La gobernadora electa bonaerense, María Eugenia Vidal, respeta el silencio que pidió Mauricio Macri sobre dar a conocer el reparto de cargos y puestos en la Ciudad y la Provincia. Pero eso no significa que no avance en su armado político.
Ayer por la tarde, Ernesto Sanz –en su calidad de presidente del Comité Nacional- recibió a la futura gobernadora bonaerense en la sede de la UCR, acompañados por los intendentes radicales electos y por el titular del poderoso Comité Provincia, Ricardo Alfonsín. Allí, Vidal agradeció el aporte correligionario en la campaña provincial y los arengó para “un último esfuerzo” de cara al balotaje.
Pero más allá de las formalidades, Vidal dispuso que el “único interlocutor” con el partido aliado sea Daniel Salvador, el vicegobernador electo, y no algún referente de los intendentes o el propio Alfonsín (como la lógica política podía indicar), según constató Noticias Urbanas de dos fuentes del Pro bonaerense.
“Sería una torpeza amplificar ahora los interlocutores, la idea es ordenar el diálogo con la UCR vía Salvador. Además, él fue el elegido por el partido para ser compañero de fórmula”, explicaron desde el Pro.
Salvador presidirá a partir del 10 de diciembre próximo el Senado bonaerense, en donde Cambiemos estará en empate con el kirchnerismo (ambos con 15 legisladores), y el massismo como tercera fuerza, aunque en la Cámara baja la correlación de fuerzas es peor para el futuro oficialismo (serán, unidos el Pro y la UCR, la segunda minoría luego del FpV).
Desde ese lugar, el histórico referente radical deberá hacer equilibrio con los miembros de su partido, con sus aliados y con el resto de los bloques para aprobar las leyes que requiera el Ejecutivo. Pero antes, será el interlocutor con Vidal de cara a la conformación del nutrido gabinete bonaerense que debe conducir la administración pública del tamaño de un país mediano.
“Son 25 los dirigentes clave que necesitamos para conducir la gestión, entre ministerios, secretarías clave y organismos como el Ente del Agua, el BAPRO y la Lotería”, explicaba un dirigente larretista que fue requerido por Vidal para sumarse a esa veintena que deberá hacerse cargo de la provincia más grande y poblada de nuestro país.
En el marco de esa convivencia entre ambos partidos surge clave el rol de Alfonsín, electo el año pasado presidente del Comité Provincia (que curiosamente compitió contra Daniel Salvador, apoyado por sectores de Leopoldo Moreau y Ernesto Sanz). El alfonsinismo, nucleado en el espacio interno MoReNa, se opuso fuertemente a un acuerdo con el macrismo a nivel nacional.
Pero hubo un viraje tras la elección. Desde el entorno del diputado nacional señalaron a Noticias Urbanas: “Salvador cumple con respetar las autoridades partidarias y eso es bueno. Alfonsín dio una bajada de línea de acompañar, por más que en (la convención de) Gualeguaychú no triunfó nuestra idea. Las quejas que se filtran son operaciones por los cargos, pero hay apoyo claro a Vidal”.
Por ahora, niña mimada de los medios y de las encuestas de imagen, Vidal avanza en su armado para encarar el gobierno. Ayer sus operadores mantuvieron la primera reunión de transición con representantes del sciolismo y la próxima será este viernes. Y una vez pasado el balotaje del 22 de noviembre, terminará de articular el primer gabinete no peronista de los últimos 28 años en la Provincia.