“Ustedes hicieron posible lo imposible. Lograron con su voto lo que nadie creía”, la frase dicha por Mauricio Macri el domingo por la noche en el búnker de Cambiemos, en Costa Salguero, define con una honestidad brutal la sorpresa que produjeron en el Pro los resultados electorales. Ni el más optimista de los dirigentes macristas creía que se podían ganar la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad.
Pero lo imposible se hizo realidad y Cambiemos, o mejor sería decir el Pro, ya que quienes se harán cargo de los puestos ejecutivos son integrantes de esa fuerza, se quedó con todo.
Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, tres políticos que vienen de la Ciudad, manejarán los tres cargos ejecutivos más importantes del país. Este dato es clave para entender lo que se viene. El Pro es un partido porteño. Sus cuadros más importantes están en la Ciudad, distrito que gobiernan desde hace ocho años, pero en el cual tienen legisladores desde hace 12. La estructura porteña es la pieza fundamental en el armado político del Pro. Un claro ejemplo, además de la propia candidatura de Macri, es la de Vidal en la Provincia. En la actualidad es la vicejefa porteña y previamente fue ministra y legisladora en la Ciudad.
A eso se le podrían agregar los nombres de quienes serán los futuros integrantes del Gabinete nacional. La gran cantidad de dirigentes que pasaron por el Gobierno de la Ciudad y que, debido a los resultados, migrarán a Nación y Provincia confirman que la estructura del Pro es básicamente porteña.
Frente a este panorama se abre un interrogante: cómo ocupar todos los cargos que requieren las estructuras nacional y provincial sin que ello perjudique a la administración porteña ni se desarme la estructura del futuro gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Noticias Urbanas dialogó con varios políticos y dirigentes del Pro luego del triunfo electoral del domingo.
Con base en esas charlas, este medio pudo confirmar que las dos prioridades de Macri serán la puesta en marcha de las primeras medidas de gobierno y resolver cómo ocuparán todos los cargos que una estructura tan grande como la del Gobierno nacional le exige. “Necesitamos hombres de confianza, no podemos poner a cualquiera. El tema no son los ministros: la cuestión son las secretarías, las subsecretarías y las direcciones generales. Hay muchos lugares para ocupar y no tenemos toda la gente propia que haría falta para esos cargos. Y no estamos para rifar nada”, le dijo a Noticias Urbanas un legislador porteño que tuvo un rol importante en la campaña presidencial de Macri.
El Pro se queda con Cambiemos
Macri eligió para los puestos claves del Gabinete nacional a los hombres del Pro que lo acompañan desde hace tiempo. El nuevo hombre fuerte será, sin duda, el futuro jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, otro que viene de la Ciudad, que fue el jefe de la campaña presidencial y que hasta el 10 de diciembre será el secretario general del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Gabriela Michetti, la electa vicepresidenta, manejará el Senado, y es otra histórica dirigente porteña.
Los nombres de Carolina Stanley (Desarrollo Social), Esteban Bullrich (Educación), Andrés Ibarra (Gestión y Modernización), Rogelio Frigerio (Interior), Francisco Cabrera (Producción), Jorge Lemus (Salud), Guillermo Dietrich (Transporte) y Sergio Bergman (Ambiente), por citar solamente algunos de los nuevos ministros nacionales que asumirán con Macri, demuestran que la base del futuro gobierno será porteña, ya que todos ellos fueron ministros, funcionarios o legisladores de Macri en la Ciudad.
El caso de Germán Garavano es un fiel reflejo de cómo es el reparto de poder que Macri diseñó. Garavano será ministro de Justicia y Derechos Humanos del nuevo Gobierno nacional. Es otro hombre que viene de la Ciudad, ya que fue fiscal general. Pero eso no es todo.
En el Ministerio de Justicia de la Nación, tal cual sucedió con el manejo de la Justicia porteña durante los dos gobiernos de Macri, confluirán dos sectores que se disputan el manejo de los jueces y fiscales.
En el Pro, las dos figuras con poder en el ámbito judicial son el presidente de Boca, Daniel “el Tano” Angelici, y el apoderado del Pro y amigo del electo presidente desde la época del colegio Newman, José Torello.
Debajo de Garavano quedaría el actual escribano general del Gobierno de la Ciudad, Mauricio Devoto (hombre de Torello). La idea es que ocupe la Secretaría de Justicia, una secretaría ampliada que coordine el trabajo de las secretarías de Derechos Humanos, Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera (UIF). Sería el hombre más cercano a Garavano.
De esta manera, los sectores de Angelici y Torello repetirían el mismo esquema de acuerdos y disputas que se dio en la Ciudad, ahora a nivel nacional.
