La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) no deja de estar en el centro de la escena.
A los problemas edilicios que presenta y empeoran día a día se les suman hechos de inseguridad que vienen produciendo mucho desconcierto y miedo por parte de los estudiantes que salen, sobre todo, en el turno noche.
Fotos sacadas a las estudiantes en el patio por desconocidos, intentos de secuestros a la salida de la institución, robos permanentes y hombres que se desnudan acosando a mujeres.
Las demandas de los alumnos datan de hace mucho tiempo pero las autoridades aún no han tomado cartas en el asunto sobre una situación que parece ir en aumento, poniendo en riesgo la vida de muchos.
La falta de presencia policial en Santiago del Estero 1029 y alrededores impacta y preocupa. Si bien la zona de Constitución siempre fue una de las zonas con mayor inseguridad, las situaciones violentas que viven los estudiantes demandan respuestas por parte de toda la comunidad educativa.
Una de las estudiantes denunció y advirtió en la cuenta de Facebook de la facultad: “Un chabón de entre 30/35 años, pelo corto, barba, estatura media, grandote, vestido de traje, con portafolio, NOS ACABA DE SACAR FOTOS. Entró al patio de la facultad, nos sacó fotos a mis compañeras y a mí, nos dimos cuenta, lo apuramos pidiéndole el celular, se asustó y se fue. Salió por Santiago del Estero y dobló por Humberto Primo”.
Mientras tanto, otra agregó con mucho miedo: “A las 20, sobre Santiago del Estero camino a San Juan, un tipo me agarró, me puso contra la pared sin decirme nada. Grité tanto que lo aturdí y zafé, se cayó el celular, lo agarró y salió corriendo. Desde la esquina, le grité insultos a un policía que lo corrió y lo atrapó. Un tachero me dijo que lo habían agarrado. Cuando llegué estaba esposado. Hice la denuncia. Me devolvieron el teléfono”.
Otra alumna contó su mala experiencia: “A la salida de la facultad, cerca de las 22.30, me robaron en el subte E, a dos cuadras. Llamaron a la policía, que en media hora no llegó, por lo tanto me fui tardísimo sola, ya sin subtes. Caminé hasta la avenida 9 de Julio, en todo ese trayecto no vi ni a un solo policía. Vivo lejos por lo que llegué a mi casa casi a las tres de la madrugada dolorida, sin mis cosas y sabiendo que a nadie le importó nada”.
Por otro lado, Emilia, una estudiante de la carrera de Comunicación Social, sufrió en agosto un intento de secuestro a la salida de la facultad, el cual solo quedó en una denuncia pero nunca se investigó al respecto.
Los relatos son muchos y, sobre todo, por parte de las mujeres que se enfrentan a todo tipo de exposición sin una sola fuerza de seguridad. La noticia se viralizó dentro de la institución pero los resultados no fueron los esperados. Mediante un comunicado en las redes sociales, un compañero relató la secuencia: “Compañerxs: Hace un rato salimos varixs de cursar a las 23. Cuando salimos nos encontramos con que una estudiante de la facultad había tenido que salir corriendo ante el intento de secuestro de un auto a pocas cuadras de la facultad”.
Días después, desde la minoría estudiantil de la izquierda acompañaron en el Consejo Directivo el reclamo de la chica que sufrió un intento de secuestro.
Pero al no recibir respuestas y decisiones políticas, muchas mujeres armaron grupos de WhatsApp para protegerse y acompañarse hasta las paradas de colectivos y el subte. Se dieron a conocer mediante la cuenta de Facebook: “Les escribo para hacer público que debido a los últimos casos de inseguridad alrededor de la facu (particularmente intentos de secuestros a compañeras) y hasta esperar medidas correspondientes por las autoridades, estamos organizando un grupo de wpp entre nosotras para avisar hacia donde vamos y salir juntas”.
Los acontecimientos vienen en aumento y aún no se toman medidas de ninguna índole. Los estudiantes, cada vez más preocupados, intentan que sus denuncias prosperen y traspasen las paredes de Sociales, pero no hay resultados hasta el momento.
Mientras los días transcurren, tanto la ausencia de la autoridad educativa como la falta de presencia policial en la zona dejan al descubierto las graves consecuencias que puede tener un estudiante a la hora de apostar por su futuro y el sueño de terminar su carrera universitaria.