“El que le teme a la diferencia es débil. Hay que empezar a ver la diversidad como una riqueza, no como un enfrentamiento. Si estás fuerte en tus convicciones, podés sentarte con el Diablo que no te vas a convertir en Satán”, filosofa Helio Rebot, legislador del Pro, en la contra de Noticias Urbanas. La frase viene a cuento de la mentada brecha cultural y política abierta en la era K y las posibilidades de suturarla en un próximo período. “La dialéctica amigo-enemigo es una mala concepción de la política.”
Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales en el parlamento de la Ciudad e “incorregiblemente peronista”, según se autodefine en su cuenta de Twitter, hizo un repaso sobre los últimos movimientos en el tablero Pro: el juego de alianzas de cara a 2015, el tembladeral en Unen a raíz de una posible alianza con Macri y el cambio de estrategia del jefe porteño, quien esta semana deslizó la posibilidad de competir en las PASO junto con Lilita Carrió y Ernesto Sanz.
“Macri es el único que amenaza a Scioli y a Massa”, apuntó en otro momento de la charla, dejando en claro que la confrontación es con “peronistas” pero no con el “peronismo”.
Hace unos días, Rebot escribió en su Facebook sobre el malestar que le provocó el debate abierto por el abogado Daniel Sabsay en torno al título universitario de la Presidenta. “Me hinché las pelotas”, se ofuscó entonces. Una frase coloquial, que ahora aclaró mejor: “Si bien soy muy crítico de su gestión, no puedo creer que la Presidenta nos haya mentido en algo tan básico”.
–La critican a Cristina por cambiante, pero Carrió pasó de denunciar a Macri a querer aliarse con él. ¿Lilita no es un arma de doble filo dentro de Pro, tal como piensan fuera de grabador varios en el macrismo? Digo: puede volver a cambiar de opinión, ¿y entonces?
–(Piensa unos segundos la respuesta) Yo no tengo una opinión tan negativa sobre Carrió. Si bien muchas veces no comparto lo que dice, ni cómo lo dice, es indudable que es una mujer honesta y audaz. Y es indudable también que quiere un cambio y está comprometida con la República, con la división de poderes. Y el 70 por ciento de los argentinos quiere un cambio.
–¿Un incorregiblemente peronista a favor de la división de poderes? Va contra la Biblia populista.
–Es que yo soy peronista, pero no me siento populista. Y con los años fui haciéndome más y más partidario de la división de poderes. Me convencí de que es lo mejor para la democracia.
–¿Perón no era populista?
–No, Perón no era populista, aunque sí algunas de sus políticas. Pero lo básico fue que Perón transformó la Argentina, como en su momento también lo hicieron Yrigoyen, Frondizi o Alfonsín.
–El radicalismo se convirtió en un hervidero por la posible alianza con Macri.
–Si algún sector de la UCR quiere sumarse, será bienvenido.
“Sostenemos la tercera vía y a la vez abrimos las puertas al diálogo aunque no para todos. No es lo mismo Sanz que Solanas, y con Massa seguro que no vamos a ir”, deslizaban esta semana portavoces del Jefe de Gobierno porteño. Fue después de que Macri celebrara las declaraciones de Ernesto Sanz al diario El Día, de La Plata, donde aclaró que le “gustaría” pelear en una interna presidencial contra el ingeniero.
–La novedad en el espacio Pro es que ahora Macri está dispuesto a jugar sus posibilidades de ser presidente en 2015 en una interna con Carrió y Sanz.
–Yo estoy totalmente de acuerdo. Te decía, un 70 por ciento de la gente quiere un cambio.
–Sin embargo, si se mira más fino en las encuestas, lo que se descubre en verdad es que la gente no quiere tirar por la borda todo lo hecho por el kirchnerismo.
–Nadie habla de tirar todo por la borda. Se mantendrá lo que se hizo bien. No es opositor el que más grita ni el que destruye todo.
–¿Y qué se hizo bien?
–Bueno, sobre todo al principio del kichnerismo se revalorizó la política, aunque luego se la distorsionó, como te decía, en la dialéctica amigo-enemigo. La renovación de la Corte fue algo muy bueno. Y después, en los últimos años, vinieron los problemas macroeconómicos serios que no son de izquierda ni de derecha. Son de sentido común. Todos los países de la región crecieron y están mejor que nosotros, incluidos Bolivia y Paraguay. En tanto, la Argentina y Venezuela tienen un 40 por ciento de inflación, la más alta del mundo. Entonces, vos tenés una universidad pública a la que teóricamente puede ir todo el mundo pero solo van los sectores medios y altos. Y los pobres la subsidian.
–¿Está hablando de arancelar la educación superior?
–No, no…De arancelar no, pero sí de un mejor sistema de becas.
–¿Qué pasa si Macri pierde las elecciones generales en 2015?
–No me entra en la cabeza que ocurra eso.
–Bueno, es una posibilidad. En las encuestas actuales va tercero.
–No me lo imagino haciendo algo diferente a construir. Es un hombre constructivo esté en el lugar que esté.
–¿Qué posibilidad hay de una alianza con Massa?
–Nula. ¿Cómo va a ser el cambio un tipo que se la pasó nueve años votando con el kirchnerismo? ¿A quién puede convencer? Macri es el único que amenaza a Scioli y a Massa. Tiene una contienda con estos peronistas, pero no con el peronismo.
–¿Cómo va a hacer el próximo presidente para cerrar la brecha política y cultural abierta por la década K?
–Esa brecha es una mala concepción de la política, muy mala, que impide avanzar y construir. Es necesario un líder moderado que le resuelva los problemas colectivos a la gente. Eso hace falta para ir cerrando esa brecha que, además, desprecia la diferencia. Tenemos que entrar en una era donde la diferencia sea riqueza y no enemistad, en la que dos amigos o familiares estén comiendo un asado y se enriquezcan pensando diferente. La tolerancia es sinónimo de fortaleza en las convicciones y no al revés. Cuando se grita mucho, se está cerca de la fe de los conversos que necesitan sobreactuar aquello en lo que se sienten débiles.