La bancada del Frente de Todos en el Senado, que preside José Mayans (Formosa), podría postergar para la semana próxima una definición sobre la posición que adoptará en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un fuerte contraste con lo que ocurrió en la Cámara baja, en la que el mismo día que entró el proyecto del Poder Ejecutivo se definió un cronograma de trabajo, el Frente de Todos no ha realizado ningún movimiento para trazar una hoja de ruta que permita establecer los tiempos del trámite legislativo del entendimiento cuando ingrese al Senado.
La estrategia apunta a esperar lo que ocurra en la Cámara de Diputados. Quieren mirar, sobre todo, cómo terminarán acomodándose las posiciones en el bloque que preside Germán Martínez (Santa Fe) desde que, a principios de febrero, Máximo Kirchner abandonó el cargo en disidencia con las negociaciones del gobierno de Alberto Fernández con el organismo de crédito.
En ese contexto, en el bloque conducido por Mayans y la kirchnerista mendocina Anabel Fernández Sagasti todavía no tienen decidido cuando se reunirán. Según el diairo La Nación, una fecha tentativa es el jueves, pero otras fuentes sostienen que recién podrían encontrarse la semana próxima para debatir el proyecto del Poder Ejecutivo. En otras palabras, van a esperar a que el acuerdo esté aprobado por la Cámara de Diputados antes de tomar una definición.
Sin embargo, conocer los alineamientos, tanto propios como de la oposición, en la cámara vecina tampoco servirá de mucho para esclarecer las cuentas necesarias para que la refinanciación de la deuda también pueda tener el visto bueno del Senado.
Es que en la Cámara alta las abstenciones cuentan como ausencias, afectando el quórum de 37 legisladores presentes necesario a la hora de la votación. Por lo tanto, el uso en masa de esa herramienta deja de ser una opción.
Pero, además, la fuerte resistencia que el acuerdo genera en el oficialismo obligará a un meticuloso análisis de cada voto negativo en ambos campamentos legislativos. Sucede que en una cámara con 72 integrantes que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se reparten casi en partes iguales (35 de un lado, 33 del otro), el rechazo de la coalición opositora a uno de los artículos del proyecto, el que establece cómo el Gobierno pretende poner en práctica lo acordado con el FMI, podría terminar con la cláusula rechazada.
El panorama se complicó en las últimas horas con las palabras de uno de los habituales aliados del oficialismo en la Cámara alta, Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), que amenazó con rechazar el acuerdo.
Esta encerrona ocupa por estos días a Juntos por el Cambio. En virtud de esta diferencia de escenarios es que los líderes parlamentarios del conglomerado opositor de ambas cámaras se reunirán este martes para acordar una estrategia que le propondrán a la Mesa Nacional de la coalición.
En el oficialismo evaden hablar del tema por el momento y prefieren postergar cualquier definición tajante. Se mantiene lo que dijo Mayans hace ya dos semanas, cuando rompió el silencio oficialista y anticipó que su bloque, con el detalle del acuerdo en la mano, iba a discutirlo para tomar una decisión.
Las señales previas no son alentadoras. En la anterior reunión, celebrada diez días atrás, la mayoría de los senadores oficialistas criticaron las negociaciones con el FMI y cuestionaron el papel del Gobierno y del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Sin embargo, a medida que la llegada del entendimiento al Congreso comenzó a tomar cuerpo, las declaraciones en el Frente de Todos de la Cámara alta comenzaron a virar hacia una posición más racional y contemplativa con las necesidades del Poder Ejecutivo.