Subte: Los números nunca mienten

Subte: Los números nunca mienten

El juez Pablo Mántaras suspendió el aumento del subte y generó una serie de cuestionamientos. Las cifras reales no son tan dramáticas, por lo que habrá que discutir con mejor información.


El ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, dijo que, en caso de que se mantenga el boleto a $ 2,50, el único camino posible para el Gobierno porteño es ir en busca de una ampliación presupuestaria en la Legislatura o aumentar los impuestos. “El presupuesto es una frazada corta”, agregó a continuación el funcionario.

El lunes, el juez del fuero Contenciosos Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Mántaras, dictó una cautelar por la que le ordenó al gobierno de Mauricio Macri suspender el aumento del boleto hasta que se resuelva la cuestión de fondo debatida en el proceso.

Voceros del gobierno porteño anunciaron la inminente apelación del fallo la semana próxima, cuando pase el feriado de Semana Santa. El planteo se basará en que la decisión es inconstitucional porque desconoce la facultad del Poder Ejecutivo de fijar la tarifa.

Mántaras le dio lugar a un recurso de amparo solicitado por el legislador porteño Alejandro Bodart (MST-Proyecto Sur), que argumentó que el aumento era arbitrario y que era necesario aguardar al resultado de una auditoría del servicio antes de fijar un nuevo valor para el boleto. El magistrado, en su fallo, evaluó que todavía hay aspectos irresueltos con respecto al impacto social que tendrá el incremento.

Adicionalmente, dentro de unas dos semanas, el Gobierno porteño deberá encarar la nueva negociación paritaria con los metrodelegados, que piden un aumento del 30 por ciento. “En la próximas semanas se va a empezar a discutir la paritaria de los trabajadores del subte, que tampoco tiene los fondos previstos” en el presupuesto anual, aseguró la vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal.

Con respecto al fallo de Mántaras, que evaluó una cierta escasez de argumentos por parte del Gobierno porteño para justificar el incremento, la vicejefa de gobierno sostuvo que “ya se explicó que el gobierno nacional, desde que asumimos la gestión del subte, el 1° de enero, ha retirado todos los subsidios y nos ha entregado un subte que está quebrado, con un déficit, sólo para abrir la puerta del subte, de arriba de mil millones de pesos”.

Los números son los únicos que no mienten

Teniendo en cuenta que, según declaró el 26 de septiembre de 2012 el vocero de Metrovías, el servicio del subterráneo tiene un costo de 120 millones de pesos al mes, de los cuales, 85 millones corresponden a los salarios de los trabajadores, con el boleto a $2,50 la recaudación diaria trepa hasta los 2.250.000 pesos por día, teniendo en cuenta que, al aumentar el boleto hasta ese precio, el volumen mensual de pasajeros bajó a 900 mil por día. Antes, con el boleto a $1,10, viajaban 1.200.000 personas por día.

Si la recaudación por venta de pasajes es de $2.250.000 por día, cada mes entran a las arcas de Metrovías unos 68 millones de pesos mensuales, lo que significan unos 820 millones de pesos por año. De acuerdo con la información que brindan las propias autoridades, por ingresos colaterales -publicidad, alquiler de locales, peaje de las antenas telefónicas, etc.- se recaudan 20 millones de pesos por mes, que totalizan 240 millones de pesos cada 365 días.

Estas cifras significan un ingreso de unos mil sesenta millones de pesos anuales. Si se toma en cuenta que el total del costo operativo anual del subterráneo es de mil
cuatrocientos cuarenta millones de pesos, las cifras que hay que cubrir no sobrepasan demasiado a la recaudación. Serían sólo unos cuatrocientos o quinientos millones de pesos adicionales por año, una parte de los cuales saldrían del aumento en los peajes, en el impuesto a los sellos y en las patentes de los autos de alta gama.

Si el boleto se elevara hasta los $6,10, teniendo en cuenta que podría descender el volumen de pasajeros en un treinta por ciento, es decir, a 600 mil por día, las cifras
anuales de la recaudación podrían llegar a 1.350 millones de pesos.

Los números dicen que no es necesario llegar a las declaraciones apocalípticas, ni a insinuar que el subte está quebrado. Sólo hay que operar el servicio, negociar una paritaria que seguramente será difícil y luego desplegar el poder de inversión que tiene el Estado porteño, un estado que nunca fue pobre en ingresos.

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