Después de la suspensión contra reloj del aumento del subte, la polémica sigue y el Gobierno porteño insiste en un boleto a 7,50 pesos para garantizar el servicio. El titular de la empresa estatal que administra la red, Juan Pablo Piccardo, dijo que subir la tarifa es “de vital importancia para mantener la calidad actual y hacer inversiones” y para sostener, al mismo tiempo, la seguridad.
El martes pasado, la jueza Elena Liberatori frenó el aumento a horas de su concreción y exigió al Gobierno de la Ciudad y a Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) corregir las “falencias de cálculo de la tarifa técnica”, que se deduce del costo de explotación del subte dividido por la cantidad de pasajeros. Pero desde SBASE no reconocen fallas y aseguran que el argumento planteado para detener el incremento es falaz.
“Es absolutamente falso que haya algún problema de cálculo con la tarifa técnica. Verificamos esta metodología con distintos metros del mundo y es así como se calcula”, dijo ayer Piccardo. Sin embargo, el fallo de Liberatori, que apoya cuestionamientos hechos por legisladores porteños y la Auditoria de la Ciudad, marca que en el cálculo se incluyen ítems que no deberían ser considerados, como gastos de infraestructura, de mantenimiento, compra de material rodante y depreciación de su valor. “Esos cánones los tiene que pagar el concesionario, no los usuarios”, remarcó la jueza.
El Gobierno porteño y SBASE apelaron al fallo y, por el momento, llegar a un acuerdo entre las partes parece complejo. La suba anterior del subte, en la que el boleto pasó de 3,50 a 4, 50 pesos, también estuvo envuelta en un ida y vuelta de fallos judiciales que dilataron su puesta en marcha; y antes, en 2014, concretar una suba había demandado ocho meses.
Mientras tanto, el titular de Sbase sigue afirmando que si hoy no se aplicara ningún tipo de subsidio, el boleto debería cobrarse 13,37 pesos y que lo que se pretende llevando la tarifa actual de 4,50 a 7,50 es “recuperar la inflación de los últimos dos años y tener una cobertura del 50 por ciento de los costos”. Según indicó, la actual tarifa solo cubre el 30 por ciento de las operaciones.
“No hay ningún caso exitoso de subterráneos o sistemas ferroviarios con altísimos niveles de subsidio que hayan sostenido en el tiempo niveles de excelencia en materia de calidad: al contrario los sistemas altamente subsidiados terminaron empeorando el servicio, expulsando a los pasajeros del servicio público e, inclusive, produciendo serios accidentes”, refirió.
“Entonces hay que ser muy responsables cuando se gestiona este tipo de sistema, tratando de balancear un servicio de excelencia y calidad, con una tarifa que sea razonable y posible de pagar, por eso tenemos varios tipos de tarifas”, agregó.
Respecto de la apelación a la Cámara, Piccardo expresó su deseo de una resolución positiva “lo más rápido posible” porque “es de vital importancia” que comience a regir la nueva tarifa “para seguir manteniendo la calidad del servicio y haciendo inversiones”.
El funcionario aseguró que “el gran desafío” de la empresa estatal es “incrementar la cantidad de gente que viaja en subte”, mejorando la calidad del servicio y la frecuencia, porque si más gente utiliza este medio de transporte “el beneficio es para toda la Ciudad, no solo para los que viajen, porque se libera mucho tránsito en superficie”.
Piccardo anunció, además, que las tres nuevas estaciones en construcción de la Línea E, serán inauguradas “en el primer o segundo trimestre de 2018” y que lo siguiente será comenzar a construir una nueva línea, la F que unirá la estación de Constitución con la de Plaza Italia.