“Es muy necesario que Pino esté en la Ciudad”, dice Rocío Sánchez Andía, diputada de la Coalición Cívica, sin eufemismos y subrayando la frase.
Mientras que a la oposición le sigue costando conformar una alianza creíble y la Coalición Cívica permanece en un estado de ebullición que parece no encontrar salida, Sánchez Andía apuesta a la generación de un acuerdo con el FAP, la UCR y Proyecto Sur en la Ciudad. “No se puede volver a fragmentar el voto progresista”, afirma.
Es una de las legisladoras más jóvenes del espacio de Lilita Carrió. Antes se alineaba a su jefa, pero hoy participa de un espacio junto con Diana Maffía y Fernanda Gil Lozano. Es el espacio “aperturista”, que busca la supervivencia política mediante alianzas con otras fuerzas progresistas.
Los dirigentes Ricardo Gil Lavedra (UCR), Alfonso Prat-Gay (CC) y Humberto Tumini (Libres del Sur) se han mostrado, últimamente, en más de una foto juntos (y las fotos, en política, nunca son inocentes) comunicando, así, sus intenciones de conformar un espacio político para las próximas legislativas con el objetivo de disputarle la mayoría al Frente para la Victoria.
Sánchez Andía no se cansa de decir que Macri y el kirchnerismo son socios en la Ciudad. Y esa fue su línea argumental durante la charla con Noticias Urbanas.
–Desde el Gobierno nacional afirman que, con relación a Macri, expresan dos proyectos opuestos de país. Por lo visto, usted no lo ve así.
–Al kirchnerismo lo mejor que le puede pasar es tenerlo a Macri de rival. El macrismo es funcional al kirchnerismo, tanto que en la Ciudad son socios. El kirchnerismo dice que no es así; Juan Cabandié critica a Macri, pero después votan leyes juntos que nosotros jamás votaríamos (NdR: Se refiere al paquete de proyectos que ambas fuerzas acordaron a fines de 2012 y que incluye el Polo Audiovisual en la Isla Demarchi, el convenio de Solares de Santa María, la rezonificación de los terrenos destinados al plan Pro.Cre.Ar y a otras iniciativas que involucran emprendimientos inmobiliarios de gran importancia para la Ciudad y la Nación). Sucedió, por ejemplo, con la empresa Irsa, que es funcional tanto al Pro como a los K en los negocios inmobiliarios. Coinciden en una misma mirada sobre las prácticas y sobre el papel del Estado. El macrismo quiere una sociedad para pocos; no se ocupa de las personas más vulnerables. Por su parte, el kirchnerismo dice que confronta con la ideología de Macri, pero en la práctica –y nosotros lo vemos bien aquí– van juntos. Macri expulsa a los pobres de la Ciudad.
–¿Cómo que los expulsa?
–La tierra es muy cara en Buenos Aires, que cada vez se está pareciendo más a Roma o a Manhattan por el alto valor del precio de la tierra y se está convirtiendo en un sitio apto solo para los que pueden pagarla. A través del Instituto de la Vivienda, el Gobierno porteño ofrece soluciones –créditos– que solo sirven para comprar algo fuera de la Ciudad. Provoca desplazamientos. El kirchnerismo no solo no hace nada para revertir esa situación sino que es cómplice en la privatización del espacio público.
–Le cambio de tema. Hay un proyecto para desdoblar las elecciones entre Ciudad y Nación, ¿lo comparte?
–Históricamente, nosotros desde la Coalición dijimos que, lejos de la especulación de lo que más le conviene a Pro, lo que buscamos definir es cuándo es el momento en que los porteños pueden escuchar mejor las propuestas que tenemos para ellos. En ese caso, nos parece mejor el desdoblamiento para que los temas de la Ciudad resulten más visibles.
A fines de 2011, la Coalición Cívica discutió su rumbo, aunque no parece haber definido nada en concreto. Un sector busca una apertura; el otro, mantener la esencia del partido, el purismo, según explican. En Capital, la CC quedó en manos de Maximiliano Ferraro, cercano a Elisa Carrió. Ergo, perdieron los partidarios de tejer alianzas al exterior de la fuerza, núcleo donde revista Sánchez Andía, quien acaba de cumplir 34 años, es soltera y estudia Comunicación Social.
–La semana que pasó estuvo atravesada por los escraches a funcionarios del Gobierno, ¿cuál es su lectura?
–La violencia nunca puede ser tolerada, y en eso hay que ser muy claros. Pero violencia también es mentir. Mentir es descalificar las críticas de la oposición o de la ciudadanía con un supuesto alineamiento con Clarín o con el campo. Y la realidad es que nosotros cuestionamos al Gobierno por la corrupción. De Vido, por ejemplo, es un corrupto. La corrupción genera pibes que se siguen muriendo de hambre, o la tragedia de Once. Es necesario generar instancias de debate, no actos de violencia como el que vivió Kicillof.
–El problema es que hay discusiones a gritos, pero no debate. O exabruptos como los de Del Sel.
–Lo de Del Sel no fue un exabrupto. Ocurre que lo de Pro es puro marketing, pero la mayoría piensa como él. Del Sel, además, debería darse cuenta de que, si aspira a ser diputado, debe tener la responsabilidad de la palabra: no puede decir cualquier cosa. Y en el caso del Gobierno, me preguntaría seriamente por qué la sociedad necesita expresarse de una manera tan violenta.
–¿Qué posibilidades concretas hay de una alianza del FAP, Proyecto Sur, la UCR y la Coalición Cívica en la Ciudad? ¿Hay conversaciones, más allá de la foto entre Tumini, Prat-Gay y Gil Lavedra?
–Desde nuestro sector en la Coalición Cívica creemos que no se puede fragmentar otra vez el voto de fuerzas progresistas con altas coincidencias. Así como queremos generar un acuerdo institucional, dentro del partido, incorporando a todos los sectores, también pensamos que es muy necesario Pino para la Ciudad.
–Perdón, ¿y Lilita Carrió?
–Tomará las decisiones que crea convenientes.