La hora de la verdad
Pero el trabajo de Macri no se detiene en los nombramientos a nivel nacional. Su opinión es clave en la conformación de los gabinetes de Vidal y Rodríguez Larreta.
En la provincia de Buenos Aires vuelve a demostrarse, como ocurre en Nación, que el traspaso de funcionarios porteños a lugares de poder es algo que se repite. Una lógica bien Pro que consiste en ocupar los lugares más importantes con los históricos y leales de siempre. Y esos hombres solamente provienen de la Ciudad.
El legislador porteño Federico Salvai fue el jefe de campaña de Vidal y ahora será el ministro de Gobierno bonaerense; Edgardo Cenzón, actual ministro de Ambiente porteño, será una especie de superministro de Infraestructura, que se encargará de todas las obras en la provincia de Buenos Aires; el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, será el ministro de Seguridad de la Provincia y estará a cargo de la Policía Bonaerense, y el actual jefe de Gabinete de la Secretaría de Hacienda del Gobierno de la Ciudad, Roberto Gigante, asumirá un ministerio que creará la nueva gestión provincial y que será muy importante en el gobierno de Vidal: el Ministerio de Coordinación y Gestión.
Como gran parte de los funcionarios salen de la Ciudad, eso le genera un problema nada menor a Rodríguez Larreta. A medida que se le va alguien, su reemplazante es otro funcionario, que, por lo general, viene trabajando desde hace años también en la gestión porteña.
El ejemplo de Martín Mura confirma lo anterior. Mura será el nuevo secretario de Hacienda del Gobierno de Larreta. Es el actual subsecretario de Gestión y Administración Económica. Hombre que desde hace años venía trabajando con el actual secretario de Hacienda, Néstor Grindetti, quien también dejará la Ciudad para manejar la Intendencia de Lanús, luego de haber ganado la elección de octubre.
Los reemplazos en la Ciudad también son ocupados por figuras de trayectoria dentro del Pro.
Pero la Nación no es la Ciudad. El día después del triunfo de Vidal en la Provincia, la preocupación era cómo ocupar los puestos que exige la estructura del Estado. Se calcula que se necesitaban alrededor de 60 leales para esos lugares. En la Nación, ese número, como mínimo, se duplica.
“Estamos analizando varias alternativas, pero es muy probable que se eliminen secretarías y subsecretarías; de esa manera no necesitaríamos tanta gente. Y además estamos revisando los últimos nombramientos del gobierno K en varios ministerios. Hay mucha gente de La Cámpora o del kirchnerismo que entraron. Esos nombramientos los vamos a revisar y sacar a la gente que no sirve y que solamente ocupa cargos políticos”, le dijo a Noticias Urbanas un funcionario porteño del Pro que pasará a Nación.
Los primeros meses
Macri sabe que los primeros meses de gobierno serán claves para su futuro. Por eso, sus colaboradores se encuentran diseñando un paquete de medidas que impacten directamente en los temas que más preocupan a la sociedad. El tema económico es uno de ellos.
El cepo al dólar es uno de los temas a resolver. Macri quiere que no haya restricciones cambiarias y hasta prometió levantar el cepo el 11 de diciembre. Prat-Gay fue un poco más ambiguo y habló de desmontar las restricciones a la compra de dólares “en las primeras semanas”. Macri sabe que la solución no puede tardar demasiado. Si logra levantar el cepo sin consecuencias graves, en un tiempo relativamente corto, el efecto que tendrá ante la sociedad será muy positivo y, de esa manera, le dará un envión importante a su gestión.
Los otros temas en los que trabajan son la generación de empleo, la lucha contra la inflación y la relación con el campo. Todo afectará directamente en el mercado interno. Desde Cambiemos creen que si las condiciones económicas mejoran, Macri tendrá un plus que le permitirá moverse con un mayor respaldo político.
Esas medidas irán de la mano con una nueva postura en materia internacional, en donde propiciará una apertura que se concentre en mejorar la relación con los Estados Unidos y Europa. Para Macri esto no solamente tiene que ver con un alineamiento en materia de política exterior sino que también está estrechamente ligado con la economía. “Si optimizamos la relación con el exterior, vendrán inversiones y la economía local mejorará considerablemente”, le dijo un macrista a este medio.
Los sueños siempre son hermosos y perfectos. Idílicos, en muchos casos. El problema es que la realidad es caprichosa. Y por más que las intenciones sean las mejores, a veces eso no es suficiente para que los sueños se hagan realidad. Macri y los suyos lo saben bien.