Y, a pesar de que las voces que allí se explayaron fueron numerosas, sólo tres se plantaron a favor del marco tarifario propuesto por el ministro de Energía y Minería Juan José Arganguren: los oficialistas Eduardo Amadeo, Federico Pinedo y Luis Naidenoff.
Sin embargo, en esta jornada reinaron los tonos fuertes y las críticas, en especial del el exministro de Economía, Axel Kicillof; el senador nacional Fernando “Pino” Solanas, los representantes de la izquierda Miriam Bregman y Néstor Pitrola, la senadora de la CC-ARI Malena Olarda y Liliana Schwindt, del Frente Renovador.
Alrededor de las 11 de la mañana, Kicillof hizo uso de la palabra, donde optó por dar declaraciones de índole política: “Estamos discutiendo una peor propuesta que la anterior. Multiplica por seis. Aranguren no es culpable, le piden que aplique la devaluación y la vuelta del modelo de los ’90. El gobierno no quiere volver al autoabastecimiento y ha dado vuelta todo el sistema energético”.
Asimismo, apuntó que éste “es un tarifazo a la medida de las empresas aplicado en un momento inoportuno”, y advirtió que deberían “estar haciendo una audiencia por el aumento del salario y de las paritarias”.
“Este tarifazo no se aplica en el cielo despejado, viene después del aumento del 370% de la electricidad, del 200 por ciento agua y del 100 por ciento del transporte; viene después de una devaluación que ya supera el 50 por ciento, e inflación del 40 por ciento”, sentenció.
Por otro lado, el dirigente de izquierda Claudio Lozano, quien fue el encargado de abrir la segunda jornada de debate, opinó: “Una audiencia pública supone un gobierno abierto a escuchar, pero llegamos acá con un gobierno que intentó eludir la audiencia y que tiene una propuesta de aumento prácticamente cerrada”.
En el mismo tono, la diputada del Partido de los Trabajadores Socialista, Myriam Bregman advirtió que el debate “no está hecho para acatar la voluntad popular”, por lo que remarcó que “es una puesta de escena para no discutir las cuestiones esenciales como que se trata de un servicio público que no tiene por qué dar ganancias“. “No se puede discutir ningún tarifazo si no se sabe qué pasó con los millones y millones que se llevaron las empresas en subsidios todos estos años. Muchas de esas empresas son manejadas por amigos y personas muy cercanas al presidente Mauricio Macri”, apuntó.
Y el diputado nacional por el Frente de Izquierda, Néstor Pitrola solicitó “la anulación inmediata del tarifazo” al aseverar: “Este aumento es a libro cerrado y a favor de las compañías que llevaron al fracaso de este sistema”.
En tanto, “Pino” Solanas opinó que “es inadmisible que se vaya a una audiencia sin que el gobierno haya dicho cuál es el costo de la tarifa del gas” y que “van camino a dolarizar la tarifa de gas”. “El 40 por ciento del sector social más castigado no tiene gas y termina pagando el más caro de todos, el de las garrafas”, prosiguió, y en la misma línea, culminó: “Los males empezaron con Kicilloff. En 2013 ellos tuvieron la idea de aumentar el precio del barril y le hicieron pagar a los consumidores 30 dólares más por barril de petróleo”.
Voces a favor
Por su parte Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, defendió el esquema de incremento propuesto por el gobierno al argumentar que el sistema actual “no es justo” y, por lo tanto, indicó que el 56 por ciento de los consumidores “va a pagar 107 pesos”.
“El 40 por ciento de los argentinos no tiene acceso a las redes de gas. Las garrafas cuestan 400 por ciento más que el gas de los más ricos, ¿eso es justo?”, cuestinó.
Durante su exposición, también indicó que “el Gobierno optó por cubrir con tarifa social de gas al 30 por ciento de esos consumidores más pobres”, de los cuales el 56 por ciento “va a pagar 50 pesos”.
Así, en defensa del nuevo esquema de incremento del Gobierno, que implica un 203 por ciento de aumento en promedio, destacó que “implica una tarifa que para el año que viene, para el 56 por ciento va a ser de 107 pesos de promedio; para el 31 por ciento, va a ser de 371 pesos; y para el 13 por ciento, que son los de más alto consumo, de 953 pesos”.
