El fiscal Álvaro Garganta ordenó el jueves múltiples allanamientos en una empresa del exgobernador bonaerense Daniel Scioli y en una serie de firmas de La Plata vinculadas al hoy diputado nacional. El origen fueron dos informes de la Unidad de Información Financiera (UIF) que alertaron de una incompatibilidad y de una posible maniobra de lavado de activos con una operación inmobiliaria.
Los procedimientos, en busca de contratos y documentación contable, se desplegaron esta tarde con efectivos de la Policía Bonaerense en Capanone SA (una empresa inmobiliaria donde Scioli tiene el 99% de las acciones y que es continuadora en los papeles de Electrolux) y en Estudio Mercado y Asociados, Miller Building International SA y Multiespacios La Posada SA.
Los informes revelan dos posibles maniobras con la compraventa de Villa La Ñata, el predio donde vivió el ex gobernador durante su gestión y donde está ubicado el microestadio de futsal La Ñata Sporting Club, en la zona de Benavídez, a la vera del Río Luján.
Por un lado, la Justicia detectó una seria incompatibilidad entre la gestión y los desarrollos privados de Scioli.
Según el informe de la UIF, la operación se concretó por 3,8 millones de dólares, equivalentes a $ 61,7 millones de acuerdo al tipo de cambio vigente. La transferencia se realizó entre dos cuentas del Banco Provincia. Con ese dinero, la empresa de Scioli luego hizo extracciones en efectivo y compró Lebacs, Bonar. Según el informe de la UIF, la compradora abonó “con fondos exteriorizados un mes antes”.
El segundo informe de la UIF revela una posible maniobra de lavado. Garganta detectó que el diputado y excandidato a presidente vendió ese predio por un monto muy superior al que había informado originalmente.