de la Ciudad. El código viene a acompañar, no es que resuelve todos los problemas pero sí promueve y facilita que estas distribuciones entre el norte y el sur se vayan dando de a poco.
-Para la segunda lectura, ¿los códigos pueden sufrir modificaciones?
-Sí, las puede haber como producto de la audiencia pública.
-¿Cuál es el punto novedoso del Código Urbanístico?
-Creo que lo más importante del Código Urbanístico son dos cosas. En principio la mixtura de usos y por otro lado, el tema de las alturas. El Código de Planeamiento Urbano está pensado como una promoción de la interpretación, porque tiene criterios matemáticos. Y tienen beneficios aquellos que dejan la planta libre, que así pueden tener más altura. Si englobás parcelas podés sumar capacidad constructiva, además.
Eso lo que hace que aparezcan en ciertos barrios estas torres que a veces son disruptivas de lo que son los barrios en sí, pero no son ilegales.
-Pero tal vez el Código anterior tenía algunos puntos grises en este está cuestión.
-Exacto, lo novedoso es eso, que para toda la Ciudad -con alguna excepción- es que se establecen seis alturas máximas en función de la Ciudad existente. Si es un barrio de casas bajas, tendrás un edificio que como máximo tendrá 9 metros de altura. Los corredores es donde se promueve la mayor altura, porque allí están las avenidas que tienen calles de mayor ancho, porque pasan más transportes públicos y es donde hay más infraestructura.
Con el Código de Edificación se ha cambiado la forma de construir en la Ciudad y además, también las tecnologías y los materiales de construcción. Este Código viene a plantear cuáles son los criterios que uno tiene que cumplir para garantizar, por ejemplo, la aislación térmica, pero no te dice qué elementos utilizar para que los materiales se vayan modernizando, para que en 10 años no quede desactualizado.
-¿Cómo cree que va a ser la audiencia pública (se inició este miércoles) y el proceso hasta llegar a la segunda lectura?
-Se va a votar este año, probablemente a fin de año, en función de la audiencia pública.
-¿Cómo reaccionaron en el oficialismo al fallo judicial que suspendió momentáneamente el tratamiento legislativo del Código Urbanístico?
-Yo no soy abogada, pero primero cabe mencionar el concepto de la precautelar que, como tal, no es una figura que exista. Después, hasta cuándo la Justicia se puede meter en el procedimiento interno de trabajo en la Legislatura, porque en definitiva es eso lo que pasó. Nosotros presentamos todos los papeles, nos pusimos a disposición, presentamos todo el trabajo que hasta esa fecha veníamos haciendo y esperamos a que la Justicia resuelva.
-Algunos legisladores del oficialismo le adjudicaron un tinte político al fallo. Por el contrario, desde sectores de la oposición decían que era lo que correspondía.
-Tuvimos otro amparo antes de que ingrese el proyecto y ya entonces fallaron a favor del Gobierno nacional, diciendo que se había cumplido el procedimiento de participación. Y ahora, otra vez es lo mismo. Por eso, nosotros lo que hacemos es presentar todos los papeles, como corresponde. Pero está la discusión de hasta cuándo se puede meter el Poder Judicial en el procedimiento legislativo. Una cosa es que marquen una inconstitucionalidad en la ley, ¿pero también va a definir cómo tenemos que trabajar hacia adentro? Es una interferencia de poderes.
-¿Van a volver a dialogar con la oposición, de cara a la segunda lectura y aceptar algún cambio?
-Sí. El diálogo con los bloques de la Legislatura respecto al Código estuvo siempre. Se manifestó en las distintas reuniones que hemos tenido, de 3 o 4 horas de debate intento. El diálogo está siempre abierto. Incluso hemos incorporado modificaciones en el proyecto, producto de esas discusiones con los diputados, juntas comunales o vecinos.
-Cuando se discutieron los nuevos códigos, usted incluyó la participación de los vecinos, ¿cómo surgió la idea?
-El Código Urbanístico ingresa en abril. Previo a eso, durante dos años, el Ejecutivo estuvo haciendo distintas reuniones en las comunas, con los vecinos, con las juntas comunales, con instituciones y academias. Entonces, el código que ingresa a la Legislatura ya estaba bastante trabajado. De hecho, ingresa la versión número 12. Y sin embargo, cuando entra acá, creímos desde el bloque que también era necesario seguir abriendo esa discusión a los vecinos y a las juntas comunales. Y lo que hicimos fue que, más allá de la hora reglamentaria que plantea nuestro reglamento de dejar hablar a los vecinos y que muchas veces ocupa mucho más de 30 minutos, organizamos dos reuniones a las que los convocamos con nuestras herramientas de comunicación y a las que vinieron a hablar por el código Urbanístico y el de Edificación, a modo de audiencia pública.
Además, hicimos mesas de accesibilidad, en las que trabajamos temas puntuales que vinieron y recogieron varias instituciones de personas con discapacidad para el Código de Edificación. Después hicimos otra mesa de trabajo con instituciones y academias, miembros de entidades universitarias y juntas comunales. Esto, lo que nos permitió es poder nutrir de más información a ambos códigos, para poder introducir cuestiones que nos fueron planteadas. Esto es necesario, ya que es un código tan central e importante para la Ciudad que era necesario abrirlo y escuchar otras voces.
-Esto de hablarlo con los vecinos, ¿surge de la Comisión de Planeamiento Urbano o también desde el Ejecutivo?
-Fue una decisión que tomamos nosotros acá en la Legislatura. Lo charlamos con el presidente del bloque de Vamos Juntos, Agustín Forchieri y con el vicepresidente primero de la Legislatura, Francisco Quintana y yo planteé cómo me parecía que debía ser trabajado. Todos coincidimos en que era importante abrir esa discusión.