Está en el centro porteño. Fue un cementerio, colegio, asilo y hospital de mujeres. En el predio funcionó el edificio de Asistencia Pública durante siete décadas hasta que cerró en 1969. Dos años después se construyó la plaza Roberto Arlt, en Esmeralda y Rivadavia. Fue canción del dúo Vivencia en los inicios del rock nacional y en los últimos años quedó deteriorada y vandalizada. Ahora se convertirá en la primera plaza de la diversidad sexual.
Los colores del arcoíris darán el distintivo a la remodelación del predio, porque la idea es que sea un “homenaje y reivindicación de la lucha” del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y trans. “Fomentar la diversidad en el espacio público, que es el lugar donde se produce el sentimiento de pertenencia ciudadana, era algo que queríamos hacer hace tiempo. Y qué mejor que hacerlo en un lugar tan transitado como la plaza Roberto Arlt”, remarcó el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli en declaraciones al diario Clarín.
Y la secretaria general de la Federación Argentina LGBT, María Rachid, subrayó a este diario: “Nos parece importante que Buenos Aires tenga un espacio de visibilidad de la diversidad como muchas ciudades del mundo, que también contemple espacios de inclusión laboral para personas trans, por eso le acercamos esta iniciativa al jefe de Gobierno porteño.
Esta plaza será un espacio de visibilidad, de expresión de la cultura LGBT y de oportunidad laboral para un grupo de compañeras y compañeros trans. La remodelación de la plaza, que se prevé inaugurar a fines de mayo, plantea un espacio gastronómico teniendo en cuenta su ubicación dentro del circuito turístico de la Ciudad y la existencia de muchas oficinas alrededor.
Se reservará un sector para food trucks que serán atendido por personas trans y, además de las gradas de cemento que ya posee la plaza, colocarán mesas y sillas para los comensales, siempre con los colores emblemáticos del movimiento gay.
Otra de las novedades será un circuito peatonal con el arcoíris LGBT donde instalarán veinte paneles exhibidores para las muestras itinerantes relativas a la diversidad sexual y de género y que unirá la entrada de Rivadavia con el ingreso de Esmeralda.
A ello se sumará, un módulo informativo donde los miembros de la federación podrán realizar charlas y actividades y se proyecta hacer un mural en una de las medianeras con la misma temática.
Los trabajos, que fueron adjudicados a la firma Algieri con un presupuesto de poco más de 9 millones de pesos, pondrán en valor las fuentes del interior y se revitalizará todo el espacio verde, más allá de preservar el adoquinado existente. Habrá nueva luminaria y se pintarán las rejas y las medianeras con los colores del arcoíris.
La obra tendrá, además, un punto especial en cuanto al patrimonio histórico.
Es que en excavaciones arqueológicas se han encontrado restos óseos de un cementerio que en la época colonial abrió una orden religiosa para personas que no podían pagar un funeral. Se decidió colocar en ese sector una placa conmemorativa y plantar doce árboles. No faltará tampoco la “pata” deportiva en este espacio remodelado, ya que los vecinos de la zona pidieron, a través de la Comuna 1, la colocación de cuatro postas aeróbicas.
Las autoridades reconocieron que la plaza había quedado en muy malas condiciones porque, además de las pintadas en las paredes, muchas personas en situación de calle dormían en el predio. Se reorganizará también el estacionamiento de motos sobre Esmeralda.
En 2012, el Gobierno porteño había decidido mudar allí a los manteros que ocupaban las veredas de la calle Perú entre Avenida de Mayo y Diagonal Sur. La idea era armarles un paseo ordenado, con puestos y hasta una parada del bus turístico para atraer clientes. Pero pese a que varios vendedores callejeros se instalaron, el lugar no funcionó y quedó rápidamente abandonado.