Disconforme y fastidiado, serían dos descripciones que se ajustan a la verdad al momento de definir el estado político y de ánimo actual del diputado Felipe Solá.
La precipitación de la decisión de cuántos y quiénes serán los precandidatos del Frente Renovador en la Provincia, decidida por Sergio Massa el sábado pasado, provocó un tembladeral en los postulantes, aunque apaciguó las aguas a nivel intendentes, tras permitir el tigrense que los jefes comunales tengan la potestad de confeccionar las listas de senadores y diputados provinciales –decidido el martes por la noche en Pilar-.
Pero la primera baja sería Felipe: ofuscado por enterarse a través de los medios, y disconforme con la conducción de Massa, el ex gobernador estaría analizando seriamente por estas horas emprender un aterrizaje forzoso y desistir de competir en las PASO.
El primer síntoma ya trascendió: según supo Noticias Urbanas, Solá le requirió a su equipo que levante tres actos de campaña (recorridas por Conurbano e interior bonaerense) que estaban previstos para los próximos días, en un gesto que ya señala cuál será su determinación final.
Es que, más allá de que en las encuestas no logró despuntar (como ningún candidato massista), Solá está convencido de que Massa eligió a Francisco De Narváez y a Darío Giustozzi para confrontar en las PASO, aunque el líder del FR ya explicitó que “pueden ser dos o tres las fórmulas”.
El político de General Rodríguez además enfureció contra Alberto Fernández, a quien vía Twitter sindicó ayer como uno de los que operaban para que dé un paso al costado, lo que despertó viejos rencores, cuando el ex jefe de gabinete (hoy cercano a Massa) le pidió lo mismo en 2007.
Por ahora, Solá tiene decidido no hablar ante los medios y aguardar los próximos pasos de Massa y los intendentes, que serán decisivos. No son pocos quienes creen que de lo que surja y provoque el congreso partidario de pasado mañana (que finalizará con un plenario y discurso de Massa) se juega buena parte de la suerte del FR, en notable crisis interna.
Días pasados en Merlo, Massa anunció que en San Martín se definirán los candidatos, sin tener previsto el desmarque de los que quiere bajar (Solá, Mónica López y Jesús Cariglino), y al darle además más poder a sus intendentes, los precandidatos quedaron desairados. La racionalidad política del tigrense y su cintura de líder estarán más en juego que nunca desde que quebró con el kirchnerismo.