La relación entre el Gobierno y el Congreso de la Nación sigue tensionada debido a la falta de acuerdos políticos y a la rotura de todo puente posible. Luego de la caída de la Ley Ómnibus, el presidente Javier Milei no sólo se quedó con las manos vacías, sino que redobló la apuesta y fue a fondo con la confrontación política contra la ‘casta’. Incluso, en sus últimas declaraciones, se refirió al Poder Legislativo como un “nido de ratas”.
Sin ningún proyecto aprobado durante el período de sesiones extraordinarias, el DNU 70/23 – que entró en vigencia el 29 de diciembre del 2023 – se transformó en el blanco por parte de la oposición para voltearlo en el recinto. De esta manera, al libertario se le complicaría su afán de desregular la economía y retrocedería varios casilleros.
Los reclamos del kirchnerismo a Villarruel
En el Senado, la puja política comenzó cuando el interbloque UP solicitó dos pedidos de sesión especial para debatir el decreto, que resultaron en vano, ya que sus reclamos no fueron escuchados. La primera convocatoria fue el 1 de febrero y la segunda, el 15 del mismo mes.
Asimismo, la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, realizó una sesión el 23 de febrero para elegir a las autoridades del cuerpo, pero no le dio lugar al kirchnerismo para colocar el tema en la convocatoria. Más allá de que la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo se conformó y comenzó a funcionar el jueves pasado, los intentos del oficialismo por dilatar el debate están a la orden del día.
Los bloques federales se suben al ring
Este lunes, los nueve senadores que responden a los bloques federales se sumaron al reclamo de UP y solicitaron una sesión para analizar el decreto. Los firmantes del pedido son: Carlos Camau Espínola (Corrientes), Edgardo Kueider (Entre Ríos), Carlos Arce (Misiones), Sonia Rojas Decut (Misiones), Mónica Silva (Río Negro), José Maria Carambia (Santa Cruz) , Natalia Gadano (Santa Cruz), Daniel Blanco (Tierra del Fuego ) y Alejandra Vigo (Córdoba).
Cabe destacar que la guerra entre Milei y los gobernadores escaló de manera tal que llegó al Senado y, en consonancia, los legisladores nacionales que responden a los mandatarios se unieron para avanzar en el pedido de tratar el DNU. Aunque esto no implica que todos tengan la intención de rechazarlo.
Asimismo, los 33 miembros del interbloque UP sumarían sus voluntades para terminar de dinamitar la dilación del tratamiento del decreto. Con eso, la oposición contaría con 42 senadores para comenzar con la discusión en el recinto de la Cámara alta. Un número que preocupa al Gobierno o, al menos, a Villarruel.