Se planifica la emisión de billetes de $20.000 y $50.000

Se planifica la emisión de billetes de $20.000 y $50.000

El tema ya se está estudiando en el Banco Central.


El Banco Central ya tiene en carpeta la emisión de nuevos billetes de denominación sensiblemente mayor a los actuales. El plan de imprimir billetes de 100, 200 y 500 pesos con imágenes de próceres, para reemplazar a los animales, fue desactivado por razones obvias. Solamente el de $1.000, con la imagen de San Martín, llegó a la calle para coexistir con el del hornero; el resto no se producirá.

Quienes conocen de cerca el manejo de los billetes aseguran que $20.000 y $50.000 es la denominación indicada. Si se opta por valores de $5.000 o $10.000, considerando el tiempo de producción, cuando salgan a la calle el cambio casi no va a notarse. Aún cuando suene excesivo, un billete máximo de $50.000 es lo más razonable según los expertos. Hoy equivale a 50 dólares.

Queda abierto un punto: la diferencia que existiría entre $2.000 y su inmediato de $20.000 probablemente se cubra más adelante con papeles de $5.000 o $10.000, aunque todos estos cálculos que hoy se hacen en el Central dependerán de como evolucione la inflación.

Ese es el punto más complejo. En el BCRA afirman que el proceso no se inició. Y el tiempo habitual para que un billete nuevo llegue a la calle va a de 6 a 9 meses, incluyendo desde el diseño, los pasos legales, la producción y la distribución.

Si sale todo muy bien, podría llegar para junio, cuando se pagan los aguinaldos y la demanda de dinero es más fuerte. Antes, imposible. El otro pico estacional en el que los bancos necesitan más billetes es el actual, diciembre, por el pago de aguinaldos, bonos y el giro comercial de las fiestas, pero se asegura que no hubo problemas de provisión. Sí hay problemas para el público y las empresas, que se quejan en forma constante por tener un billete máximo con un poder de compra tan bajo.

En los próximos meses, los encargados de la provisión de efectivo esperan dos acciones contrapuestas. Por un lado, la inflación creciente exigirá una mayor cantidad de billetes en la calle; pero a la vez, se espera que esa inflación genere un parate económico, lo que siempre reduce los pedidos de efectivo que los bancos suelen hacer al BCRA. Sí esos dos fenómenos se compensan entre sí, explican, podría atravesarse sin problemas el tiempo que llevará producir los nuevos billetes.

Encargarlos al exterior podría acelerar los tiempos en relación a lo que puede tardar la Casa de la Moneda y es lo que vino ocurriendo con la producción en forma reciente: este año se encargaron billetes de $1.000 a Francia y Malta.

La Casa de la Moneda, por otra parte, ni siquiera tiene presidente. Su último titular, Ángel Elettore, presentó su renuncia el 7 de diciembre, la cual fue aceptada de inmediato por Alberto Fernández. El organismo está en manos de las dos integrantes que completan su directorio y, según indica la ley, una representa al BCRA, Cristina Tchintian, y otra representa al ministerio de Defensa, Marina Pecar. Ambas fueron designadas oportunamente por Miguel Pesce y Jorge Taiana, respectivamente.

De esa forma, la Casa de la Moneda está conducida por dos directoras designadas por el gobierno anterior. La nueva administración no dio señales acerca de quiénes serán sus nuevas autoridades.

Toda la producción de Casa de la Moneda está volcada a los papeles de 1.000 y 2.000 pesos, y a la mayor velocidad posible. Los billetes de menor denominación, pensados con mayor interés en reemplazar por próceres a los animales elegidos durante el macrismo que en facilitar el uso del efectivo para los actores económicos, ya no serán producidos.

 

 

 

Qué se dice del tema...