Se trata del dato más bajo de los últimos 25 años, de acuerdo con el informe. “La mortalidad neonatal (menores de 28 días de edad), en especial la neonatal tardía (7 a 27 días de edad) es la que redujo más su participación”, destaca el trabajo.
La mortalidad durante el primer año de vida puede dividirse en dos etapas principales, cada una de ellas con una causa diferente: la mortalidad neonatal que ocurre durante las primeras cuatro semanas de vida y la mortalidad postneonatal, que se produce durante el resto del primer año de vida.
En ese sentido, la primera sirve como indicador del componente de la mortalidad infantil que puede atribuirse a factores endógenos (vicios de conformación congénita, nacimiento prematuro, consecuencias del parto, etc.), mientras que la tasa postnatal sirve como indicador de la mortalidad infantil de origen exógeno (enfermedades infectocontagiosas, del aparato respiratorio, diarrea y enteritis).
El informe destaca que en la etapa neonatal, las muertes se redujeron gracias a la atención durante el embarazo y el parto, y en la postneonatal, debido a la prevención y el tratamiento.